El primero de los tratados fue el de Pilar en 1820 entre
Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe dispuso la organización de un congreso en
San Lorenzo, Santa Fe. Sin embargo este congreso no llegó a reunirse pues se
reanudaron las hostilidades entre las provincias firmantes. Bustos, gobernador
de Córdoba, actuó como mediador para lograr la paz en el litoral, concertada a
través del Tratado de Benegas, firmado en 1820 entre Buenos Aires y Santa Fe.
Por este pacto se fijó como lugar de reunión para el congreso la provincia de
Córdoba, con lo que Bustos anulaba la hegemonía del litoral, en especial, la
de Buenos Aires, y se convertía en dueño de la situación.
Algunas provincias enviaron sus representantes a
Córdoba, y Buenos Aires, tras muchas vacilaciones, pero en cumplimiento del
compromiso contraído por el Tratado Benegas, también lo hizo.
Sin embargo, el nombramiento de Rivadavia como
ministro en 1821 frustró este congreso y las aspiraciones de Bustos, pues don
Bernardino, ferviente representante de los intereses centralistas, no estaba
dispuesto a aceptar las decisiones de un congreso federal que se opusiera a su
proyecto político. Llamó entonces a Buenos Aires a los representantes porteños.
Así, una vez más se ponía de manifiesto la importancia y la fuerza de Buenos
Aires.
Sin duda la situación del país había cambiado en los
últimos dos años. Ramírez, Artigas y Carrera habían desaparecido; López y Bustos
ejercían en sus provincias un gobierno fuerte y estable y procuraban armonizar
con el de Buenos Aires. La situación interna y el peligro de una guerra con el
Brasil llevó a las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe y
Corrientes a firmar el Tratado del Cuadrilátero en enero de 1822.
Este pacto constituyó una alianza defensiva y
ofensiva, ya que sentaba la paz y unión de las cuatro provincias, que se
comprometían a unir sus fuerzas en caso de agresión exterior. También se
concertaba la libertad de comercio entre las provincias signatarias y la libre
navegación de los ríos.
En su artículo trece consideraba inoportuno «la
concurrencia al diminuto congreso reunido en Córdoba», dado el estado de indigencia
y devastación en que se encontraban las provincias del litoral; en cambio se
proponía la reunión de un congreso general que se convocaría oportunamente.