Política petrolera

Al llegar el gobierno de Frondizi, había una grave situación petrolera en Argentina: existía un consumo de quince millones de toneladas de petróleo, pero en el país solo se producían cinco millones, por lo tanto debía importar diez millones de toneladas para llegar a abastecer de petróleo el país, solo en petróleo se destinaba un millón de dólares por día.

En 1958 se firmaron contratos con empresas petroleras estadounidenses para que estas operaran por cuenta de YPF. El propósito era lograr el autoabastecimiento de hidrocarburos y no tener que comprarlos afuera. 

En tres años de gestión se logró un aumento del 150 % en la producción de petróleo y gas natural en Argentina. Por primera vez en la historia, en el país se logró el autoabastecimiento de petróleo, y Argentina pasó de ser importador a ser exportador de petróleo. El logro del autoabastecimiento produjo una ganancia de cientos de millones de dólares en costos anuales de importación de crudo, lo que ayudó a crear en los siguientes trece años un crecimiento económico casi ininterrumpido, sobre todo en lo tocante a la industria. 

Todo esto en sumatoria representaba el valor de una tercera parte del producto de las exportaciones. Una de las primeras metas del gobierno de Frondizi fue la de producir todo aquello que se importaba. La explotación de petróleo y su autoabastecimiento fue uno de los primeros logros: las reservas de petróleo aumentaron casi en un 50 %, pasó de 390.000.000 a 590.000.000 de toneladas de reservas en todo el país y también se quintuplicó la producción de gas.

El gobierno sentó tres pilares básicos para la política petrolera:

1. Nacionalización del petróleo.
2. Monopolio de YPF.
3. Autoabastecimiento petrolero.

El artículo 1º de la ley 14 773 de nacionalización del petróleo establecía: Los yacimientos de hidrocarburos sólidos, líquidos y gaseosos... son bienes exclusivos, imprescriptibles e inalienables del Estado Nacional... Artículo 2º: Las actividades del Estado Nacional... estarán a cargo de YPF, Gas del Estado y de YCF... Artículo 8º: Se declara de urgente necesidad nacional... el autoabastecimiento de hidrocarburos y sus derivados... El artículo 4º de esta misma Ley decía además: «Queda prohibido en todo el territorio nacional el otorgamiento de nuevas concesiones»... Los contratos petroleros del gobierno no eran concesiones a las compañías petroleras extranjeras, como se le había criticado a Frondizi en su tiempo; por el contrario, los contratos eran de locación de obras, pero en donde las compañías no tenían derecho sobre el petróleo extraído en estas obras: el petróleo crudo era entregado directamente a YPF.

Para la extracción del petróleo se habían comprado treinta y seis equipos de perforadoras petrolíferas, la compra más grande hecha en la historia de Argentina. En 1960 se llegó a tener más de cien de estos equipos trabajando para la Administración, el doble de los que tenía normalmente YPF,  dándose así solución a la crisis energética que había hacia 1958, y acabando con la «dieta eléctrica» y los apagones que sufría constantemente el país. 

 En ese mismo año se construyó también el gasoducto Campo Durán; se creó prácticamente una industria petroquímica que ubicó al país como segunda potencia regional en el rubro; y se multiplicó por cinco la producción de caucho, necesario para la fabricación de los neumáticos de los automotores.  Con estas producciones de materias primas se redujeron fuertemente las importaciones de esos productos. 

Con estos avances en maquinarias, YPF logró duplicar su producción hasta superar la cifra de 10 400 000 toneladas de petróleo. Pero para lograr llegar hasta las 15 600 000 toneladas, el gobierno tuvo que hacer contratos de locación de obras y servicios en especial con tres empresas: Banca Loeb (en la provincia de Mendoza), Panamericam (en la ciudad de Comodoro Rivadavia), y Tennessee (en la provincia de Tierra del Fuego).  Así, Argentina logró llegar al autoabastecimiento de petróleo en cuatro años, rompiendo con cincuenta años de abastecimiento de petróleo importado por los grandes monopolios extranjeros.

El 24 de julio de 1958 el presidente brindo un discurso ante el país, explicando los problemas y consecuencias que tenía seguir importando petróleo. El gobierno anunció

El 24 de julio de 1958 el presidente brindo un discurso ante el país, explicando los problemas y consecuencias que tenía seguir importando petróleo. El gobierno anunció "la batalla del petróleo"

Terminal del gasoducto de Campo Durán

Terminal del gasoducto de Campo Durán , que sirvió para llevar gas a los hogares argentinos.

Construcción del gasoducto Campo Durán en 1958, con este gasoducto se llevó gas a los hogares argentinos.

Construcción del gasoducto Campo Durán en 1958, con este gasoducto se llevó gas a los hogares argentinos.

Los nuevos contratos petroleros se sumaron en conjunto doscientos millones de dólares. Gracias a estos contratos, en cuatro años la producción de petróleo se triplicó. Por estas acciones, en septiembre los gremios de trabajadores petroleros declararon una huelga general, en repudio a los contratos petroleros. El presidente decretó el estado de sitio, poniendo presos a peronistas sindicalistas; de hecho, se rompió el pacto Frondizi-Perón.

En respuesta a su cambio de opinión respecto a los acuerdos petrolíferos, Frondizi dijo:

Cambié mi postura porque prefiero renunciar a una actitud intelectual irreal, que mantenerla en desmedro de los intereses del país. Arturo Frondizi.

En el invierno de 1958, ya en el gobierno del país, dispuesto a promover la inversión extranjera pero sin contar con YPF, y con medios para aumentar la producción en Argentina pero sin divisas para importar petróleo, resolvió negociar con una subsidiaria de Standard Oil un contrato de explotación petrolífera. Fue muy criticado por ello, ya que iba en contra de lo que había postulado en su famoso libro Petróleo y política, escrito antes de su asunción presidencial en 1954. Esto generó algunas manifestaciones y tensiones en algunos sectores peronistas. Félix Luna dijo sobre el tema: «Más que un reproche político, se trataba de un reproche moral».
Como consecuencia, el 24 de julio del año 1958 el presidente brindó un discurso ante el país, explicando los problemas y las consecuencias que tenía el seguir importando petróleo. El gobierno así anunció «la batalla del petróleo», cuyo objetivo era el de lograr el autoabastecimiento petrolero como sea. En su discurso dio la razón de su giro ideológico, consistiendo sencillamente en que en Argentina no había «ni un gramo de oro para YPF», y que habría que atraer los capitales extranjeros para explotar el hidrocarburo, aunque las petroleras se llevasen parte de las ganancias del sector.
A continuación, una cita del discurso del 24 de julio de 1958, en la cual explica el porqué de su giro ideológico.

Cuando asumimos el gobierno, las reservas de oro ascendían a ciento veinticinco millones y medio de dólares, y el conjunto de oro y divisas a poco más de doscientos cincuenta millones de dólares. Del 1 de mayo al 31 de diciembre [de 1958] habrá que cumplir con compromisos por valor de seiscientos cuarenta y cinco millones de dólares en el exterior. No disponemos, por lo tanto, ni de un gramo de oro en el Banco Central para YPF.

Cita del discurso del presidente Arturo Frondizi declarando la "batalla del petróleo".

Aunque las políticas petroleras trajeron resultados positivos en poco tiempo, sus políticas fueron duramente criticadas, ya que en los primeros meses salió más caro extraer el petróleo argentino que comprar petróleo extranjero (alrededor de 350 000 000 de dólares), a causa de la compra de la maquinaria necesaria para ello; pero más tarde, cuando se empezaron a perforar los pozos, se pudo ver la diferencia de poder explotar petróleo en el país a tener que comprarlo. Pero había otro problema, que fue más polémico: Frondizi había escrito, antes de su asunción presidencial, el libro Petróleo y política con una gran postura antiimperalista, en el cual, entre otras cosas, decía que YPF era capaz de lograr el autoabastecimiento de petróleo para el país, sin tener que pedir ayuda en el exterior. Su acción de contratar empresas estadounidenses para la exploración y extracción de petróleo era todo lo contrario a lo que había expresado en este libro. Se trataba de crear fuentes de trabajo en el país, y de extraer el petróleo de una manera racional.
Esta política petrolera estaba basada en lo que Frondizi y Frigerio llamaron «nacionalismo de fines», contrapuesto al «nacionalismo de medios». El primer «nacionalismo» instaba en alcanzar los objetivos por cualquier medio, mientras que el segundo se centraba en los medios a cómo conseguirlos