La salud de San Martín

San Martín padecía de úlceras, y durante muchos tramos del cruce, aquejado por sus dolencias, debió ser trasladado en camilla. Durante el regreso a Buenos Aires, luego del primer cruce, estas dolencias hicieron empeorar su salud.

La enfermedades del general San Martín

A lo largo de su vida, San Martín sufrió numerosos traumatismos y enfermedades:

  • Heridas Fue herido en la mano y en el pecho cuando fue asaltado por bandoleros en la localidad de Cubo (España). En la batalla de Albuera (España) se enfrentó cuerpo a cuerpo con un oficial francés y resultó herido en el brazo izquierdo. En la batalla de San Lorenzo fue herido en la cara; por último cuando su carruaje volcó en Falmouth, un vidrio lo hirió en brazo izquierdo, lesión que demoró mucho en curarse. En San Lorenzo también sufrió el aplastamiento de una pierna y la contusión de un hombro (se cree que fue el izquierdo).
  • Infecciones Cuando San Martín desembarcó en el Perú, la tropa fue afectada por una epidemia de paludismo y disentería. San Martín no fue afectado por esta epidemia, pero tuvo vómito de sangre motivo de la úlcera que padecía. El Libertador sólo reposó siete días, lapso exiguo para superar un episodio de tanta gravedad. Después de su renuncia al poder en Perú, viajó a Chile y enfermó de reumatismo y además contrajo fiebre tifoidea. En 1832 una grave epidemia de cólera asoló Europa, incluyendo a Francia. San Martín y su hija cayeron víctimas del "cólera morbus".
  • Afecciones respiratorias San Martín sufría de asma, esta enfermedad se manifestó por primera vez en España en 1808. El primer ataque asmático en país lo tuvo en Tucumán cuando era jefe del Ejército del Norte. En Europa sus accesos se fueron espaciando y tuvo largas temporadas en que se vio libre de ellos.
  • Aparato digestivo El aparato digestivo de San Martín fue afectado por úlcera, gastritis, hemorroides gangrenadas y estreñimiento. De todas ellas, la primera fue la principal patología del Padre de la Patria, ya que la padeció desde 1814 hasta el día de su muerte, el 17 de agosto de 1850.
  • Manifestaciones nerviosas A lo largo de su existencia sufrió de insomnio, excitaciones nerviosas y temblor de la mano derecha. Al referirse al insomnio, escribió: "Lo que no me deja dormir no son los enemigos, sino cómo atravesar esos inmensos montes." En 1818 padeció un temblor en la mano derecha que le impedía escribir. Dicha manifestación fue transitoria. Nuestro héroe máximo sufrió también las secuelas de las diversas enfermedades que padeció. En una dirigida a Toribio de Luzuriaga en 1837, decía: "Desde el año '33, en que fui atacado de cólera, me quedó una enfermedad de nervios que me ha tenido varias veces a las márgenes del sepulcro; en el día me encuentro restablecido a beneficio de los aires del campo en donde vivo y, más que todo, a la vida enteramente aislada y tranquila que sigo."
  • Reumatismo Se estima que a lo largo de su vida sufrió entre diez y doce ataques de reuma. Uno muy fuerte lo atacó el día de la batalla de Chacabuco, al punto que apenas podía mantenerse a caballo. Al respecto, en una carta dirigida a su amigo, el congresal Tomás Godoy Cruz, el Libertador le confesó: "mi salud está arruinada."
  •  Cataratas Las padeció en los últimos cinco años de su vida. En 1849, un año antes de su fallecimiento, fue operado con escasos resultados. Los magros resultados de la operación lo sumieron en la melancolía, transformándose en un hombre solitario.
Medicamentos e insumos disponibles para el cuerpo de sanidad del Ejército de los Andes

Medicamentos e insumos disponibles para el cuerpo de sanidad del Ejército de los Andes 
El general San Martín realizó una primera lista de los medicamentos  que creyó necesarios para equipar a su cuerpo de sanidad y se la envió al Dr. Zapata, quien sugirió eliminar algunos de ellos por considerarlos innecesarios, y modificó también las cantidades.El 31 de agosto de 1815, ambos colaboraron en la elaboración de la lista que finalmente fue enviada al director del Instituto Médico Militar, la que contenía 103 tipos de medicamentos y 71 clases de insumos médicos. El Dr. Argerich, si bien consideró que algunos de ellos eran “superfluos”, triplicó la cantidad solicitada con el fin de “…abastecer a 6000 hombres…” que luego cruzarían los Andes. Todos los instrumentos y los medicamentos fueron transportados por 186 mulas, en petacas mendocinas cubiertas de cuero.