El tratado fue firmado en Washington D. C., ciudad de los Estados Unidos, el 1 de diciembre de 1959 y entró en vigor el 23 de junio de 1961 al depositarse el último de los instrumentos de ratificación de los 12 signatarios originales. El Tratado Antártico y otros acuerdos relacionados, colectivamente denominados como Sistema del Tratado Antártico, actualizan las relaciones internacionales con respecto a la Antártida. Para los propósitos del Tratado Antártico la Antártida es definida como todas las tierras y barreras de hielo ubicadas al sur de la latitud 60°S sin afectar derechos sobre el alta mar allí existente.
La Conferencia Antártica se inauguró en Washington D. C. (Estados Unidos) el 15 de octubre de 1959, en una atmósfera de incertidumbre, concurriendo en ella representantes de doce estados, de los cuales siete reclamaban su soberanía sobre alguna fracción del continente antártico, entre los cuales estaban: Argentina, Australia, Chile, Francia, Noruega, Nueva Zelanda y Reino Unido. Cuarenta y cinco días después se firmó el Tratado Antártico.
Los derechos territoriales reclamados por Argentina, Chile y Reino Unido se superponían de manera considerable. Mientras, otros cinco países (Bélgica, Estados Unidos, Japón, Sudáfrica y la Unión Soviética) habían realizado exploraciones en la región sin haber presentado reclamaciones territoriales. Existían aspectos de la futura reglamentación para la Antártida que tenían el consenso general de las naciones, como por ejemplo la pacificación del continente, que tenía que quedar excluido de toda actividad de índole bélica, como también la garantía de investigación científica para cualquier país que lo deseara. El problema más complejo fue la consideración de los reclamos de soberanía.
La posición de la Argentina consistía en establecer el uso pacífico de la Antártida y la cooperación científica dentro de los límites convenidos, y que la Conferencia no modificara en lo más mínimo los derechos de las partes. Respecto de la utilización del territorio, el Gobierno argentino sostenía la necesidad de poner límites a la libertad absoluta, con el propósito de preservar los intereses ecológicos, y prohibir las pruebas nucleares y depositar desechos nucleares.
La última proposición tomó por sorpresa a la delegación estadounidense como a la soviética, y la insistencia argentina en la misma estuvo cerca de provocar una crisis en la reunión, no solo a nivel internacional, sino también dentro del gobierno de Frondizi.
El tratado fue firmado finalmente el 1 de diciembre de 1959, y se mantuvo de acuerdo con las exigencias por parte de Argentina en el sentido que se tenían que proscribir las actividades de naturaleza militar. El Tratado Antártico entró en vigencia el 23 de junio de 1961. El pacto tuvo cierto éxito puesto que la zona se mantuvo libre de conflictos. El consejo también logró internacionalizar y desmilitarizar el continente antártico, en el que se prohibieron realizar pruebas nucleares y almacenar residuos radiactivos. Durante la Guerra Fría estas actividades se desarrollaban con gran intensidad por las potencias beligerantes. Se aseguró que la región sea utilizada con fines pacíficos, incluyendo principalmente la exploración conjunta y investigaciones científicas. Los países signatarios obtuvieron libre acceso a toda la región con derechos recíprocos a inspeccionar sus instalaciones.
En su discurso del 1 de mayo de 1960, Frondizi le dedicó un párrafo a la Conferencia sobre la Antártida, afirmando que la Argentina había podido incluir en el tratado su oposición a la internacionalización de la zona. Los principios de libertad y cooperación científica también habían sido incluidos en el tratado.
Emblema usado para el Tratado Antartico
Arturo Frondizi conversa con el secretario de Marina, contralmirante Gastón Clement, a bordo del Bahía Aguirre. Foto de marzo de 1961.
Luego de la firma del tratado, Frondizi visitó la Antártida. El 6 de marzo de 1961 embarcó, junto a su comitiva, en el Bahía Aguirre para ir hasta la base de Decepción (Isla Decepción). La travesía de ida fue algo incómoda, ya que tuvieron que soportar fuertes temporales en el cruce del paso Drake. El 8 de marzo por la tarde fondeó en la Bahía 1º de Mayo, y conjuntamente con el rompehielos General San Martín se rindieron los primeros homenajes a las autoridades que desembarcaban, siendo trasladadas en helicópteros y lanchas al destacamento donde se repitieron los honores. El vicario castrense Donamin realizó una misa, y desde allí Frondizi brindó un discurso al país y saludó a los miembros de la Armada Nacional, a los investigadores, a los científicos y a los técnicos.
Vuestro desinteresado sacrificio y el de los compatriotas que os precedieron han hecho posible, a lo largo de dos generaciones, afirmar de modo real y efectivo que la Antártida Argentina es para siempre parte inseparable del territorio nacional. Desde hace medio siglo, de todas las latitudes han llegado a la Antártida hombres de varias naciones para arrancar —en dura lucha con el medio— sus secretos a una naturaleza hostil, y para ello deben realizar un esfuerzo que reviste carácter de hazaña... a base de energía, voluntad y vigoroso esfuerzo espiritual y físico.
Campaña Antártica de 1959-1960
Participaron el ARA General San Martín, ARA Bahía Aguirre y el ARA Chiriguano y dos helicópteros.
Debido a las condiciones del hielo no pudieron ser relevadas las dotaciones de las bases Belgrano y Ellsworth, debió ser evacuada la Base San Martín y las bases Brown y Cámara fueron desocupadas y acondicionadas como refugios.
Se realizaron estudios de determinación de la convergencia antártica, mediciones de la corriente circumpolar antártica y otros sobre oceanografía, biología, física, química y sondeos del Pasaje de Drake. El Instituto Antártico Argentino realizó investigaciones sobre radiación cósmica, ornitología, paleomagnetismo, geoquímica, glaciología, geología y meteorología.
Campaña Antártica de 1960-1961
Fue realizada por el rompehielos ARA General San Martín, el transporte ARA Bahía Aguirre, el buque hidrográfico ARA Chiriguano, el buque-tanque ARA Punta Ninfas, junto con dos aviones y dos helicópteros. El buque oceanográfico ARA Capitán Cánepa participó en la campaña oceanográfica conjunta con los Estados Unidos, Vema-Cánepa II.
Se habilitaron cinco refugios para usar en la campaña y se inauguró el 10 de enero de 1961 el Refugio Corrientes en la Bahía Halley. El 15 de marzo de 1961 fue inaugurada la Base Conjunta Teniente Matienzo, del Ejército y la Fuerza Aérea, siendo su primer jefe el capitán Ignacio Carro.
Se hicieron tareas oceanográficas, hidrográficas, balizamientos y registros meteorológicos, junto con estudios de geología, glaciología, microbiología, fauna, taxidermia, museo y un monitor de neutrones para medir la componente protónica de la radiación cósmica fue instalado el el rompehielos ARA General San Martín.
El Destacamento Naval Decepción fue visitado el 8 de marzo de 1961 por el presidente argentino Arturo Frondizi. Mediante un decreto del 5 de mayo de 1961, la República Argentina ratificó el Tratado Antártico, que había firmado en Washington el 1 de diciembre de 1959.
Campaña Antártica de 1961-1962
Participaron en la campaña el ARA General San Martín, ARA Bahía Aguirre, ARA Chiriguano y ARA Punta Médanos. El ARA Capitán Cánepa realizó una campaña oceanográfica entre marzo y abril.
Se comenzó un censo de glaciares, se trazó una carta de hielos y se hizo un relevamiento geológico de la bahía Esperanza, además de estudios de microbiología.
En la Estación Científica Ellsworth se realizaron estudios de meteorología, física ionosférica, rayos cósmicos, auroras, biología, fisiología humana, glaciología, nivología y geomagnetismo.
Los bimotores Douglas C-47 -el CTA-12 y el CTA-15 de la Armada Argentina- al mando del capitán de fragata Hermes Quijada y del teniente de navío Jorge A. Pitaluga, alcanzaron el Polo Sur geográfico el 6 de enero de 1962, partiendo de Buenos Aires y haciendo 3 escalas, la última en la Estación Científica Ellsworth. Una expedición terrestre al mando del teniente primero Gustavo Adolfo Giró logró el segundo cruce de los Antartandes entre bahía Esperanza y bahía Margarita.
El primer avión de la Fuerza Aérea Argentina, y el primero de gran porte, que aterrizó en la Antártida fue un Douglas TA-33 al mando del comandante Mario Luis Olezza, en la Base Teniente Matienzo, sobre una pista de 800 metros. El 1 de diciembre aterrizó en la Estación Científica Ellsworth y 9 días después se incendió cuando intentaba realizar un vuelo transpolar.
Campaña Antártica de 1962-1963
Fue realizada por el ARA General San Martín, el ARA Bahía Aguirre, el ARA Punta Médanos y dos helicópteros.
El 30 de diciembre de 1962 fue clausurada definitivamente la Estación Científica Ellsworth, sobre la cual se realizó un vuelo de reconocimiento glaciológico con un avión Beaver. Se realizaron estudios hidrográficos, batitermográficos, oceanográficos y balizamientos.