A fines de 1937, previas gestiones del senador Mario Bravo y del diputado nacional Ernesto Boatti, tuvo lugar una entrevista de los doctores Marcelo T. de Alvear y Nicolás Repetto.
Este último resumió sus aspiraciones en este memorándum:
"Sigo creyendo en la necesidad, hoy más urgente que nunca, de organizar un gran movimiento de opinión para restablecer en el país el imperio de la legalidad y crear la posibilidad de una convivencia digna y fecunda de los partidos. Este movimiento debe hacerse simultánea-mente en todo el país bajo la dirección de los partidos Radical, Socialista y Demócrata progresista; no debe consistir en una agitación que alarme e inquiete a las personas sensatas y ajenas a todo interés político mezquino; debe ser un movimiento consciente, sereno y firme, que en lugar de inspirar desconfianza se acredite por la altura de sus propósitos y por la sensatez de sus métodos.
"Esto es lo que hay de más urgente en los actuales momentos. No creo que sea más urgente hacer una tentativa para reconquistar violentamente el poder, ni empeñarse, como lo hacen algunos, en derogar la ley de residencia —que mantuvieron intacta los radicales en 14 años de gobierno—, ni afanarse por el reparto de algunas bancas, conquistadas en elecciones de las cuáles no sabemos si estará excluido el fraude y que podrían obligar a la Cámara, el año próximo, a tolerar de nuevo la entrada de los diputados fraudulentos de la provincia de Buenos Aires, más los de Santa Fe. Lo más urgente en estos momentos consiste en iniciar o favorecer cualquier evolución que nos permita desarmar el aparato reaccionario que se ha venido levantando en estos últimos años en ciertas provincias argentinas, con el propósito evidente de controlar situaciones locales, a fin de mantenerlas definitivamente por medio de la fuerza, no obstante hallarse en situaciones en pugna abierta con el sentimiento predominante de la Nación. Lo urgente es desarmar poco a poco esas situaciones locales, aceptando el concurso de cualquier fuerza democrática responsable, y hasta prestándolo, si ello fuera necesario, a los gobiernos sincera¬mente empeñados en mantener o restablecer el régimen de nuestras instituciones libres."
Alvear escuchó la lectura del memorial y prometió estudiarlo con interés. Los socialistas resolvieron mantener las gestiones de conformidad con los propósitos enunciados. No se llegó a nada concreto y habían de pasar años hasta ver en marcha una confluencia de partidos por encima de sus intereses particulares.
El propio presidente Ortiz, en su mensaje al Congreso, el 14 de mayo de 1940, señaló "los turbios manejos de los partidos para las elecciones internas, que permiten el triunfo de ciudadanos sin probidad política y sin cultura intelectual", y denunció que "los comités políticos se llenan de ciudadanos a los que poco o nada interesan los programas; sólo quieren y exigen que el partido con¬quiste posiciones y les resuelva con empleos públicos su problema económico".
También se refirió Ortiz, un año antes, a los "grupos reaccionarios que realizan su propaganda reaccionaria y proselitista excitando pasiones extranjeras". Tenía para ello motivos suficientes gracias a las investigaciones de los parlamentarios radicales y socialistas que comprobaron que en la Argentina funcionaba un grupo territorial del partido nacional-socialista alemán, prolongación del existente en Alemania.
Pero el proyecto de creación de una comisión investigadora de las actividades antiargentinas de 1938, tardó casi tres años en formalizarse, hasta el 11 de septiembre de 1941.