Mercedes, tuvo dos hijas, con las cuales el Libertador pasó momentos de regocijo; ellas fueron su feliz entretenimiento en sus últimos años. Las niñas se llamaban María Mercedes y Josefa Dominga Balcarce de San Martín. Se divertían mucho con el abuelo que, generoso, les daba sus condecoraciones para que jugaran, y cuando alguien le hizo una observación sobre esto le dijo: "Si estas condecoraciones no sirven para hacer callar a una nieta, de nada habrían valido."
La mayor, María Mercedes, nació en Buenos Aires el 14 de octubre de 1833 y murió soltera en París a los 27 años de edad, en 1860. Y Josefa Dominga, la menor, nació el 14 de julio de 1836 en Grand Bourg y falleció en Brunoy (Francia) el 15 de abril de 1924 a la edad de 88 años. Josefa, que fue una mujer ilustrada y culta, conservó el acervo histórico de su ilustre abuelo, pues ella conocía el valor de lo que aquello representaba para la historia argentina y americana. Fue así como le remitió a Bartolomé Mitre toda la documentación que disponía, además de los objetos y enseres que pertenecieron al Libertador, remitidos al Museo Histórico Nacional que hacía poco había fundado D. Adolfo P. Carranza. El 8 de octubre de 1886, Josefa le escribía a Mitre desde París, para informarle de los documentos que le remitía para su "Historia de San Martín": cartas, papeles, mapas y proclamas ordenados por su padre a tal objeto. En otra carta posterior, le dice: "Después de haber, en 1886, ofrecido a usted el reloj y cadena de mi abuelo, el general don José de San Martín, y remitido a ese Ministerio de Relaciones Exteriores para el Museo Nacional su uniforme, sus bandas y otros objetos que le pertenecieron, conservé entonces únicamente la escribanía y caja de trabajo de que él se sirvió hasta su último día. Hoy que se halla usted en vísperas de regresar a Buenos Aires, vengo a rogarle se sirva aceptar, cono recuerdo mío, estas últimas reliquias de las que no me había querido desprender hasta ahora".
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