Con posterioridad al descubrimiento de América, España inició sus expediciones de conquista y colonización del Nuevo Mundo. A la llegada de los españoles en 1535, el territorio argentino presentaba un poblamiento indígena de características variadas: en el Noroeste se afincaban los núcleos más importantes con gran influencia cultural incaica, eran pueblos sedentarios, agrícolas, que practicaban el riego artificial, la alfarería y el tejido.
En las llanuras vivían tribus nómadas, de recolectores, cazadores y pescadores; y en el sector patagónico, los grupos culturales más avanzados se ubicaban en la zona del Neuquén; el resto del territorio lo habitaban cazadores y pescadores distribuidos hasta las altas latitudes australes.
La conquista territorial se efectuó mediante las denominadas corrientes, que penetraron por las rutas del Este, del Noroeste y del Oeste, que establecieron numerosas poblaciones, como Buenos Aires, Asunción del Paraguay, Santa Fe, Corrientes, San Salvador de Jujuy, Salta, San Miguel de Tucumán, Córdoba, San Fernando del Valle de Catamarca, La Rioja, Mendoza, San Juan, San Luis y varias desaparecidas; muchas de estas ciudades fundadas son actualmente capitales de provincias.
En los primeros momentos, lo que es hoy nuestro país, se encontraba bajo la jurisdicción del Virreinato del Perú, hasta que en 1776 se establece el del Río de la Plata, que comprendía ocho intendencias (Buenos Aires, Cochabamba, Córdoba, Charcas, La Paz, Paraguay, Potosí y Salta) y cuatro gobernaciones (Chiquitos, Misiones, Moxos y Montevideo).
Después de la emancipación de la corona española el 25 de mayo de 1810, se produce el desmembramiento del virreinato, separándose las actuales repúblicas de Paraguay, Bolivia y Uruguay. Posteriormente Chile modifica sus fronteras, llevándolas desde el río Bío Bío hasta el Cabo de Hornos, lo que prácticamente significó la pérdida de la condición bioceánica de nuestro país.
La formación de las provincias argentinas se inició en 1820; desde 1957 hasta 1982 la división administrativa fue de 22 provincias, un territorio nacional y un distrito federal; ese año se creó la gobernación militar de Malvinas, anulada en 1985. En 1987 se proyecta provincializar la ciudad de Buenos Aires. Con la provincialización del Territorio Nacional en 1990, el país cuenta actualmente con 23 provincias y un distrito federal.
El establecimiento de las fronteras argentinas todavía no ha llegado a ser definitivo. Desde 1833 se producen las siguientes pérdidas territoriales: ocupación inglesa de las islas Malvinas y otras australes; ocupación chilena del Estrecho de Magallanes; segregación de territorios anexos al Paraguay; pérdida de Tarija, del Chaco Boreal, de la Puna de Atacama, de la parte oriental de Misiones y pérdida de la condición bioceánica al anexar Chile a su territorio Puerto Natales.
Quedan pendientes para la fijación definitiva de las fronteras los siguientes diferendos: las cuestiones con Gran Bretaña en las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur; la demarcación definitiva de la frontera con Paraguay, especialmente en las islas de los ríos Paraná y Paraguay; el área de las Juntas de San Antonio con Bolivia; el sector del límite con Chile en la provincia de Santa Cruz y en el territorio antártico, en el que también se superpone la pretensión británica en la posesión de estas tierras.
Con respecto a las 24 cuestiones de límites pendientes entre la Argentina y Chile, en Agosto de 1991, ambos países lograron un total acuerdo en 22 de dichos casos. El 21 de Octubre de 1994 un Tribunal Arbitral Latinoamericano determinó como argentinos los 532 km² del área de Laguna del Desierto (entre el hito 62 y el monte Fitz Roy), en un laudo cuestionado por Chile y ratificado en todas sus partes por el tribunal, en Setiembre de 1995, encontrándose en trámite parlamentario la solución en el sector correspondientes al Campo de Hielo Continental.
En lo referente al área marítima, nuestro país proclamó en 1958 por Ley Nº 14.773, la soberanía sobre el Mar Epicontinental o Mar Argentino, que se extiende hasta donde la profundidad de la plataforma continental o los recursos tecnológicos permitan su explotación, sin limitaciones a la libre navegación.
En 1967 por Ley Nº 17.049, la soberanía de la Nación Argentina se extendió al mar adyacente a su territorio, hasta las 200 millas medidas desde la línea de las más bajas mareas, excepto los golfos San Matías, Nuevo y San Jorge, que se medirán desde la línea que une los cabos que forman sus bocas.
El acta final de la III Convención del Mar se firmó en Jamaica el 10 de Diciembre de 1982 (ratificada por nuestro país en Diciembre de 1994) habiéndose adoptado en el plano jurídico internacional, entre otras, las siguientes decisiones: el dominio marítimo de un país se limita al Mar Territorial, que se extiende desde la línea de base o de bajas mareas hasta las 12 millas (22,2 kilómetros) de la línea de costa, en la que la soberanía es irrestricta y que incluye el espacio aéreo, el lecho, el subsuelo y los recursos naturales que contiene; a continuación se agrega la denominada Zona Contigua, en la que el Estado ribereño ejerce cierta fiscalización; finalmente se reconoce la existencia del Mar Patrimonial o Zona Económica Exclusiva, que se extiende hasta las 200 millas (370,4 kilómetros) desde la línea de la costa |