Actividades políticas y militares de Paz

Las provincias del interior vivían una realidad económico-social diferente de las provincias litorales. La guerra de la Independencia Argentina había trastornado fuertemente a la región por varios motivos: el comercio con el Alto Perú se había cortado, la mano de obra se había empleado en los ejércitos, y el mercado de las provincias litorales se había perdido debido a la competencia superior de los productos ingleses.  Económicamente se mantenía una producción artesanal y los capitales se habían invertido en la compra de tierras, generando numerosos latifundios.


La situación política

De conformidad con el convenio firmado con Bustos el 18 de abril en San Roque, el general Paz quedó designado gobernador delegado de la provincia de Córdoba; al regresar al capital vencedor el 25 de abril, asumió las funciones gubernativas, nombró ministro a José Isasa y se convirtió en árbitro supremo de la provincia.

Pero no podía desconocer que se hallaba rodeado de provincias hostiles: La Rioja, donde el poderío de Quiroga era incontrastable; Catamarca, las provincias de Cuyo; Santa Fe con Estanislao López; Santiago del Estero con Felipe Ibarra. Si los caudillos con mando o influencia en esas provincias combinaban sus fuerzas podrían cercar a sus pequeños contingentes y crearle una situación sin salida.

Con vistas a esa eventualidad, creó nuevos cuerpos militares, uno de infantería, la guardia republicana, otro de caballería, los lanceros republicanos, el batallón cívico y un regimiento de caballería, con habitantes de los suburbios de Córdoba, de esta manera aumentaba sus contingentes y aseguraba el orden de la ciudad y la seguridad de las autoridades que quedasen en ella en el caso de salir con sus tropas veteranas a campaña, sin necesidad de distraerlas para esos menesteres.

También se dispuso a organizar fuerzas de caballería en los departamentos del interior, que podrían proporcionarle unos 8.000 hombres. Por otra parte, la provincia tenía destacadas tropas de línea en el. servicio de fronteras, donde los indios constituían una amenaza permanente: en Río Cuarto, El Tío, La Carlota, Villa del Rosario (Ranchos), etcétera.

Vinculación provincial

Simultáneamente con esas actividades militares, inició una vinculación con las provincias; hizo llegar comunicaciones a los gobiernos de Mendoza y San Luis, a Juan Facundo Quiroga como comandante de armas de La Rioja. Tucumán y Salta se habían pronunciado abiertamente en favor de Paz y le hicieron ofrecimiento de ayuda. Poco después de San Roque, 

Paz pidió al gobernador de Tucumán que fuerzas de esa provincia y de Saltase incorporen a del ejército y las dos provincias se dedicaron a la preparación de tropas para responder al pedido que se les hacía; Salta designó comandante en jefe de sus fuerzas expedicionarias al coronel mayor J. Ignacio Gorriti.

Mensajes a Santa Fe

También quiso granjearse la buena voluntad o neutralizar por lo menos a Estanislao López, manifestándole su absoluta independencia de Buenos Aires y haciendo protestas de que Santa Fe no sería atacada por Córdoba. Los colaboradores de Lavalle percibieron esa actitud y le advirtieron, pero éste no quiso dar crédito a las insinuaciones sobre el comportamiento de su compañero. Lo que parece cierto es que Paz se desligó de la causa del 19 de diciembre tan pronto como penetró en la provincia natal, desde donde no volvió a comunicarse con Lavalle.

Estanislao López no respondió a los comunicados de Paz y de su ministro Isasa, quizás por un resto de desconfianza; tampoco respondieron los gobiernos de San Luis , Mendoza, ni Quiroga en La Rioja. 

El portador de la nota de Paz a Quiroga fue condenado a muerte, y se salvó a última hora por un arranque propio del caudillo de los Llanos. No quedaba duda de que habría de resolverse la situación por las armas y ambos bandos se dedicaron a acelerar los preparativos para el encuentro futuro. Felipe Ibarra, en Santiago del Estero, resolvió permanecer neutral.