Al término de la batalla de Tacuarí en el mediodía del 9 de marzo de 1811 ya habían transcurrido más de 14 horas desde que las fuerzas de Cabañas habían iniciado la batalla Belgrano envió a José Alberto Cálcena y Echeverría, tío de Cabañas, proponiendo la capitulación y el abandono del Paraguay.
Al recibir Cabañas la propuesta de capitulación, la situación en que se encontraban sus fuerzas no era óptima: habían realizado un esfuerzo extraordinario recorriendo de noche más de 10 km desde su base de partida a través de montes y pajonales, combatiendo después por más de cuatro horas contra un enemigo mejor armado y descansado. Los caballos estaban agotados, el parque de municiones era escaso y se debía derivar hombres para vigilar a los prisioneros capturados.16 Por otro lado, lo único que pedía el enemigo era retirarse al otro lado del Paraná en 24 horas lo que en cierta medida satisfacía las directrices estratégicas dadas por el gobernador Velasco. Igualmente Cabañas consultó con sus oficiales. Gamarra propuso que Belgrano debía dejar el armamento como compensación de los gastos ocasionados a la provincia y que eran importantes para la defensa del Paraguay. Cabañas decidió aceptar la capitulación imponiendo solo la retirada inmediata.
Imaginaria despedida de Belgrano (izquierda) y Cabañas (derecha). Acuarela con detalles anacrónicos pintada por Guillermo Da Re en 1890.
El mismo día de la batalla, Cabañas envió a Belgrano la nota con las condiciones de la misma: