En España durante los meses anteriores, no dejaron de llegar malas noticias a Castilla en boca de los que iban volviendo de su aventura en el nuevo mundo, las quejas eran sobre maltratos, trabajos indignos, incumplimiento de compromisos, brutalidad, injusticias y nepotismo , esto obligo a los Reyes Católicos a tomar medidas severas enviando a Don Francisco de Bobabilla como juez con plenos poderes reales.
La pérdida de confianza en España, sumado al retiro de privilegios otorgados años atrás a Colón le surgieron otros problemas en la isla., ya que algunos conocidos personajes de la isla se opusieron vivamente a su forma de gobernar.
En España durante los meses anteriores, no dejaron de llegar malas noticias a Castilla en boca de los que iban volviendo de su aventura en el nuevo mundo, las quejas eran sobre maltratos, trabajos indignos, incumplimiento de compromisos, brutalidad, injusticias y nepotismo , esto obligo a los Reyes Católicos a tomar medidas severas. Ya habían enviado a un primer juez pesquisidor, D. Juan de Aguado, que volvió con informes negativos, y aun así continuaron confiando en Cristóbal Colón como virrey y gobernador de la Española, pero ya las noticias que les llegaron de la rebelión de Francisco de Roldán colmaron el vaso de su paciencia y decidieron enviar a alguien con un mandato mucho más serio y con importantes órdenes que cumplir.
Francisco de Bobadilla fue nombrado , el 21 de mayo de 1499 por los Reyes Católicos como juez pesquisidor para investigar los sucesos acontecidos en la isla de La Española, debido a las quejas continuas sobre la política que estaban ejerciendo Cristóbal Colón y sus hermanos en la isla (actuaciones venales, esclavitud a los indígenas, ocultación de quintos reales de perlas y de oro, la rebelión de Francisco Roldán y por las acusaciones de traición y ataques de sus muchos enemigos)
A primera hora del 23 de agosto de 1500 arribaron dos carabelas a la desembocadura del río Ozama en Santo Domingo. Diego Colón, hermano del almirante, envió una barca para identificar a los recién llegados. La sorpresa fue mayúscula, el recién llegado era el Comendador Don Francisco de Bobabilla, que llegaba a la Española para “actuar contra los que se andaban alzados“.
Nada más entrar en el río pudo ver a cada lado de su desembocadura una horca con sendos españoles colgados. Una pésima primera puesta en contacto con el Nuevo Mundo.
El juez no desembarcó hasta el día siguiente en el que acudió directamente a la misa que se ofrecía todos los días y a la que asistió mucha más gente de lo normal para averiguar qué se estaba cociendo.
Finalizada la misma hizo leer a su escribano una carta en las que los Reyes Católicos le ordenaban investigar a los rebeldes que se habían levantado contra Colón.
Colón encadenado tras ser arrestado en el barco La Gorda, conversa con Francisco de Bobadilla, en Santo Domingo antes de su partida a España,
Carta de los Reyes Católicos a Francisco de Bobadilla por la que éste es nombrado Juez Pesquisidor para que investigue y actúe contra las personas que se habían levantado contra Colón y contra la autoridad Real. Extraído de Historia de las Indias de Bartolomé de las Casas.
“D. Hernando y Doña Isabel, por la gracia de Dios. Rey y Reina de Castilla y León, etc.: A vos, el comendador Francisco Bobadilla, salud y gracia: Sepades, que D. Cristóbal Colón, nuestro Almirante del mar Océano de las islas y tierra firme de las Indias, nos envió a hacer relación, diciendo, que estando él absente de las dichas islas en nuestra corte, diz que, algunas personas de las que estaban en ellas y un Alcalde con ellas, se levantaron en las dichas islas contra el dicho Almirante y las Justicias que en nuestro nombre tiene puestas en ellas, y que no embargante que fueron requeridas las tales personas y el dicho Alcalde, que no hiciesen el dicho levantamiento y escándalo, diz que, no lo quisieron dejar de hacer, antes se estuvieron y están en la dicha rebelión, y andan por las dichas islas robando y haciendo otros males, y daños y fuerzas en deservicio de Dios, Nuestro Señor, y nuestro; lo cual, por Nos visto, porque fue y es cosa de mal ejemplo y digno de punición y castigo, y á Nos como Rey y Reina y señores en ello pertenece proveer y remediar, mandamos dar esta nuestra Carta para vos en la dicha razón, por la cual, vos mandamos que luego vades á a las dichas islas y tierra firme de las Indias, y hagáis vuestra información, y, por cuantas partes y maneras mejor y más cumplidamente lo pudiéredes saber, vos informéis y sepáis la verdad de todo lo susodicho, quién y cuáles personas fueron las que se levantaron contra el dicho Almirante y nuestras justicias, y por qué causa y razón, y qué robos, y males y daños han hecho, y de todo lo otro que cerca desto vos viéredes ser menester saber para ser mejor informado, y, la información habida y la verdad sabida, á los que por ella halláredes culpantes, prendedles los cuerpos y secrestadles los bienes, y así presos, procedades contra ellos y contra los absentes, á las mayores penas civiles y criminales que halláredes por derecho. Y mandamos á las personas, de quien cerca de lo susodicho entendiéderes ser informado, que vengan y parezcan ante vos á vuestros llamamientos y emplazamientos, y digan sus dichos y deposiciones á los plazos y so las penas que vos de nuestra parte les pusiéredes, las cuales Nos. por la presente, les ponemos y habernos por puestas; para lo cual, todo que dicho es, y para cada una cosa y parte dello, vos damos nuestro poder complido por esta nuestra Carta con todas sus incidencias, etc.; y si para hacer, y cumplir y ejecutar todo lo susodicho, menester hobiéredes favor y ayuda, por esta nuestra Carta mandamos al dicho nuestro Almirante y á los Concejos, Justicias, Regidores, Caballeros, Escuderos, Oficiales y homes buenos de las dichas islas y tierra firme, que vos lo den y hagan dar, y que en ello, ni en parte dello, embargo ni contrario alguno vos no pongan, ni consientan poner, y vos ni los otros, no fagades ni fagan ende al por alguna manera, so pena de la nuestra pena y de la nuestra merced, yd e 10.000 maravedís para la nuestra Cámara, etc.
Dada en la noble villa de Madrid, á 21 días del mes de Marzo año del nascimiento de Nuestro Señor Jesucristo de 1499 años.
Yo el Rey. Yo la Reina. Yo Miguel Pérez de Almazán, Secretario del Rey y de la Reina, nuestros señores, la hice escribir por su mandado.
Registrada.
Gómez Xuarez. Chanciller”
Luego de la lectura de la carta Bobadilla conoció a Diego Colón, que no había tenido la deferencia de recibirlo en el puerto a su llegada, al que solicitó que le entregase a los prisioneros encarcelados en la fortaleza así como toda la documentación del proceso contra ellos, al igual que de los que Bartolomé Colón tenía hechos prisioneros en un agujero en el suelo en Jaragua. Pero el hermano adujo no tener potestad para obedecer esa orden negándose a ello y emplazando su cumplimiento a la llegada del Almirante.
Al día siguiente se repitió el mismo proceso, el Comendador fue directamente a misa y al finalizar fue leída otra provisión real, en la que el escribano comunicó a los presentes el nombramiento por los Reyes Católicos de Bobadilla como gobernador de las Indias con plenos poderes, y se le ordenaba que pagase los salarios atrasados a los empleados reales y que pusiese orden en las cuentas del virreinato. Acto seguido de nuevo ordenó a Diego Colón que entregase los reos pero se volvió a negar, por lo que éste optó por asaltar directamente la fortaleza, tomándola sin mayores problemas.
Como el almirante no estaba en Santo Domingo hubo que avisarlo para que fuese al encuentro del nuevo gobernador. Tardó varios días, en los que Colón trató de conseguir apoyos entre sus seguidores y los indígenas para presentarse con un buen séquito en la ciudad y así echar a Bobadilla obligándole a volver a Castilla, lo cual suponía un evidente desacato de las órdenes reales, pero no lo logró y tan sólo se pudo presentar en Santo Domingo con una veintena de seguidores.
Cristóbal Colón tardó varios días, en aparecer y durante ese tiempo el almirante trató de conseguir apoyos entre sus seguidores y algunos indígenas para presentarse con un buen séquito en la ciudad y así echar a Bobadilla obligándole a volver a Castilla, lo cual suponía un evidente desacato de las órdenes reales, pero no lo logró y tan sólo se pudo presentar en Santo Domingo con una veintena de seguidores.
Finalmente el encuentro se produjo el 15 de septiembre de 1500 y Colón tuvo que aceptar los mandatos reales y siendo interrogado por Bobadilla sobre varios asuntos de la máxima urgencia:
A principios del mes de octubre de 1500 los tres hermanos Colón, Cristóbal, Bartolomé y Diego fueron embarcados en la carabela Gorda, en la que precisamente había llegado Bobadilla unas semanas antes, y llevados a Castilla para ser enjuiciados.
La siguiente tarea de Bobadilla sería abrir una investigación para averiguar la verdad o falsedad de las principales acusaciones que se hacían contra el gobierno de los Colón y poner orden en los asuntos administrativos de la isla. Una tarea ardua y que iba a necesitar de mucho aplomo y constancia, aunque es verdad que iba a contar con la plena colaboración de los españoles residentes allí, los cuales acogieron los cambios con gran alegría y esperanza.