Tendencias de la revolución.

Surgieron discrepancias y polémicas entre los hombres de Buenos Aires sobre varios puntos, aunque acabó por imponerse la corriente nacionalista de Mitre. 


Divisiones internas

Incluso la Sala de representantes se dividió en torno a la idea de una constitución provincial; también estuvo dividida cuando se trató del nombramiento de gobernador titular; Valentín Alsina, jefe político de la revolución, obtuvo 21 votos sobre 41 asistentes; Manuel Guillermo Pinto, 18. 

La elección de Alsina no se logró sin promesas hechas por Mitre de abandonar el cargo en ciertas condiciones y a causa de esa disparidad de criterios, se formó un gabinete de coalición; Mitre asumió el cargo de ministro de gobierno y relaciones exteriores; Juan Bautista Peña, hombre de negocios y hacendado, que votó por Pinto, se hizo cargo del de hacienda; José María Flores, con ascendiente entre la tropa veterana y en la campaña del norte de la provincia, asumió las funciones de ministro de guerra.

Había una tendencia provincialista, contraria a la extensión del movimiento fuera de los límites provinciales, y partidaria de una constitución; José Mármol fue su abanderado. 

Jose Marmol

Con la aparición de El Paraná, desde el 25 de octubre, suscitó una viva polémica en la que tuvo como adversarios a Bartolome Mitre, a José Luis Bustamante y a Hector Varela, redactores respectivamente de El Nacional, El Progreso y El Guardia nacional.

Mármol, el poeta fustigador de la tiranía, anticipó el fracaso de la nacionalización de los principios de septiembre y defendió la vuelta al cauce inicial de la revolución.

La revolución de septiembre, según Mármol, tuvo por objetivo restablecer la soberanía basada en la ley y la justicia, pero fue desviada luego, "convirtiéndola en una revolución de propaganda y de guerra, cuando no debió ser más que de concentración y de paz". Tenía Mármol un sentido de la realidad más claro que sus adversarios; dudaba de que en muchos años dejase de haber una centralización de intereses políticos y materiales que no se imponga por el prestigio personal de un caudillo. 

No vio la posibilidad de constituir el país por el llamado de Buenos Aires, porque su espíritu no coincidía con el de los pueblos.

Abogó por un procedimiento similar al empleado por Rivadavia, del cual surgió una Constitución nacional que no fracasó a causa del provincialismo que le precedió, sino por el régimen "político erróneo que adoptó"