El Cabildo en el mando

Victoriosos, los federales avanzaron sobre Buenos Aires, donde expusieron pacíficamente sus exigencias al cabildo de la ciudad: tenían diez días para reemplazar el gobierno directorial por autoridades provinciales. La situación en la capital se transformó de repente en un completo caos. Rondeau renunció y el Congreso se disolvió. Una Junta de Representantes fue nombrada como autoridad legislativa provincial, y eligió gobernador a Manuel de Sarratea, recién llegado desde las filas de López. La constitución unitaria fue declarada caduca.

El Cabildo en el mando

El Congreso y el Directorio son suprimidos  y el Cabildo asume nuevamente el mando de la capital y la provincia, y el 16 de febrero  se convoca a cabildo abierto, y en él se reunén 182 vecinos, bajo la presidencia del  alcalde de primer voto  Juan Pedro Aguirre y, en tal concepto, director interino. 

En la reunión se acordó formar una Junta de representantes del pueblo con el voto de 182 ciudadanos y con las siguientes atribuciones: 

  • Proceder de inmediato al nombramiento de gobernador de la provincia para ponerla en estado de defensa y de ofensa; 
  • Resolver el cese y la continuación del Cabildo actuante; 
  • Proponer al gobierno todas las medidas susceptibles de llegar a una pacificación honrosa y estable; 
  • El cabildo abierto otorgaba a la futura Junta las facultades necesarias, sin restricción alguna, en defensa de la salud pública.
Miguel Estanilao Soler

Miguel Estanilao Soler se mantuvo en la oposición sin mando de tropas hasta que, en 1819, el Director José Rondeau le dio nuevamente el mando del ejército de campaña, con sede en la villa de Luján. Al llegar la noticia de la derrota directorial en la batalla de Cepeda, exigió a el Cabildo de Buenos Aires que asumiera el mando en la provincia, disolviendo el Congreso y expulsando del mando a Rondeau. Eso provocó la caída del Directorio y la autonomía de la Provincia de Buenos Aires. Pero también trajo la anarquía a esa y casi todas las demás provincias.

Un bando dirigido a las provincias del antiguo virreinato contenía esta declaración:

"Que habiendo los poderes públicos penetrádose de los deseos generales de las provincias sobre las nuevas formas de asociación que apetecen, y hallándose muy distantes de violentar la voluntad de los pueblos, el soberano Congreso ha cesado y el Supremo director ha dimitido. En consecuencia y mientras se explora la voluntad de todas las provincias, con respecto al modo y forma de unión que deben conservar, este ayuntamiento ha venido a declarar que reasume el mando de esta ciudad y su provincia".

La provincia de Buenos Aires aparece, así como tal y no con la pretensión hegemónica sobre todas las demás, sus iguales.La Junta de representantes, la primera Junta provincial de Buenos Aires, fue integrada por Manuel de Sarratea, Tomás Manuel de Anchorena, Antonio José de Escalada, Manuel Luis Oliden, Juan José Cristóbal de Anchorena, Vicente López, Victorio García de Zúñiga, Sebastián de Lezica, Manuel Obligado, Juan Pedro Aguirre, Vicente Anastasio Echeverría, Juan José Paso. Los tres últimos fueron acusados por López y Ramírez de directoriales con lo cual renunciaron a sus cargos.

Antonio de Escalada

Antonio de Escalada a fines de 1812, después de haber incorporado a sus hijos Manuel y Mariano a los Granaderos a Caballo como oficiales, San Martín contrajo matrimonio con su hija Remedios. En 1820 fue diputado de la Junta de Representantes de Buenos Aires y fue uno de los electores de Manuel de Sarratea para el cargo de Gobernador de la Provincia de Buenos Aires. Aprobó el Tratado del Pilar que había firmado Sarratea con los caudillos federales.