José de San Martín
San Martín, su vida San Marítn, su paso por el ejército San Martín y su inserción en la política Comentarios acerca de San Martín Bibliografía
El 16 de noviembre de 1821 falleció Antonio José de Escalada, suegro de San Martín. En su testamento dejó por herederos a sus seis hijos. En la adjudicación de fincas a Remedios le tocó la casa que se encontraba en la esquina de las actuales calles San Martín y Tte. Gral. Perón. La propiedad, valuada en $ 60.084, 5 reales y 1 cuartillo, le fue otorgada en condominio con su hermano Mariano. Con el correr de los años, San Martín le compró a su cuñado la otra parte. Además, Remedios había heredado la sexta de los muebles, cuadros, plata labrada, libros, y otros bienes inventariados, equivalentes $ 10.000 más aproximadamente. Además de dicha herencia, San Martín poseía bienes en Mendoza, Chile, Perú, Buenos Aires, y Francia. El 18 de diciembre de 1816 le habían sido dadas en propiedad por el gobierno de Mendoza, cincuenta cuadras y otras doscientas cuadras a su hija; formando esas doscientas cuadras la chacra "Los Barriales", tierras que dedicó a la siembra de trigo y a la cría de caballos. El 10 de octubre de 1818, compró dos sitios contiguos, en la Alameda (Mendoza). En este terreno, emprendió de inmediato la construcción de una casa. El 29 de julio de 1823, le donó 50 cuadras a su amigo, el general don Tomás Guido, con todas sus entradas y salidas, aguas, usos, costumbres, derechos y servidumbres. En la escritura de donación, San Martín deja constancia de que en su poder reserva " cuadruplicados bienes ". Veamos los bienes que tenía en el Perú. El 21 de noviembre de 1821, la Municipalidad de Lima acordó repartir entre los jefes y oficiales del Ejército Libertador los $ 500.000 que representaban las fincas confiscadas a los realistas y ordenó, asimismo, que se les diese tierras a los soldados en las provincias que ellos eligieran para su residencia, en el caso de que quisieran vivir en el Perú. San Martín, respondió a dicho pedido y entre la lista remitida figuran como merecedores del premio, Juan Gregorio de las Heras, Bernardo Monteagudo, Juan Antonio Alvarez de Arenales, Toribio de Luzuriaga, Diego Paroissien, Guillermo Miller y Tomás Guido, entre otros. Por su gesta libertadora, el gobierno del Perú le otorgó el grado de Generalísimo de sus ejércitos y le concedió una pensión vitalicia de $ 9.000 anuales. Al llegar a Chile, camino a Mendoza, llevaba consigo 120 onzas de oro y recibió allí, a fines de 1822, del gobierno peruano, una libranza de $ 2.000, a cuenta de sus sueldos. En Buenos Aires, mientras tanto, el Congreso Nacional decidió donarle una de las fincas más importantes del Estado, ubicada en la esquina en donde hoy está la sede del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en la esquina de Bolívar y Rivadavia. Además, San Martín era titular de un crédito hipotecario constituido entre 1824 y 1829, sobre la estancia "El Rincón de López", cuyo importe era de $ 30.000. Pues bien, la suma de los bienes que poseía hacía un total de aproximado de $120.000, unos 320.000 francos de aquella época. Es seguro, entonces, que durante su retiro en Europa, José de San Martín tuvo siempre lo suficiente para vivir dignamente.

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