Osorio reunió los dispersos de Maipo que llegaron a Talcahuano y sumados a las guarniciones de la frontera de Arauco pudo disponer de una fuerza de 1.200 hombres, que le permitió adelantar sus líneas hasta el río Nuble, mientras el coronel Sánchez cubría la localidad de Chalán. Pidió entonces instrucciones al virrey Pezuela. Los realistas tenían todavía el dominio del mar y parte de la opinión del sur de Chile les era favorable. El territorio podía ser reconquistado si se reforzaba debidamente a los defensores de Talcahuano, con lo cual se podía retardar la expedición de San Martín.
Pezuela sabía que habían salido de España 2.500 hombres para sostener la causa realista en Chile, pero prefirió concentrar todas las defensas en el Perú y ordenó a Osorio que embarcase para el Callao si era atacado; al mismo tiempo hizo retirar también tropas de Nueva Granada, con lo que allanó la ofensiva iniciada por Bolívar.
Osorio mantuvo una guerra de recursos y dispuso algunas empresas de carácter ofensivo.
En vista de esas operaciones y guerrillas en el sur, Zapiola fue reforzado con todo el regimiento de granaderos, el batallón de cazadores de Coquimbo y dos piezas de artillería. Cajaraville atacó el 31 de junio a Chillán, guarnecido por 500 realistas, pero el ataque terminó con el agotamiento de las municiones de los patriotas y su retirada.
Dadas las escasas posibilidades de obtener recursos, Osorio acabó por alejarse de Talcahuano, después de desmantelar las fortificaciones, dejando al coronel Sánchez que continuase con los nativos la guerra de recursos a los patriotas, y se llevó 35 cañones de sitio de la plaza el 8 de setiembre de 1818.