Reunión del Che Guevara - Frondizi

La última visita de Ernesto Guevara a la Argentina se produjo el 18 de agosto de 1961 cuando Guevara arribó a la Argentina en donde se reunió con el presidente argentino Arturo Frondizi, y de vuelta al aeropuerto visitó a una tía suya. Guevara fue trasladado secretamente a la Quinta de Olivos y la noticia tomó estado público únicamente cuando este abandonó el país.
El encuentro se produjo poco tiempo antes de la crisis de los misiles, uno de los momentos de mayor tensión durante la guerra fría. Precisamente la reunión se produjo a instancias del presidente estadounidense John Kennedy, para que Argentina mediara ante un posible conflicto bélico entre la Unión Soviética y los Estados Unidos, las dos principales potencias mundiales.

Contexto histórico

El 17 de abril de 1961 se produjo la invasión de Bahía de Cochinos desde Nicaragua, donde fueron despedidos y arengados por el dictador Luis Somoza Debayle, por parte de un ejército de 1500 hombres mayoritariamente cubanos, entrenados en Guatemala, utilizando buques de la United Fruit Company,  con el apoyo abierto de la CIA. Al día siguiente era evidente que el ejército cubano había controlado la situación. La CIA le pidió entonces al presidente John F. Kennedy, quien había asumido la presidencia hacía menos de tres meses, la intervención abierta de Estados Unidos con la Fuerza Aérea, pero este se negó es por esta razón la comunidad cubana anticastrista en Estados Unidos sostuvo públicamente que el presidente Kennedy era un traidor.

El fracaso de la invasión de Bahía de Cochinos causó el despido del director de la CIA, Allen Dulles, y su reemplazo por John McCone. En noviembre de 1961 la CIA estableció un gigantesco programa llamado Operación Mangosta, dirigido por Edward Lansdale, con el fin de organizar actos de sabotaje, terrorismo, asesinatos selectivos de los líderes cubanos, ataques militares e infiltraciones que desestabilizaran al Gobierno cubano y lo llevaran al colapso para octubre de 1962.4 La ofensiva de aislamiento contra Cuba avanzó en enero de 1962 cuando los países americanos tomaron la decisión de excluirla de la OEA, excepto la Argentina que por medio de su canciller Miguel Ángel Cárcano, se opuso a la exclusión de Cuba del sistema interamericano.5

Los servicios de Inteligencia de la Unión Soviética detectan el plan de invasión militar inminente y notifican a Cuba. El ejército soviético aprovechó la coyuntura para proponer a La Habana la instalación en Cuba de cohetes de alcance medio como medida disuasiva contra los planes del Gobierno estadounidense.6 Fidel Castro entra en desacuerdo y le dice que con ese propósito, es preferible un acuerdo militar entre Cuba y la URSS. En dicho tratado se establecería que una invasión a Cuba sería equivalente a un ataque directo a la Unión Soviética, pero los soviéticos no estuvieron de acuerdo e insistieron en que la instalación de los misiles no solo serviría para proteger a Cuba, sino también para aumentar la capacidad defensiva de todo el bloque socialista. El líder cubano aceptó, pero sugirió que el traslado y la instalación de los cohetes se realicen de forma pública. Sin embargo, los soviéticos se negaron a hacerlo antes de que los cohetes queden operativos.

Antecedentes

El presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy deseaba que Argentina fuese el mediador entre Estados Unidos y Cuba en el conflicto de la «crisis de los misiles», ya que estos dos países vivían un enfrentamiento muy grave motivado por el temor que tenía Estados Unidos a que Cuba pudiese tener a su disposición armas nucleares provenientes de la Unión Soviética apuntando hacia su territorio. De ahí que se alentara a petición del presidente estadounidense a que se celebrase una reunión entre Arturo Frondizi y Ernesto Guevara para que se tratase el espinoso tema además de que se intentara encaminar las relaciones entre los dos países después de que los estadounidenses fracasasen en invadir la isla de Cuba.

invasión de bahía de Cochinos, también conocida como invasión de Playa Girón

La invasión de bahía de Cochinos, también conocida como invasión de Playa Girón o la batalla de Girón,​fue una operación militar en la que tropas de cubanos exiliados, apoyados por Estados Unidos invadieron Cuba en abril de 1961, para intentar crear una cabeza de playa, formar un gobierno provisional y buscar el apoyo de la Organización de los Estados Americanos y el reconocimiento de la comunidad internacional. La acción acabó en fracaso en menos de 65 horas. Fue completamente aplastada por las Milicias y las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de Cuba. Más de un centenar de soldados invasores murieron, y los cubanos capturaron a otros 1200, junto con importante material bélico.

Allen Dulles fue el primer director civil de la CIA

Allen Dulles fue el primer director civil de la CIA. Fue también miembro de la comisión Warren. Allen W. Dulles, trabajó y lideró operaciones durante más de 21 años, participando en todos los casos como parte de las diferentes directivas y desarrollando, estructurando y planificando decenas de operaciones, acciones y proyectos de espionaje, investigación e inteligencia en general, llegando al tope de su carrera con sus operaciones al frente de la CIA, que incluyeron golpes de estado en Guatemala e Irán y la muy renombrada Operación Paperclip. Su aplastante carrera al frente de la Inteligencia estadounidense, se vio empañada por el fracaso del plan desarrollado por Dwight Eisenhower para invadir Cuba, la Operación Bahía de Cochinos, la cual debió ser llevada a cabo durante el período de Kennedy, quien obstruyó y debilitó la operación, conduciendo a su fracaso, teniendo como resultado la renuncia bajo presión de sus responsabilidades al frente de la CIA, cuando tenía ya entonces 68 años de edad.


Preparativos

Guevara estaba en Punta del Este, Uruguay, el 5 de agosto de 1961 cuando estaba participando de la IV Conferencia del Consejo Interamericano Económico y Social de la OEA. Había llegado a Uruguay con la intención de negociar con Estados Unidos una solución al hostigamiento contra Cuba, pero que no lo vinculara con la Unión Soviética.  Durante una conferencia, criticó activamente el rol de los Estados Unidos en América Latina.

En ese momento Jorge Carrettoni, quién había sido diputado por la Unión Cívica Radical Intransigente y ahora ejercía como asesor del Consejo Federal de Inversiones y tenía enlaces directos con el Gobierno argentino, se entrevistó en Punta del Este con Guevara para motivar una reunión con el presidente argentino. 

A las 4 hs de la madrugada del 18 de agosto de 1961 Frondizi se entrevistó en persona con los oficiales de la Casa Militar de guardia en Olivos, les ordenó a los tenientes de fragata Emilio Filipich y Fernando García que se dirigieran al aeródromo de Don Torcuato, siguiendo las siguientes instrucciones:

Llegará alguien muy importante. Lleven ustedes dos o tres autos y personal armado, y traigan a ese señor directamente a la residencia de Olivos. No se desvíen del rumbo y no dejen que ese hombre baje en ninguna parte. Yo debo responder personalmente por la vida de ese caballero. Frondizi hablando personalmente con los tenientes Filipich y García.

Viaje de Montevideo a Buenos Aires

El Consejo Federal de Inversiones facilitó 20.000 pesos para alquilar el endeble avión Piper de matrícula CX-AKP comandado por el piloto uruguayo Tomás Cantori.  Jorge Carrettoni tenía órdenes del presidente Frondizi de no volar en el mismo avión en donde viajaba Guevara. A las 6:15 h de la madrugada del 18 de agosto de 1961 Carrettoni se despedía de Guevara:

Mi instrucción establecía que Guevara debía viajar solo: entonces, cuando le extiendo la mano para despedirme en la escalerilla del avión, Guevara me responde:
—¿Usted no viaja?
—No. Esas son mis instrucciones.
—Entonces yo tampoco viajo.

Y dando media vuelta se alejó, temiendo seguramente que se tratase de alguna trampa tendida por la CIA o por algún otro enemigo. Recordaría que su gran amigo Camilo Cienfuegos había muerto en un sospechoso accidente aéreo. Yo sentí que el mundo se derrumbaba y que la trabajosa operación estaba a punto de fracasar, por lo que opté por transgredir mis instrucciones y subir al avión. Jorge Carrettoni.

Así el avión partió del aeropuerto Ángel S. Adami del barrio de Melilla, en las afueras de Montevideo. El viaje en avión duró alrededor cuarenta y cinco minutos, en los que Guevara durmió sobre el hombro de Ramón Aja Castro (diplomático cubano, director de Asuntos Latinoamericanos).

El avión Piper aterrizó a las 10:30 de la mañana del 18 de agosto1 en el aeropuerto de la localidad de Don Torcuato en la provincia de Buenos Aires,  y Jorge Carrettoni fue el primero en bajar de la aeronave. Los militares presentes se quitaron el guante derecho para saludarlo y dijeron que ellos responderían por la vida de él, pero Carrettoni les tuvo que aclarar que él no era el sujeto en cuestión, y cuando comprobó que los militares presentes los escoltarían hasta la Quinta de Olivos, volvió al avión y le dijo al Guevara: «Puede bajar tranquilo». Cuando este pisó tierra argentina, literalmente dejó boquiabiertos y paralizados del asombro a sus escoltas, a tal punto que accidentalmente dejaron caer sus aguantes al piso. Sería la última vez que pisaría tierra argentina, ya que en 1967 moriría fusilado en Bolivia. 

En tierra había dos Peugeot 403 negros de la Presidencia de la Nación Argentina que rápidamente lo transportaron a la Quinta de Olivos. 

Los miembros del vehículo que transportaron a Guevara dijeron que durante el viaje este preguntó por como andaba el San Isidro Club (SIC) en las Ligas del Rugby argentino, pero ante el desconocimiento de estos por aquel deporte cambio su pregunta a: «Quiero decir, Rosario Central, ¿cómo anda?».

Guevara en la Argentina

La caravana de autos ingresó a la Quinta de Olivos en el partido de Vicente López a las 11:00 de la mañana, y el Presidente recibió a sus visitantes en la galería, y tras un apretón de manos los dos se dirigieron solos a un cuarto, Arturo Frondizi les dijo a Jorge Carrettoni y Aja Castro que la reunión sería sin testigos. Según el mismo Frondizi la reunión duró alrededor de setenta minutos, los hombres tomaron café y debatieron plácidamente.
Ernesto Guevara mantuvo su postura antiestadounidense, y también su opinión de que un país no debería contar con ayuda económica de Estados Unidos, argumentando que la potencia capitalista siempre ganaría, a través de su prestación económica y enorme influencia política en el país afectado. El presidente Frondizi expresó, por otra parte, su preocupación por el camino que estaba tomando la política de Cuba hacia el socialismo, y también le confesó a Guevara que tenía preocupaciones de que el país caribeño ingresará al Pacto de Varsovia. Sin embargo, el Che lo tranquilizó informándole de que eso no iba a convertirse en realidad.
El periodista Hugo Gambini en su biografía que escribió sobre Guevara explaya sobre la versión que dio Frondizi del encuentro:

Guevara me escuchó y accedió a examinar el problema sobre la base, que yo le propuse, de que Cuba no insistiera en querer exportar su revolución a otras naciones del hemisferio. Sin embargo me dio su opinión sobre América Latina afirmando que, aún sin influencia o injerencia cubana, la revolución era inevitable pues estaban cerrados los caminos de la evolución pacífica.
Arturo Frondizi en Che Guevara, Hugo Gambini, 2004.
Terminada la entrevista Frondizi se dirige al teniente Fernando García y le indica que le debe garantizar la salida de Guevara del país, no sin antes llevarlo a ver a una tía, minutos después Frondizi se retira a la Casa Rosada y Guevara se queda hablando con los presentes, entre quienes estaban la esposa del presidente y su hija. Guevara ya había visitado a varios familiares en Punta del Este, pero faltaba ir a visitar a su tía María Luisa Guevara Linch, que vivía en San Isidro y estaba muy enferma. Durante el viaje a la casa de su tía comentó que la zona había progresado, y al llegar a la casa se encontró con su tía además de su tío Martín Martínez Castro, el presidente del San Isidro Club. De camino a la puerta, Guevara se despidió emocionado, diciendo: 

Bueno tío, yo creo que esta es la última vez que nos vamos a ver. No creo que tenga posibilidad de volver a la Argentina, pero la he pasado muy bien, fue una gran alegría haberte visto. Ernesto Guevara.


vicealmirante Fernando García

La Marina tenía la responsabilidad de la custodia presidencial, posición que conservó hasta el golpe de Estado que derrocó al Presidente y en su lugar asumió José María Guido, momento en el que cambió la guardia y pasó a manos de la Policía Federal. La noche del 17 de agosto del ’61, Frondizi convocó vicealmirante Fernando García, como el custodio del "Che" Guevara cuando visitó a Frondizi en la residencia presidencial, el 18 de agosto de 1961.

Tapa de la revista humorística Tia Vicenta, Año V, número 191, 1 de Septiembre de 1961 reflejando la reunion de Frondizi y Ernesto (Che) Guevara.

Tapa de la revista humorística Tia Vicenta, Año V, número 191, 1 de Septiembre de 1961 reflejando la reunión de Frondizi y Ernesto (Che) Guevara.

Ernesto (Che) Guevara - arturo fondizi

A las 10 y media de la mañana del 18 de agosto de 1961, a bordo del taxi aéreo Bonanza matrícula CX-AKP, Ernesto Guevara, ministro de Industrias de Cuba que acababa de tener un papel protagónico en las sesiones del Consejo Interamericano Económico y Social, reunido en Punta del Este, arribó al aeropuerto de Don Torcuato, en las afueras de Buenos Aires. Lo acompañaban Jorge Carretoni, un asesor del Consejo Federal de Inversiones a quien Frondizi le había recomendado la misión de traerlo secretamente, y un colaborador del Che, Ramón Aja Castro.
Desde Don Torcuato, Guevara se dirigió por tierra a la residencia de Olivos, escoltado por dos tenientes de fragata de la custodia presidencial, Emilio Filipich y Fernando García Parra, quienes traían precisas instrucciones de Frondizi de recoger en la estación aérea a un visitante que ‘reconocerían’ y al que debían trasladar, fuertemente protegido y sin escalas ni detenciones de ningún tipo, a la antesala del presidente.

Peugeot 403 negro un modelo similar al usado para transportar a Ernesto Guevara en la reunion con el presidente Arturo Frondizi

Peugeot 403 negro un modelo similar al usado para transportar a Ernesto Guevara en la reunion con el presidente Arturo Frondizi

Ernesto Guevara en el aeropuerto de Montevideo leyendo el diario La Nación en espera para la visita a la Argentina para el encuentro ocn Frondizi, esta sera el último viaje que hara al país el 18 de agosto de 1961.

Ernesto Guevara en el aeropuerto de Montevideo leyendo el diario La Nación en espera para la visita a la Argentina para el encuentro ocn Frondizi, esta sera el último viaje que hara al país el 18 de agosto de 1961.

Acto seguido ambos se abrazaron y emocionaron, Guevara con su voz quebrada dio la orden de partir. La comitiva abordó los vehículos que los esperaban afuera y marcharon rumbo a Don Torcuato. En el viaje de ida, luego de unos minutos en silencio Guevara comentó que su tía no estaba tan mal de salud como se lo imaginaba.
En el aeropuerto el piloto del avión esperaba a sus pasajeros. Los escoltas, los tenientes Fernando García y Emilio Filipich, acompañaron a Guevara hasta el pie del avión, y el líder cubano brindó palabras de agradecimientos a sus dos custodios, y a los pocos minutos el avión cruzó el Río de la Plata. En Uruguay un avión lo esperaba para llevarlo a Brasil en donde se vería con el presidente Janio Quadros. La reunión trascendió públicamente cuando Guevara dejó el país.

Consecuencias

La reunión entre el presidente Arturo Frondizi con el Ernesto Guevara provocó que veinte días después renunciara Adolfo Mugica de su cargo de ministro de Relaciones Exteriores y Culto el 29 de agosto de 1961. La actitud de Frondizi ante la Revolución Cubana de 1959, junto con la visita de Fidel Castro y Ernesto Guevara terminó debilitando la relación del Gobierno con el poder militar, más aún de lo que ya estaba:  cabe destacar que el Gobierno de Frondizi sufrió veintiséis asonadas militares y seis intentos de golpe de Estado. 
El ejército protestó formalmente ante estas reuniones con los líderes cubanos, y presionó al presidente para cambiar su política con respecto a Cuba. Exiliados cubanos en Buenos Airesintentaron fraguar documentos con la intención de implicar a miembros del Gobierno en un supuesto complot castrista. Frondizi ordenó una investigación, y hasta el propio informe del ejército, el famoso caso de las «cartas cubanas», no era más que una mentira. Frondizi brindó un discurso por cadena nacional para intentar brindar explicaciones. 
Frondizi fue detenido y llevado prisionero a la isla Martín García tras haber sido derrocado por un golpe de Estado militar.
Varias décadas después, Oscar Camilión reflexionó al respecto que:

No tenía por qué haberlo recibido a Guevara, fue un error político. Yo era su secretario de Relaciones Exteriores y estaba en Punta del Este gestionando una entrevista de Guevara con el delegado de Kennedy, que se concretó finalmente. Pero jamás se me hubiera ocurrido traerlo a la Argentina porque no agregaba nada, y porque iba a producir una agitación muy grande en el medio militar, era un costo político interno muy alto.