La expedición debía descubrir un paso para llegar a las Molucas (islas de la Especiería) y estaba equipada con tres pequeñas carabelas y sesenta marineros. El monopolio del comercio con Oriente estaba en manos de la Corona portuguesa, que temía perderlo en favor de los españoles y por ese motivo desarrollaba una ingente tarea de espionaje en todos los puertos que su rival pudiera utilizar para enviar expediciones. Los barcos fueron alistados en Lepe en secreto, uno de 60 toneles (Santa María de la Merced) y los otros dos de 30, aportando el rey 4000 ducados de oro como contribución a la expedición. En concepto de préstamo, el rey también aportó 4 lombardas grandes (cañones) y 60 coseletes (armaduras). Se embarcaron provisiones para dos años y medio de viaje
Solís fue nombrado Piloto Mayor de España en 1512, a la muerte de Américo Vespucio, a quien sucedió en tan importante cargo.
La España del siglo XVI , surgida de la Reconquista, era una potencia militar de primer orden, y esta capacidad militar estuvo en la base de las gestas de los conquistadores de América. Arriba, a la izquierda, soldados españoles de la época; a la derecha, confluencia de los ríos Paraná y Uruguay en el estuario del Río de la Plata.
La España del siglo xvI, surgida de la Reconquista, era una potencia militar de primer orden, y esta capacidad militar estuvo en la base de las gestas de los conquistadores de América. Arriba, a la izquierda, soldados españoles de la época; a la derecha, confluencia de los ríos Paraná y Uruguay en el estuario del Río de la Plata.
Ese año, el rey preparó una expedición secreta, encomendada a Solís, para ir a tomar posesión de las islas de las Especias y de las costas de China, pasando por el cabo de Buena Esperanza y Ceilán. Pero las protestas portuguesas hicieron que fuera suspendida poco después.
Una vez descubierto el océano Pacífico en 1513, y tras un viaje secreto portugués, entre 1513 y 1514, por Nuño Manuel y Cristóbal de Haro, hasta más allá del Río de la Plata, Fernando V le encomendó a Solís, por capitulación del 24 de noviembre de 1514, que descubriese las zonas situadas más allá de Castilla del Oro (Pacífico), pasando, por lo tanto, por el estrecho que ya se suponía debía existir en el extremo meridional de América.
En esta empresa puso el rey su máximo interés; Solís salió de Sanlúcar el 8 de octubre de 1515, con tres buques y sesenta hombres, entre quienes iban Diego García de Moguer y el piloto Juan de Lisboa, que había participado en el viaje de Haro.
La flota recorrió la costa brasileña y, a fines de enero o principios de febrero de 1516, llegó a la parte más externa del estuario del Plata, río que llamaban los indígenas Paraná-guazú, que los exploradores denominaron Mar Dulce, a causa del sabor de sus aguas.
Aunque Vespucio había llegado en 1501, y también Haro y quizás algún otro navegante habían avistado el Río de la Plata con anterioridad, oficialmente el descubrimiento se le reconoció a Solís. La expedición penetró en el estuario por la actual costa uruguaya y en el puerto de la Candelaria tomó posesión del territorio. Solís llegó a la isla que llamó Martín García, y al desembarcar en la costa inmediata, fue muerto por los indios guaraníes, junto con el contador Alarcón, el factor Marquina y seis hombres más. Todos ellos fueron inmediatamente despedazados y comidos a la vista del resto de la tripulación.