Antecedentes

La Guerra del Brasil que había sido la excusa para la formación de la Presidencia. El éxito de la campaña terrestre contrastaba con el fracaso en levantar el bloqueo sobre los puertos argentinos por parte de la flota brasileña. Eso llevó a un desafortunado tratado de paz firmado por el enviado del presidente Rivadavia, que al ser conocido le costó la presidencia a éste asumiendo el gobierno Manuel Dorrego. En la madrugada del 1.º de diciembre de 1828, el general Lavalle ocupó el centro de la ciudad de Buenos Aires. El gobernador Dorrego abandonó rápidamente la Fortaleza, sede de su gobierno, luego de la Batalla de Navarro, Lavalle ordenaba el fusilamiento del gobernador Dorrego en Navarro.

La Guerra del Brasil y el fracaso de Rivadavia

La Guerra del Brasil que había sido la excusa para la formación de la Presidencia. El éxito de la campaña terrestre contrastaba con el fracaso en levantar el bloqueo sobre los puertos argentinos por parte de la flota brasileña. Eso llevó a un desafortunado tratado de paz firmado por el enviado del presidente Rivadavia, que al ser conocido le costó la presidencia a éste.

Poco después era disuelto el Congreso, y la provincia de Buenos Aires reconquistaba su autonomía provincial; su primer gobernador, electo en elecciones relativamente democráticas, fue Manuel Dorrego. Éste se entendió con los dirigentes federales del interior, que le delegaron las dos atribuciones que quedaban de un gobierno nacional: la responsabilidad por lo que quedaba del ejército en campaña en la Banda Oriental, y las relaciones exteriores de todas ellas, incluida la capacidad de decidir sobre las relaciones de paz y de guerra.

El gobierno de Dorrego fue relativamente favorable a las clases bajas, y los aristócratas se sintieron atacados por esa política. Se pronunciaron en su contra, al menos en la ciudad, casi todos los dirigentes.

En reemplazo del disuelto Congreso, se reunió en Santa Fe una "Convención Nacional" de representantes de los gobiernos provinciales. Éste tenía como misión sentar las bases constitucionales del país por medio de tratados entre las provincias.

Pero Dorrego, a pesar de sus intentos de continuar la Guerra del Brasil, no tenía fondos para hacerlo. El Banco de la Provincia de Buenos Aires, controlado por capitalistas ingleses, le negaba créditos para ello, siguiendo la política del embajador inglés, John Ponsonby. De modo que Dorrego se vio obligado a firmar la paz en las condiciones exigidas por Ponsomby. La principal de ellas era la independencia de la Provincia Oriental, como República Oriental del Uruguay.

Los oficiales del ejército se sintieron ultrajados por el tratado de paz, ya que creían que había sido firmado cuando ellos aún estaban en condiciones de continuar la lucha. Al frente de ellos se puso el general Juan Lavalle, que había tenido un conflicto personal con el partido federal porteño. Disgustado por el tratado de paz, se alió con los opositores de Dorrego, muchos de ellos comerciantes que habían exigido a éste que firmase cualquier tratado de paz con tal de ver levantado el bloqueo y detenido el flujo de dinero al ejército y la flota. Lavalle y sus aliados no parecieron percibir que se oponían a Dorrego por razones opuestas.

Lavalle llevó de regreso la mitad del ejército a Buenos Aires a fines de noviembre de 1828; en pocas horas se puso de acuerdo con los dirigentes unitarios para derrocar a Dorrego.

Bernardino Rivadavia

El presidente argentino Bernardino Rivadavia apoyó inicialmente la guerra pero debió renunciar por los problemas economicos y los problemas con las provincias debido a la Constitución unitaria de 1826, pero utilizo como "Excusa" el pacto firmado en Rio de Janeiro en la   Convención Preliminar de Paz a la que denominó el "acuerdo deshonroso".

La revolución de diciembre

En la madrugada del 1.º de diciembre de 1828, el general Lavalle ocupó el centro de la ciudad de Buenos Aires. El gobernador Dorrego abandonó rápidamente la Fortaleza, sede de su gobierno, dirigiéndose al sur de la provincia, donde contaba con el apoyo de las milicias rurales, bajo el mando del coronel Juan Manuel de Rosas.

En su ausencia, Lavalle se hizo elegir gobernador en una asamblea de sus partidarios en el atrio de una iglesia. Desde entonces, ambos contendientes se consideraban, cada uno a sí mismo, el gobernador legal, y al otro como un usurpador.

Rosas aconsejó a Dorrego unir a sus fuerzas las que comandaba en el norte de la provincia el coronel Ángel Pacheco. Dorrego, en cambio, decidió enfrentar al usurpador en la batalla de Navarro, donde fue completamente derrotado. Se retiró hacia el norte de la provincia, refugiándose en el campamento de Pacheco; pero dos de sus oficiales, Bernardino Escribano y Mariano Acha, se sublevaron contra ellos y arrestaron a Dorrego. Pocos días más tarde, instigado por sus aliados unitarios, Lavalle ordenaba el fusilamiento del gobernador Dorrego en Navarro.

Fusilamiento de Dorrego

El fusilamiento de Dorrego, asistido por su amigo y compadre Gregorio Aráoz de Lamadrid y un religioso. Pintura de Antonio Ballerini. Esta acción traerá un espiral de violencia que durara mas de dos decadas