Nuestro país posee extensas áreas cubiertas de bosques naturales, estimándose la superficie forestal en unos 50 millones de hectáreas, de las cuales unas 36.000.000 son de montes productivos y unas 20 millones de hectáreas de matorrales leñosos. Las provincias que presentan mayores extensiones forestales son Chaco, Formosa, Santiago del Estero, Salta, Misiones, Santa Fe y La Pampa.
Económicamente nuestros bosques presentan gran densidad y muy baja frecuencia específica (número de ejemplares de la misma especie por hectárea), debe agregarse que las zonas que presentan mayor número de especies, se encuentran localizadas en áreas fronterizas, dificultándose su explotación por la distancia a los centros de consumo y la falta de una infraestructura de transporte eficiente.
Las regiones forestales naturales de mayor importancia por el número de ejemplares, son las de las selvas misionera y tucumano-salteña y los bosques subantárticos en los Andes patagónicos. Han sido objeto de gran explotación la selva misionera, los quebrachales de la zona chaqueña y los algarrobales del monte occidental. Las maderas que prevalecen en nuestros bosques son las de tipo semiduro, entremezcladas con maderas finas de tipo duro y otras blandas; como la producción de estas últimas es muy escasa y se utilizan principalmente para la producción de papel, construcciones y embalajes, deben importarse en gran medida.
La política de forestación y reforestación existente, trata de cubrir las necesidades básicas de este tipo de maderas, que se inició el 25 de Setiembre de 1948 con el dictado de la Ley Nº 13.273, de Defensa y Acrecentamiento de la Riqueza Forestal, que da el marco normativo que legisla el patrimonio forestal del país, define el bosque, prohibe la devastación de bosques y tierras forestales y la utilización irracional de los productos forestales, clasifica los bosques y considera planes de forestación y reforestación.
Esta ley tuvo posteriormente, por el Decreto 4.905/58 y las leyes 20.531/73 y 21.990/79, algunas modificaciones parciales, que se refieren a la promoción de las industrias forestales, creación de mercados concentradores de la producción y el establecimiento de un régimen de seguros contra el incendio de bosques. La Ley 21.695 fomenta la inversión en forestación, reforestación y ampliación de las áreas existentes, estableciendo subsidios para todo aquel que realice plantaciones forestales.
El 13 de Noviembre de 1995 se lanzó un nuevo plan de desarrollo forestal nacional que prevé un incremento sostenido de las plantaciones, alcanzando a duplicar para el 2005, la actual superficie forestada de 800.000 has. para lograr excedentes exportables en madera y papel.
La Dirección de Recursos Forestales Nativos, de la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente Humano, atiende a la preservación de los bosques como ecosistemas, mientras que la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP) se ocupa de ello desde el punto de vista de la explotación y del rendimiento de los bosques cultivados. A nivel nacional funciona además, el Instituto Forestal Nacional (IFONA); y a nivel provincial actúan los Servicios Forestales, colaborando también el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) que realiza investigaciones y plantaciones.
Las áreas y especies forestadas cubren importantes superficies, destacándose las salicáceas (sauces y álamos) en la zona del Delta del Paraná, los oasis cuyanos y en los valles de los ríos Colorado y Negro; los eucaliptos en la franja costera del río Uruguay, el litoral marítimo bonaerense, Jujuy, Salta y Misiones; y las coníferas en Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Córdoba, Salta y Jujuy.