La Junta sabía que las provincias más ricas no iban a reconocer su supremacía sobre ellas, es decir, aceptar que se mantuviera el estatus de colonias de segundo grado en "beneficio del bloque comercial porteño".
En Asunción del Paraguay existía una fuerte reacción contra la Revolución de Mayo, encabezada por el gobernador Bernardo de Velazco, quien había reconocido la legitimidad del Consejo de Regencia de la Península.
Para auxiliar al movimiento revolucionario y vencer la resistencia realista del Paraguay, la Primera Junta encomendó una misión con un ciudadano paraguayo que se encontraba en Buenos Aires José de Espínola y Peña que llevaría cartas credenciales y información sobre la revolución del 25 de mayo.