Fracaso de las negociaciones

Las negociaciones fracasaron porque tanto los gobernadores las provincias de Santa Fe y Córdoba le prohibieron entrar en ellas con lo cual todo paso poserior de la misión resultaba inútil.

La Nota de Paz al gobiernos de Santa Fé

Paz contestó al gobierno santafesino insistiendo en la gravedad del momento; creía necesario intentarlo todo para un avenimiento antes de la reunión del Congreso: " ...haciéndose mutuas concesiones, a fin de no retardar un instante la organización nacional". 

Protestó por la negativa a permitirle el paso por el territorio de Santa Fe, lo cual coartaba a Buenos Aires el derecho a hacerse oir por las provincias hermanas.

Rebollo Paz resume la situación creada:

"Las comunicaciones de una y otra parte son de muy distinto tono. En las del general Paz se advierte espíritu conciliador, tolerancia, justificación razonada de los sucesos de Buenos Aires, explicaciones amistosas, deseo vehemente de contemporizar, e inclusive de otorgar concesiones si de ellas ha de surgir la armonía que se busca con visible empeño. En las de Santa Fe hay dogmatismo e inflexibilidad; por momentos parecen expresiones de agravios que hacen difícil un entendimiento, a pesar de sus enfáticas protestas de buena voluntad y afanes pacificadores".


Después de la batalla de Caseros, el gobernador Crespo tenía que estar pendiente de las acciones el sur de la provincia, donde permanecieron durante varios meses los batallones del Ejército Grande y hacia Córdoba, también era necesario evaluar los movimientos del general José María Paz

Por parte de Buenos Aires, la misma inflexibilidad hacía difícil un entendimiento; quería entenderse directamente con las provincias, que éstas desconociesen los poderes que habían atribuido a Urquiza y que no concurriesen al Congreso de Santa Fe, en lo que habían coincidido todas.

Desde Buenos Aires se ofició a Paz para que pidiese explicaciones a Santa Fe sobre la concentración de tropas en la frontera y sobre la detención de los correos al interior, agregando en tono de amenaza:

"porque si bien Buenos Aires quiere la paz, aun con aquellos que desconocieron sus soberanos derechos, tiene por último la firme decisión de hacerse respetar, si desgraciadamente fuese preciso".

De Santa Fe se respondió que los movimientos de tropas tenían por objetivo una expedición contra los indios y negó la detención de los correos. Santa Fe se comprometía a interponer su influencia para el restablecimiento de la paz y para la unión de toda la República y sólo recurriría a las armas si se la provocaba a la guerra.