Política económica

En materia económica, el gobierno de Arturo Illia tuvo una política de ordenamiento del sector público, de disminución de la deuda pública y de impulso a la industrialización. Se creó la Sindicatura de Empresas del Estado, para un control más eficaz de las empresas públicas.


En unos meses se incrementó el precio de los combustibles en un 300 %. Los contratos perjudicaron sensiblemente a YPF y afectaron negativamente el balance de pagos

La evolución del Producto Bruto Interno durante ese período fue del -2,4% para el año 1963, del 10,3% para el año 1964 y del 9,1% para el año 1965. La evolución del Producto Bruto Industrial fue del -4,1% para el año 1963, del 18,9% para el año 1964 y del 13,8% para el año 1965. 

La deuda externa disminuyó de 3.400 millones de dólares a 2.600 millones. En ese mismo año, en el Memorial de ACIEL figura una fuerte crítica y exigencias respecto de la política del gobierno, en la que se incluye el tema del capital extranjero y de los contratos petroleros. Durante su gobierno se produce la agudización del déficit fiscal; el establecimiento del estado de emergencia económica; la implantación casi total del control de cambios. 

Por otro lado las organizaciones empresarias criticaron su política económica como "una conducción económica desacertada" criticando que la política desequilibrante de remuneraciones en el sector público que arrastró al sector privado a la misma conducta; la anulación unilateral de los contratos petroleros; la reestatización de empresas privadas; la reforma del artículo 49 de la Carta Orgánica del Banco Central; el aumento de los impuestos; la eliminación de los alicientes tributarios al incremento de la capacidad productiva; la comercialización estatal inoportuna y deficitaria de una parte de las cosechas; la exigencia de depósitos previos de importación. 

Los medios también se tornaron críticos a su política, Primera Plana, Confirmado, Análisis, desde donde calificaban como "el gobierno más largo del siglo. Lento, mediocre, anacrónico, improvisado, incompetente". El salario real horario creció entre diciembre de 1963 y diciembre de 1964 un 9,6%. La desocupación pasó de 8,8% en 1963 a 5,2% en 1966.

Para 1963 los egresos por importaciones terminaban por superar los ingresos por exportaciones, generando un déficit de la balanza comercial y agotamiento de las reservas, lo que terminaba restringiendo importaciones y culminando en una devaluación, que provocó la caída del consumo interno y un aumento de precios. En 1964, los trabajadores realizaron masivas ocupaciones de fábricas, en lo que se llamó el Plan de Lucha.

Durante el período se observó un debilitamiento de la formación de capital, cayendo la inversión bruta un 20 % entre 1961 y 1964. Igual magnitud experimentó la inversión pública. El índice del costo de vida reflejo de presiones inflacionarias, aumentando casi un 40 % en 1964 y un 29 % en 1965, a pesar de la brusca caída de los precios agropecuarios. En el sector fiscal, la expansión del gasto público se apoyó en el deterioro de la inversión pública, especialmente en el sector ferroviario. A la vez que el déficit fiscal pasó de 4.715,1 millones de pesos en 1962 a 2.778,9 millones en 1965