Elección de Dorrego como gobernador

Manuel Dorrego era un auténtico demócrata, es verdad que influido por las tendencias norteamericanas al respecto que había captado en su ostracismo en ese país cuando fue desterrado por exponer sus convicciones durante el directorio de Pueyrredón. Era un hombre de una gran probidad moral, transparente, verdadero amante de la libertad y de la igualdad, entendió que ellas debían vivirse plenamente. Precisamente, a la libertad de prensa, durante su gestión se la puso en práctica hasta el extremo, hasta la licencia más desenfrenada.

Renuncia de Lopez ante la Junta de representantes

Reunida la Junta de representantes nombró gobernador propietario de la provincia a Manuel Dorrego, y unos días más tarde renunció Vicente López a la presidencia en un documento que pinta la situación del país:

"La mayor parte de las ... provincias se atienen para la nueva organización nacional al pacto que habían firmado con anticipación a la ley del 3 de julio. Ellas parece que lo esperan todo del porvenir y nada del pasado, en cuya suerte va envuelto el gobierno provisorio. Así es que de hecho no lo han reconocido hasta ahora ... y las que han dado contestaciones, las han dado moratorias. Esta falta de aceptación de las provincias refluye de un modo desventajoso sobre el crédito del gobierno provisorio para con la misma provincia de Buenos Aires, sobre la cual está gravitando, y a cuyos ojos tiene que aparecer destituido de todos aquellos elementos y esperanzas que pueden hacerlo capaz de una impresión respetable sobre los espíritus. En esta situación, cuando ya está hecho lo que se debía a la provincia de Buenos Aires, cuando no puede hacerse lo que se debe a la República por falta de aceptación general, es un deber del Congreso abreviar aparecer destituido de todos aquellos elementos y esperanzas que pueden hacerlo capaz de una impresión respetable sobre los espíritus. En esta situación, cuando ya está hecho lo que se debía a la provincia de Buenos Aires, cuando no puede hacerse lo que se debe a la República por falta de aceptación general, es un deber del Congreso abreviar los momentos del cese de esta autoridad, antes que dejar que se acostumbren los pueblos a su desprecio. Por lo menos yo espero se servirá el Congreso relevarme cuanto antes del cargo de presidente provisorio, cuyas responsabilidades pesan sobre mi persona sin medios algunos para satisfacerlas".


Manuel Dorrego

La experiencia unitaria, desgastada por la guerra contra el Brasil y jaqueada por la oposición, concluyó a fines de 1827: el Congreso se disolvió y la autoridad nacional desapareció. Las provincias volvieron a su anterior condición de autonomía, y en una situación de completa inestabilidad, buscaron reconstruir sus instituciones y restaurar sus relaciones a través de la firma de pactos y tratados.

Disolución del Congreso

El 18 de agosto, con la asistencia de 27 diputados, se aprobó el proyecto de recomendar a la legislatura de Buenos Aires y a su gobierno la dirección de la guerra y de las relaciones exteriores, la satisfacción y pago de la deuda, créditos y obligaciones contraídas y se declara disueltos el Congreso y el gobierno nacional.

Aunque en la ley del 3 de julio de 1827 se preveía la convocatoria a una convención nacional para elegir presidente de la República, el país quedó en estado de inconstitución hasta 1853. Encargado el gobierno de la provincia de Buenos Aires de las relaciones internacionales, las provincias vivieron a su modo, con leyes, o sin ellas, y se entró en una nueva etapa de guerras civiles.

crisis economica

La política económica financiera de Rivadavia y los gastos de guerra con Brasil fueron otro de los problemas que causaron la renuncia de Rivadavia , en 1827 en el momento  la Deuda del Gobierno Nacional con el Banco era mayor que todo el circulante y el encaje metálico era apenas del 10 %, Al ejercito de línea al momento de la renuncia se le debían 8 meses de sueldo

Situación Financiera

La situación financiera era de extrema gravedad, y en ella era muy poco lo que podía pesar el mero cambio de gobierno. El 31 de octubre de 1827, los billetes emitidos por el Banco Nacional alcanzaban a 10.215.000 pesos; la deuda del gobierno al Banco era de 11.405.000. El ejército expedicionario no cobraba desde el mes de enero, los regimientos de caballería carecían de caballos, los soldados se hallaban medio desnudos; el déficit era de más de cuatro millones y la deuda pública, sin contar el empréstito inglés, ascendía a 25.600.000 pesos; en los primeros meses del año la renta fiscal fue sólo de 1.360.000 pesos.

En 1829 las entradas totales no alcanzaron a ocho millones de pesos, y los gastos ordinarios totalizaban unos 10 millones; el déficit pasó de 15 millones, y la deuda pública, sin el empréstito inglés, ascendía a casi 20 millones, de los cuales 18 correspondían al Banco Nacional; el papel moneda alcanzó el 500 por ciento.