La sismología es una rama de la geofísica y es la ciencia que estudia los terremotos, los localiza, elabora mapas de riesgo sísmico, etc.
Existen zonas del mundo de gran potencial sísmico, donde es posible verificar ciclos y períodos concretos en los seísmos. En general, se producen terremotos cerca de donde ya se han producido otros.
También hay estadísticas que demuestran que los epicentros de los terremotos se desplazan, de modo que se puede predecir la dirección y el tiempo en que sucederá un nuevo seísmo. Pero no es fácil. Por cada gran seísmo suceden otros muchos de escasa intensidad. A veces una sucesión de pequeños temblores pueden ser el aviso de otro de grandes proporciones. O lo contrario, puede ocurrir que antes de un gran terremoto se produzca una reducción drástica toda actividad sísmica. Es la quietud antes de la tempestad.
Sus principales objetivos son:
La sismología incluye, entre otros fenómenos, el estudio de maremotos y marejadas asociadas (tsunamis) y vibraciones previas a erupciones volcánicas. En general los terremotos se originan en los límites de placas tectónicas y son producto de la acumulación de tensiones por interacciones entre dos o más placas. Las placas tectónicas (placas litosféricas) son una unidad estructural rígida, con un espesor de 100 km aproximadamente, que constituye la capa esférica superficial de la tierra, según la teoría de la tectónica de placas (esta teoría explica la particularísima distribución, en zonas alargadas y estrechas, de terremotos, volcanes y cordilleras; así mismo la causa de la deriva continental).
La interpretación de los sismogramas que se registran al paso de las ondas sísmicas permiten estudiar el interior de la tierra. Existen 3 tipos de ondas sísmicas. Las ondas P y L (son las productoras de Tsunamis) se propagan a través del globo, y las primeras, longitudinales y de comprensión-descomprensión, lo hacen en todos los medios. Las ondas S, transversales a la dirección en que se propagan, sólo se transmiten en medios sólidos.
La prevención en zonas de riesgo
En determinadas zonas, se producen seísmos de forma bastante frecuente. No podemos saber el momento exacto en que sucederá, pero sí que las probabilidades de que se produzca son muy altas. En estos casos hay una serie de medidas que pueden ayudar a reducir sus efectos:
Hemos visto algunas normas básicas de prevención a seguir en aquellas zonas donde el riesgo de seísmos es importante. Veamos ahora cómo debemos comportarnos en caso de un terremoto real.
Aunque, teóricamente, los volcanes y terremotos podrían suponer una amenaza en toda la Tierra, lo cierto es que existen zonas muy seguras y zonas que tienen un alto riesgo sísmico y volcánico.
En el mapa se puede apreciar cómo ambos riesgos coinciden, y son extremadamente altos en zonas como, por ejemplo, el este de Asia.
Este hecho obliga a países como Japón a realizar un importante esfuerzo económico para crear redes de observatorios que permitan predecir estos fenómenos catastróficos.
Sismógrafo
El sismógrafo es una herramienta muy útil en esta labor. Detecta las vibraciones que se producen en el interior de la tierra, su intensidad y duración, y las recoge en un gráfico.
Terremotos.
Imágenes de terremotos y sus efectos: incendios, derrumbes de edificios y estructuras, etc.Los terremotos pueden provocar desastres de gran envergadura.
Sismógrafos.
Los sismógrafos son eficaces y muy útiles para los científicos e investigadores de los sismos, porque los apoya en descubrir y advertir a los habitantes que se encuentran en determinadas zonas sensibles a sismos, o grandes terremotos. Igualmente, pueden obtener toda la información relacionada en materia de desplazamientos fuertes provocados por las placas tectónicas. Lo que ayuda sobretodo en evitar pérdidas de vidas humanas.
Principales placas tectónicas y distribución de las cadenas volcánicas en el mundo. Los triángulos en color rojo representan los volcanes.