Manuel Dorrego había regresado a Buenos Aires en abril de 1820 y tras enterarse de la caída del Directorio, en medio de la Anarquía del Año XX. fue rehabilitado por el Cabildo en su grado de coronel y recibió el mando de un batallón, y cuando el gobernador de la Provincia de Buenos Aires Miguel Estanislao Soler fue derrotado por Estanislao López en la batalla de Cañada de la Cruz, tomó el control de los ejércitos de la capital y salió a campaña a perseguir a López y sus aliados, José Miguel Carrera y Carlos María de Alvear, a quienes derrotó en San Nicolás de los Arroyos;
Mientras avanzaban sobre la capital, López, Carrera y Alvear, se puso Dorrego al frente de algunas fuerzas y de las milicias de la campaña, reunidas por el general Martín Rodríguez y por el capitán Juan Manuel de Rosas, se apoderó de la plaza de la Victoria, estrechó a Pagola en la fortaleza y repuso al Cabildo; éste de acuerdo a lo que había estipulado con López para una suspensión de hostilidades, designó al coronel Dorrego, el 4 de julio, gobernador provisorio de la capital hasta que se reuniese la representación de toda la provincia. Marcos González Balcarce lo sustituyó cuando salió a campaña el 18 de julio.
Dorrego nombró al general Martín Rodríguez jefe de las milicias del sur de Buenos Aires; al general Rondeau de las del norte, y salió con algunas fuerzas en busca de Estanislao López, que se había replegado a Santos Lugares.
Rodríguez apeló a la incorporación de Juan Manuel de Rosas, estanciero de prestigio, que reunió numerosos voluntarios puestos a disposición de la división de Aráoz de Lamadrid y formó con los peones de Los Cerrillos el quinto regimiento de su mando.
Buenos Aires se dedicó enteramente a la defensa; Alvear y Carrera se lanzaron sobre Martín Rodríguez, que tuvo que internarse en Barracas; Aráoz de Lamadrid salió con dos escuadrones hacia el norte el 8 de julio, con instrucciones para ocupar el pueblo de Morón, donde se le incorporó un batallón de infantería de la fuerza de Alvear. Carrera y Alvear se dirigieron entonces a Luján, y Estanislao López se replegó hacia el norte en dirección a Arroyo del Medio.
Dorrego propuso a López la paz sobre la base de la evacuación inmediata de la provincia, la devolución de las armas tomadas en Cañada de la Cruz, el abandono de Alvear y Carrera, y la promoción de un Congreso de las Provincias Unidas. Rosas hizo decir a López que todas las dificultades serían allanadas si desalojaba la provincia. Las milicias del norte se manifestaron en favor de Dorrego y, entonces, López cruzó el Arroyo del Medio. Alvear y Carrera, abandonados, se refugiaron e hicieron fuertes en San Nicolás, donde fueron atacados por las fuerzas de Buenos Aires al mando de Dorrego mismo, de Martín Rodríguez, Aráoz de Lamadrid y Rosas, siendo destrozados el 2 de agosto.
Estanislao López comprendió la superioridad de las fuerzas de Buenos Aires, internó a Carrera en la provincia de Santa Fe, obligó a Alvear a salir de ella y negoció la paz con Dorrego. Se convino un armisticio de tres días mientras se preparaba un tratado de paz por los comi-sionados Cosme Maciel, por Santa Fe, y Martín Rodríguez y Juan Manuel de Rosas, por Buenos Aires. Aprovechando el armisticio, López procuró reforzar sus tropas con milicias santafesinas y exigió indemnización y la devolución de los prisioneros de Carrera hechos en San Nicolás. Dorrego resolvió entonces denunciar el armisticio y avanzó contra el gobernador santafesino; las fuerzas se encontraron el 12 de agosto al otro lado del arroyo Pavón y los federales fueron desbaratados.
A pesar de la opinión de Rodríguez y de Rosas, Dorrego resolvió ingresar en la provincia de Santa Fe para perseguir a Lopez.
Pero López no estaba vencido y, mientras se retiraba lentamente hacia el norte, consiguió llevar a Dorrego a un campo previamente elegido, donde su caballería se vio obligada a pasar la noche, a la mañana siguiente, la mayor parte de sus caballos estaban muertos, ya que el pasto de ese campo era venenoso.
Rosas comenzó a involucrarse en la política, al contribuir a rechazar la invasión del caudillo Estanislao López al frente de sus Colorados del Monte. Participó en la victoria de Dorrego en el combate de Pavón pero junto a su amigo Martín Rodríguez se negó a continuar la invasión hacia Santa Fe, donde Dorrego fue derrotado completamente en la batalla de Gamonal.Con apoyo de Rosas y otros estancieros fue electo gobernador de la Provincia de Buenos Aires su colega el general Martín Rodríguez.
Con nuevos refuerzos, López pasó al ataque, mientras el general Martín Rodríguez y el teniente coronel Juan Manuel de Rosas se volvían a Buenos Aires, abandonando a Dorrego. De todos modos, recibió algunos refuerzos, por lo que decidió dar batalla en su propio campamento, en el lugar llamado Gamonal.
La batalla del 2 de septiembre fue una brillante victoria de López, que puso en acción una fuerza más o menos equivalente a la de Dorrego. Con ellos logró envolver a las tropas porteñas hasta obligarlas a retirarse. La persecución fue terriblemente sangrienta, hasta llevar a López a ordenar suspenderla, impresionado por ver correr tanta sangre en una guerra civil: en total murieron 320 hombres del ejército porteño que se retiró a Areco para reorganizar sus fuerzas ante el temor de una nueva invasión de la provincia luego de esta batalla Buenos Aires se olvido por más de una década de atacar Santa Fe.
Entretanto se habían realizado las elecciones para el nombramiento de la Junta de representantes y figuraban como candidatos a la gobernación: Martín Rodríguez, Il¬defonso Ramos Mexía, Manuel de Sarratea y Manuel Do¬rrego, pero después de la derrota del Gamonal, la posición de éste se había debilitado.
La Junta se instaló el 8 de setiembre y el 26 de setiembre designó gobernador y capitán general de Buenos Aires al general Martín Rodríguez, apoyado por el antiguo partido directorial y por los hombres de la campaña a través de Rosas.