El periodo de gobierno de Arturo Frondizi se caracterizó por adoptar el desarrollismo como política básica de gobierno, a partir de las recomendaciones de la CEPAL y las definiciones de la llamada teoría de la dependencia, desarrollada a partir de los años de 1950 por intelectuales de toda América Latina. Sin embargo, el desarrollismo frondizista se diferenció del cepaliano al recurrir principalmente a la radicación de empresas multinacionales, antes que al Estado, como factor de impulso del desarrollo industrial.
Al asumir Frondizi, la economía argentina padecía una severa restricción externa, causada por el fuerte déficit de su balanza comercial, que le impedía contar con las divisas necesarias para importar los insumos que precisaba el tejido industrial que había crecido fuertemente en la década anterior. Una parte sustancial de ese déficit se debía a las importaciones de petróleo.
La política de radicación de capitales extranjeros (cuyas medidas principales fueron las leyes de inversiones extranjeras directas, promoción industrial y los contratos petroleros) tuvo éxito al coincidir con la etapa de gran expansión transnacional que tuvieron las empresas estadounidenses en aquella época.
Entre 1958 y 1963 se llegó a alcanzar el máximo histórico de las inversiones extranjeras en Argentina: alrededor del 23 % del total del período entre 1912 a 1975. Las ramas industriales privilegiadas en esta segunda etapa del proceso de sustitución de importaciones fueron la automotriz, la petrolera y petroquímica, la química, la metalúrgica y la de maquinarias eléctricas y no eléctricas. Las inversiones se orientaron hacia el aprovechamiento de las posibilidades que ofrecía un mercado interno protegido.
La inflación subiría a consecuencia de las inversiones realizadas en los años 1958 y 1959 (algunas de ellas emergentes), a tal punto que a principio de 1959 llegó al 113 % anual. Para combatir la inflación, el gobierno lanzó un incremento salarial del 60 %, ya con el aviso de que gran parte de este incremento sería absorbido por el crecimiento de la inflación, además de la reducción del gasto público. Gracias a la explotación petrolera y al incremento de la producción, la inflación bajó en 1960, teniendo un índice del 27,1 %, y en 1961 del 13,7 %. Hasta fines de la década de 1960, según datos del Banco Mundial, Argentina tuvo un PIB per cápita similar al de Austria, Italia, Japón y España.
Siam Di Tella Automotores S.A. fue producto de la decisión de la compañía Siam, hasta entonces dedicada a la fabricación exclusiva de electrodomésticos, a incursionar en la producción automotriz. Tal decisión pretendía aprovechar el nuevo Régimen de Promoción de la Industria Automotriz, lanzado por el gobierno de Arturo Frondizi en 1959. En el citado año, se integró la empresa al régimen de promoción automotriz, lo que le permitió producir bajo licencia modelos de la British Motors Corporation. Se crea entonces Siam Di Tella Automotores SA. El auto elegido para iniciar la producción local fue el Austin A-60, denominado en Argentina como Di Tella 1500.