El 16 de junio de 1946, dos días después de asumir la presidencia, Perón envía al Congreso de la Nación un mensaje en el que anuncia el restablecimiento de las relaciones con la Unión Soviética.
El 12 de diciembre de 1946 y mediante la Resolución Nº 39, la Asamblea General de las Naciones Unidas excluye de ese organismo al gobierno español, recomendando a los países asociados el retiro de toda representación diplomática del territorio de España.
La Resolución fue aprobada por 35 votos a favor: Austria, Bélgica, Bielorrusia, Bolivia, Brasil, Checoslovaquia, Chile, China, Dinamarca, Estados Unidos, Etiopía, Filipinas, Francia, Guatemala, Haití, India, Irán, Islandia, Liberia, Luxemburgo, México, Nicaragua, Noruega, Nueva Zelanda, Panamá, Paraguay, Polonia, Reino Unido, Suecia, Ucrania, Unión Soviética, Uruguay, Venezuela y Yugoslavia.
Rechazada por 6 votos: Argentina, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Perú y República Dominicana.
Se abstuvieron 13 países: Afganistán, Arabia Saudita, Canadá, Colombia, Cuba, Egipto, Grecia, Honduras, Líbano, Países Bajos, Siria, Sudáfrica y Turquía.
El núcleo de la sanción consistía en impugnar el carácter no “democrático” del gobierno de Franco en términos de que no había sido electo. Efectivamente no lo era, igual que varios de los votaron a favor de la sanción.
Además se vinculaba ideológicamente al falangismo español con el nazismo y el fascismo, aunque la respuesta de Perón a Estados Unidos y a la sanción hecha mucha luz sobre el problema español.
El gesto del restablecimiento de las relaciones con la Unión Soviética fue un gesto que marco el rumbo que tomaría la política exterior a partir de ese momento, en el sentido de no aceptación de lo que llamaba "el conformismo imperialista", resultado del reparto de Yalta, y de lo que más adelante sería conocido como "La Tercera Posición".
Aprovechando una invitación oficial de Francisco Franco para visitar España le ofrece a Perón la posibilidad de difundir su proyecto de gobierno y de posicionar una nueva imagen del país en Europa, además de realizar acuerdos comerciales y de señalar una postura diferente al decidir una ayuda importante y oportuna a ese país que había quedado marginado del Plan Marshall por la adhesión de Franco al Eje.
En la primera asamblea de la Organización de las Naciones Unidas realizada a partir de septiembre de 1946 el delegado argentino el Dr. José Arce, había negado a la ONU el derecho a intervenir en cuestiones internas del Estado español, lo que había despertado un legítimo entusiasmo y reconocimiento por parte del pueblo que se había sentido defendido por la postura de la Argentina.
Por otra parte, en octubre del mismo año, se había firmado un convenio entre Argentina y España por el cual nuestro país concedía un crédito de 350 millones de pesos y un empréstito de 400 millones amortizables en veinticinco años.
Perón decide aceptar la invitación de España, enviando como su representante a su esposa, María Eva Duarte de Perón e inmediatamente se suman invitaciones de Francia, Italia y Portugal.
El avión que parte de la base aérea de Palomar, a las 16.23 horas, conducido por los pilotos Rey, Lorenz e Imaz, realiza un escala en Natal, y la segunda escala es el día 7 de junio desciende en el aeropuerto de Villacisneros (Sáhara Español). Acuden a cumplimentarla el ministro de Asuntos Exteriores, Alberto Martín Artajo, y el secretario del Jefe del Estado, Francisco Franco Salgado-Araujo, acompañados de sus esposas, así como el Consejero de la Embajada argentina en Madrid y el jefe de la zona aérea de Canarias.
Evita es escoltada por los soldados moros del Ejército español y entre las aclamaciones de numerosos saharauis ataviados con sus trajes típicos, Eva Perón asiste a una recepción en el Casino de Villa Cisneros, antes de retirarse a descansar.