El Combate naval de Talcahuano, también llamado Captura de la Fragata María Isabel fue un hecho de armas ocurrido en la Bahía de Concepción en 1818.
La firme voluntad de O'Higgins, al servicio del plan sanmartiniano, fue un factor decisivo en la preparación de la escuadra del Pacífico. Únicamente se disponía del bergantín Águila, apresado por los patriotas en Valparaíso después de Chacabuco y bautizado con el nombre de Pueyrredón; se le agregó la fragata inglesa Windham de 500 toneladas, con 44 cañones, adquirida la víspera de la batalla de Maipo y rebautizada con el nombre de Lautaro, que puso al mando de Jorge O'Brien. Con esas dos naves fueron alejadas de las costas de Valparaíso la fragata Esmeralda y el bergantín Pezuela; dos días después de la batalla de Maipo, la Lautaro entró en fuego contra la Esmeralda, y estuvo a punto de capturarla, lo mismo que al Pezuela. En julio el gobierno chileno compró una corbeta norteamericana a la que se le dio el nombre de Chacabuco, con 20 cañones; poco después fue adquirido un bergantín, también norteamericano, con 16 cañones, que recibió el nombre de Araucano y en agosto adquirió Álvarez Condarco en Londres un moderno barco de 1.350 toneladas, incorporado a la escuadra del Pacífico con el nombre de San Martín, armado con 64 cañones.
El gobierno de Buenos Aires, en conocimiento de que había partido de Cádiz, rumbo a las costas chilenas, un convoy de 11 transportes armados con 2.500 hombres, envió los bergantines Lucy (después Galvarino) e Intrépido para que reforzasen la novísima escuadra chilena, y comunicó la noticia a San Martín.
Utilizando las tripulaciones del Galvarino y del Intrépido, Blanco Encalada completó la marinería de la María Isabel, puso guarnición a los tres transportes y dio la vuelta a Valparaíso dejando a la Chacabuco con su dotación intacta, para que apresara a los dos que venían atrasados. El 17 de noviembre entraba al puerto, de donde saliera un mes y ocho días antes con cuatro buques, al frente de nueve naves. Cinco días más tarde, llegaba la Chacabuco, convoyando a las fragatas Jerezana y Carlota, que partieron de Cádiz con 240 hombres, y habían llegado a Santa María con 140.Blanco con estas acciones ya había logrado totalmente su objetivo.
Manuel Blanco Encalada, nacido en Buenos Aires, jefe de las fuerzas navales, rescatado de la prisión en Juan Fernández por el capitán Raimundo Morris, al mando del Águila, recibió orden de dirigirse a la isla de Mocha y esperar al convoy enemigo. Blanco Encalada llego a Talcahuano el 27 de octubre con el San Martín, la Lautaro, la Chacabuco y el Araucano, y sorprendió a la María Isabel, después O'Higgins, de la que se apoderó luego de un ataque que duró dos días y en el que intervino desde tierra el coronel Sánchez.
Fueron apresados cinco transportes del convoy español el resto logró huir, pero su tripulación pereció víctima del escorbuto.
Al pasar por la isla de Santa María se incorporaron a la escuadra de Blanco Encalada; el Intrépido, luego bautizado Maipic, y el Galvarino, y a fines de noviembre entró en el puerto de Valparaíso en medio de clamorosas aclamaciones.
El almirante Cochrane recibió luego el mando de la escuadra chilena y trató de equiparla y disciplinarla debidamente. En julio de 1819 llegó a Valparaíso Bouchard, después de un corso de dos años por todos los mares. Aportaba: la Argentina; la ex Chacabuco (Santa Rosa), al mando de Peter Corney, y las presas Maria Sofía y Neptuno. Cochrane se incautó de esas fuerzas, que incorporó a su escuadra, siendo apresado Bouchard durante seis meses.
El poder naval patriota era una realidad y mantuvo desde entonces el predominio en el litoral del Pacífico. El camino a Perú por mar quedó abierto para San Martín. Éste comunicó a O'Higgins, después de la expedición de Blanco Encalada: "Si el año entrante es tan feliz como éste, los maturrangos pueden hacer su testamento".