A partir de los años ochenta del siglo xx empezó a elaborarse la Estrategia Mundial para la Conservación de la Naturaleza. En esta se señala la necesidad de un desarrollo basado en el uso equilibrado de los recursos; es decir, los recursos no deben sobreexplotarse hasta que no sea posible su regeneración. Se elaboró el concepto de modelo de desarrollo sostenible, que básicamente consiste en:
Posteriormente se acuñó otro nuevo concepto, la biodiversidad, en el que la naturaleza deja de verse como un conjunto de elementos aislados, y se comienza a considerar globalmente. La respuesta institucional a estas nuevas propuestas fue el Convenio sobre Diversidad Biológica, celebrado en Río de Janeiro en 1992.
En torno a la biodiversidad se han planteado dos nuevos problemas: su conservación y su utilización, teniendo en cuenta que el ser humano necesita de la supervivencia de la biodiversidad para su propia supervivencia. Surgió entonces un nuevo concepto que era el uso perdurable, que consiste en un uso racional de los recursos biológicos que no merme las posibles fuentes para las generaciones futuras.
Por eso la conservación de la biodiversidad es una responsabilidad común de toda la humanidad, que necesita de unos criterios básicos para asumir de forma compartida este asunto.
El futuro de la ecología está en nuestras manos, de nosotros depende que el planeta no se destruya por completo dentro de un buen puñado de años. En las últimas décadas ha sufrido mucho por culpa de las prácticas industriales del ser humano, así como también por los malos hábitos de cada uno de nosotros. Si bien es cierto que hay que tomar medidas que afectan a todo el conjunto, no menos cierto es que cada uno de nosotros debe aportar su granito de arena para que las cosas empiecen a ir mejor.
El concepto de desarrollo sostenible integra las esferas de lo económico, lo ambiental y lo social, las cuales guardan una estrecha relación entre sí.
parque nacional laguna blanca
Localización de los 34 hotspots. Fuente: Modificado de Heywood, 2000. Los hotspots son unas zonas críticas para la biodiversidad, que contienen una elevadísima cantidad de especies que además están sometidas a una fuerte pérdida de hábitats.