La primera fundación de Buenos Aires, trajo Pedro de Mendoza de España una grandiosa escuadra con 1.500 a 1.800 hombres, pero no esta empresa prosperó, ya que la ciudad fue despoblada en 1541.
En la segunda fundación, fue procedente de Asunción en el Paraguay, y para ella Juan de Garay llevó 70 hombres y esta vez la ciudad quedó definitivamente establecida hasta llegar con los años a convertirse en el mayor centro de población de América del Sur.
Lo que ocurrió fue que en la segunda fundación hubo una exigencia comercial que expusieron reiteradamente funcionarios y pobladores desde el Tucumán y desde Charcas y Lima.
La primera empresa llegó del Atlántico sin tener ninguna noción de lo que había tierra adentro; la segunda fue culminación de una corriente contraria, de adentro hacia fuera, hacia el mar, en busca de puertas a la tierra.
Los primeros fundadores acudían con la ilusión de tesoros fabulosos en poder de un rey blanco y de minas de plata inagotables; los colonos de la segunda fundación ya sabían que no había oro en la región y no iban al encuentro de lo desconocido, sino a buscar los medios para aprovechar la tierra y criar ganado.
Gran Provincia del Paraguay. "L. Amerique Meridionale" Parte del mapa colonial de Hiaillot del Siglo XVII. Biblioteca Nacional de Santiago de Chile.La capitulación del 21 de marzo de 1534 entre Pedro de Mendoza y la Corona española, creó la primera Gobernación del Río de la Plata, que luego fue también conocida como Gobernación del Paraguay con sede en Asunción, ciudad que fue fundada por Juan de Salazar y Espinosa en 1537. La primera vez que aparece la denominación de Paraguay fue en la respuesta del Licenciado Virrey La Gasca a la carta información de Irala del 22 de septiembre de 1548, en la cual se nombra a Diego Centeno como Gobernador del Paraguay. En 1617 se produjo la división de esta gobernación.
Ya Álvar Núñez Cabeza de Vaca quiso repoblar Buenos Aires desde Asunción y despachó en efecto, en abril de 1542, a Juan Romero y en julio a Gonzalo de Mendoza; pero ni el uno ni el otro pudieron cumplir las órdenes recibidas y regresaron a Asunción con la gente que había llegado con el primo de Álvar Núñez, Pedro Estopirián Cabeza de Vaca.
También Martínez de Irala, en el correr de los años, comprendió el error de la despoblación de Buenos Aires, lo cual impidió el mantenimiento de relaciones directas con España, sobre todo en ocasión de la llegada de la armada de Mencía Calderón, cuyos integrantes hicieron el viaje hasta Asunción por tierra. Pero al mismo tiempo muchos otros, en particular el licenciado Juan Matienzo de Peralta, comprendieron la necesidad de un puerto en el Río de la Plata para vincular desde él a Charcas, Chile y el Paraguay.
El gobernador del Tucumán, Juan Ramírez de Velasco, dio cuenta al virrey de Lima y al rey de España de la captura por piratas de un cargamento comercial perteneciente al obispo del Tucumán, Francisco de Vitoria, y expuso al Consejo de Indias la necesidad de levantar un fuerte en Buenos Aires, pero no recibió respuesta alguna. Los reyes de España, finalmente, firmaron en 1559 una capitulación con Jaime Rasquín, uno de los conquistadores del Paraguay, para fundar dos ciudades en la costa del Brasil, otra en San Gabriel y otra en Sancti Spíritus; pero la expedición que debía cumplir esos mandatos fracasó y en lugar de llegar al Río de la Plata apareció en Santo Domingo.