Antecedentes

Al promediar la primera década del siglo XIX los conflictos europeos tuvieron un episodio militar en tierras sudamericanas. Fruto de la lucha sostenida desde años atrás por Francia e Inglaterra a la que se vio arrastrada España fueron los ataques británicos contra la capital del virreinato rioplatense, en 1806 y 1807. Pero para los pobladores de este sector de América estos sucesos tuvieron una importancia mayor pues constituyeron uno de los factores desencadenantes de los trascendentales acontecimientos del año 1810.

Europa y su política colonial

Desde el siglo XVI los europeos, amparados por su técnica superior, e impulsados por sus necesidades comerciales y territoriales, se lanzaron a la conquista de mares y continentes. 

En las centurias siguientes, las rivalidades entre las potencias del Viejo Mundo en el terreno colonial fueron uno de los factores fundamentales de la política exterior europea. 

Así, los conflictos anglo-franceses en América del Norte y la India, y las luchas de los españoles y lusitanos en torno al Río de la Plata tuvieron influencia primordial en las guerras europeas de 1701-1714, 1740-1748, 1756-1763. 

Tras el último de los choques citados, la llamada Guerra de los Siete Años, Inglaterra logró arrebatar a Francia el Canadá y la mayor parte de los territorios de la India. 

En 1776 la revolución que daría origen a los Estados Unidos de América asestó, con el apoyo y complacencia de Francia y España un fuerte golpe al imperio colonial inglés. 

Las colonias proporcionaban materias primas y constituían importantes mercados para las producciones de sus respectivas metrópolis. Éstas se cuidaban muy bien de conservar la exclusividad de tales beneficios aun en perjuicio de los pobladores de dichas colonias (tal el caso de la política económica española).

Independencia Norteamiericana

Pese a que Francia ha pasado a la Historia como la gran aliada de los rebeldes norteamericanos, España contribuyó de manera tan decisiva o más a que lograran su independencia de Gran Bretaña. Desde el principio, envió armas, munición, medicinas y paños, así como ayuda financiera, y proporcionó refugio a sus barcos. Es más, mientras que los franceses participaron con 5.000 hombres, España envió a América más del doble, 11.000, aunque la gloria se la llevaron los galos al estar junto a George Washington en la célebre batalla de Yorktown de 1781, en la que los británicos fueron derrotados.

La revolución industrial

En el caso de Inglaterra, esa política imperialista se convirtió en el rasgo característico de su desarrollo durante el siglo XIX. Fruto del surgimiento del capitalismo y del uso de máquinas movidas por medio de vapor, la industria británica se colocó muy por delante de la del resto de Europa. 

El país abandonó su tradicional estructura agrícola-ganadera y comenzó a convertirse en una potencia industrial. El aumento de producción resultante del surgimiento de fábricas, convirtió en urgente aquella necesidad de mercados. Si ellos, sin la posibilidad de colocar el excelente de su producción, la recién nacida industria perecería.

REvolucion industrial

La creación de la maquina a vapor por el  ingles James Watt desencadeno en la Revolución Industrial la cual marca un punto de inflexión en la historia, modificando e influenciando todos los aspectos de la vida cotidiana de una u otra manera. La producción tanto agrícola como de la naciente industria se multiplicó a la vez que disminuía el tiempo de producción y costos. Gran Bretaña salio entonce a buscar mercados para su productos industriales.

Napoleón , España y el bloqueo continental

Francia, donde Bonaparte gobernaba como emperador desde 1804, era la principal enemiga de la Corona británica. España, conducida débilmente por Carlos IV y, principalmente por su favorito, Manuel Godoy, entró en la órbita de influencia de Napoleón y esta situación la condujo a la guerra con Gran Bretaña. 

El 21 de octubre de 1805 el combate naval de Trafalgar marcó un hito decisivo en el conflicto. La escuadra franco-española, mal conducida por el almirante Villeneuve, fue despedazada por la armada enemiga. Fuerte, casi imbatible en el continente, donde obtendría poco después el resonante triunfo de Austerlitz, el estadista corso vio así desplomarse toda posibilidad de invadir las islas británicas. 

Como había ocurrido en siglos pasados y como volvería a suceder una centuria más tarde. la flota inglesa. comandada en esta oportunidad por el almirante Nelson, ganó. con el dominio del mar la seguridad para el imperio mundial inglés. Fue ese uno de los hechos desencadenantes de los sucesos que ocurrirían meses después en el Plata. 

Napoleón se lanzó a la guerra económica y reforzó sus medidas para cerrar os puertos franceses y aliados —prácticamente toda Europa— al comercio inglés. Y. pese a las frecuentes violaciones del contrabando, la economía británica se vio seriamente perjudicada.

Napoleon Bonaparte

Napoleón Bonaparte fue un general exitoso y probablemente hubiera derrotado a los británicos de haber podido desembarcar sus tropas en Inglaterra, pero la derrota en la batalla de Trafalgar en 1805 lo obligo a cambiar de estrategia como Gran Bretaña tenia gran producción de mercaderías por la revolución industrial decidió realizar una guerra economica y es asi que bloque los puertos para que pudieran ingresas productos ingleses a Europa 

Viejos planes y proyectos

Durante el siglo XVIII sucesivos gobiernos ingleses estudiaron varios proyectos, de diverso origen, destinados a lograr la irrupción comercial en Hispanoamérica. 

Estos proyectos contemplaron múltiples posibilidades: desde la simple conquista militar hasta “la idea de fomentar insurrecciones locales que dieran origen a estados independientes, vinculados, claro está, con la política inglesa”. 

En la segunda mitad del siglo XVIII los británicos se instalaron en las islas Malvinas que luego debieron abandonar. En 1762 naves de ese origen actuaron junto a los portugueses en las luchas por la Colonia del Sacramento.

Ingleses y americanos

No pocos americanos partidarios de la independencia, vieron en el posible apoyo anglosajón, obtenido a cambio de la promesa de futuras ventajas comerciales un medio para separarse de España. Estas concesiones económicas (concretamente la apertura de los puertos al comercio inglés) por otra parte, lejos de perjudicar favorecían a la reciente burguesía criolla. 

Así es como en 1790, 1798, 1801 y 1804 el patriota venezolano Francisco de Miranda presentó sucesivos proyectos al gabinete londinense para concretar esas ideas. Un audaz marino inglés el comodoro Home Popham (imagen) estuvo íntimamente vinculado con esas tratativas. El ex jesuita peruano Juan Pablo Vizcardo también intentó esa vía, sin resultados concretos. 

Ante estos hechos el gobierno de Su Majestad Británica tenía motivos para suponer que su acción en Hispanoamérica no seria mal recibida por los criollos. La posterior relación entre Inglaterra y las repúblicas americanas después de la emancipación de éstas, prueba que efectivamente, los intereses de aquella nación y de los grupos mercantiles americanos eran comunes.