En las elecciones del 5 de marzo de 1911 en Santa Fe, la Liga del Sur, el partido político fundado por Lisandro de la Torre en 1908, fue derrotada y se atribuyó la derrota a los vicios electorales tradicionales.
El ministro del interior había prevenido al gobierno de aquella provincia, en vísperas de los comicios:
"Es necesario que demuestre la perfecta lealtad con que adhiere al programa político del presidente de la Nación y lo practique en esa provincia. El respeto por parte de los gobernantes al derecho electoral de los ciudadanos y las garantías más completas para que lo ejerciten con libertad y seguridad, son la base de ese programa, inspirado en el artículo 59 de la Constitución, que garante a las provincias el goce y el ejercicio de sus instituciones, entre las cuales figura en primera línea el sistema representativo".
Enseguida se produjo una seria divergencia entre el poder ejecutivo y el legislativo de la provincia; algunos legisladores habían promovido juicio político al gobernador Ignacio Crespo; por su parte, el gobernador desconoció la legalidad de los procedimientos de la legislatura, ordenó la ocupación de su local por la fuerza pública y solicitó la intervención federal.
El gobernador Crespo decía en su petitorio que había un alto interés político en poner el conflicto suscitado en manos del gobierno nacional, para que, en vista de los altos ideales que había proclamado, tenga la provincia, hondamente abrumada por los errores de sus gobernantes una ocasión propicia para elegir un gobierno fuerte y deshacerse de una vez por todas de los reatos y entorpecimientos hallados en veinte años de esterilidad política.
El pedido de intervención del gobernador coincidió con el hecho en el mismo sentido por la legislatura.
Caricatura firmada por Cao, publicada en Caras y Caretas, 1910, de Ignacio Crespo, cuando era gobernador de Santa Fe.
El presidente, en acuerdo de ministros, decretó la intervención y nombró comisionado al doctor Carlos Salas, después sustituido por Anacleto Gil, el cual declaró caducos los poderes ejecutivo y legislativo de Santa Fe y asumió el mando de la provincia.
En carta a Carlos Salas escribía Roque Sáenz Peña el 4 de marzo de 1911:
"El señor gobernador de esa provincia es un colaborador de mi política, y su respetabilidad personal abona la sinceridad de las declaraciones que me tiene expresadas, adhiriendo a la verdad y a la prédica de mi programa institucional".
La Liga del Sur, con la firma de Lisandro de la Torre, Francisco E. Correa y Gerardo Constanti, lanzó un manifiesto sobre la situación:
"El gobierno nacional ha intervenido en la provincia. Hace tiempo, en la presidencia anterior, lo habíamos solicitado para acabar con las garantías de la Constitución nacional, con un régimen subversivo de las instituciones y los hombres. Fuimos desoídos. El juego externo de los poderes, la ficción de una normalidad puramente formal, y sobre todo los intereses creados, pudieron más que nuestras denuncias ... La intervención amplia ha sido juzgada por el país entero como la prueba fehaciente y esperada de la efectividad práctica del programa presidencial. La han aceptado los partidos y han callado los fariseos que murmuraban en nombre de la ley. La intervención amplia en Santa Fe es la más justa y la más legal que haya podido decretarse ... La altura y la claridad de propósitos, la exacta noción de los hechos y la insospechada corrección de procedimientos del gobierno nacional, obliga a la Liga del Sur a expresar absoluta confianza en la intervención encomendada a un ciudadano expectable por sus servicios a la República".
Y como esa actitud era novedosa en la historia política del país, decía el manifiesto:
"Dentro de nuestras costumbres políticas parecerá extraordinario que un partido popular militante en la oposición de una provincia haga declaraciones tan categóricas. Pero son de justicia".
Anacelto Gil fue designado en 1912 por el presidente Saen Peña como interventor federal de la provincia de Santa Fe, su mandato fue muy complicado, ya que los conflictos internos habían minado la autoridad del oficialismo conservador; por otro lado, parte del conflicto era por causa de la ley electoral. Cuando se sancionó la Ley Sáenz Peña —de voto universal, secreto y obligatorio— decidió utilizar esa ley para la elección de las autoridades provinciales. De la misma surgió la victoria del candidato de la Unión Cívica Radical, Manuel Menchaca, a quien entregó el mando poco más de un año después de haberlo asumido.
El interventor convocó a elecciones de gobernador y legisladores al amparo de la nueva ley electoral. El gobierno ofrecía garantías completas de imparcialidad y prescindencia absolutas. La Liga del Sur comentaba: "Si la experiencia fracasa tendrán razón los que usurpan los derechos de un pueblo que no existe ... Nada habremos ganado con la caída de un gobierno, que es accidente sin importancia, si no sabemos edificar".
La experiencia no fracasó; las garantías electorales fueron completas y los viejos representantes de la oligarquía gobernante fueron abatidos en toda la línea. El voto secreto en el cuarto obscuro hizo imposible los disturbios en las urnas.
Todos los partidos concurrieron a la lucha, extremaron su propaganda, incluso la Unión Cívica Radical, que se había mantenido en la abstención irreductible durante veinte años. El triunfo correspondió ampliamente a los radicales, que conquistaron así la primera provincia. La fórmula Menchaca-Caballero obtuvo 25.000 votos, contra 20.000 de la coalición y 17.000 de la Liga del Sur.
Se advirtió que los propósitos enunciados altamente no eran vanos. El 9 de mayo de 1912, el interventor Anacleto Gil hizo entrega del mando al gobernador electo, doctor Manuel Menchaca, elegido de conformidad con el imperio de la ley Sáenz Peña.
La participación de los radicales santafesinos en las elecciones tuvo lugar en contra de la resistencia originaria de la dirección nacional del partido.
Al conocer el desarrollo del acto electoral del 19 de abril en la provincia de Santa Fe, Sáenz Peña envió al interventor Anacleto Gil, que lo presidió, un efusivo telegrama en el que dice entre otras cosas: "¡Bienvenido el vencedor! Quien quiera que sea, emerge de un movimiento insospechado, de un pronunciamiento inapelable. Los vencidos han conquistado alto espíritu a la pública consideración, y sin desalientos ni desmayos habrán de perseverar en el esfuerzo doblando sus energías, actuantes siempre en la rotación de los partidos"...
Las fuerzas militares fueron felicitadas por la corrección de su comportamiento en el acto eleccionario.
Manuel J. Menchaca ha pasado a la historia argentina por ser el primer gobernador electo en elecciones libres por el voto secreto establecido por la Ley Sáenz Peña de 1912. Ese mismo año de 1912, Menchaca se impuso por 25.000 votos contra 17.000 de Lisandro de la Torre. Gobernó la provicia de Santa Fé entre los años 1912 y 1916.