La energía se conserva en los cambios, pero tiende a transformarse en formas de energía menos aprovechables. Cualquier tipo de energía puede transformarse íntegramente en calor; pero, éste no puede transformarse íntegramente en otro tipo de energía. Se dice, entonces, que el calor es una forma degradada de energía. Debido a la degradación de la energía hace necesario el fomento de los hábitos de ahorro energético.
Cuando la pila de una lintema se agota, ¿adónde ha ido a parar la energía química proporcionada por la pila? Esta energía se ha transformado en luz y en calor. es así pues, la energía no se pierde, sino que se transforma en otras formas de energía, es decir, la energía globalmente se conserva. El principio de conservación de la energía fue enunciado por el médico y físico alemán J. R. Mayer (1814-1878) en 1842 y dice que:
La energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma La energía se conserva, porque se transforma en otras formas de energía, y a la vez se degrada, porque se obtienen formas de energía de menor calidad; es decir, menos aprovechables.
Como ya sabemos, la energía que usamos a diario puede transformarse de un tipo en otro. Así, un radiador eléctrico transforma la energía eléctrica en energia calorífica, una píla transforma la energía química en energía eléctrica, una lámpara transforma la energía eléctrica en energía luminosa, etc.
La energía cinética del viento se transforma en energía eléctrica (centrales eólicas), la energía luminosa procedente del Sol se transforma en calorífica (centrales solares térmicas), la energía química se transforma en calorifica (central térmica nuclear), etc.
En el caso de la energía mecánica se puede concluir que, en ausencia de rozamientos y sin intervención de ningún trabajo externo, la suma de las energías cinética y potencial permanece constante. Este fenómeno se conoce con el nombre de Principio de conservación de la energía mecánica.
¿Qué significa que la energía se degrada? Significa que la energía pierde «calidad». Entendemos calidad de energía como la posibilidad de transformarse en otros tipos de energía. Así:
En toda transferencia de energía se producen pérdidas, lo que hace que el proceso no sea totalmente eficiente.
En este caso hallamos del rendimiento de la transformación energética o del aparato transformador. Por ejemplo, si el rendimiento de una máquina de vapor es del 8%, significa que de cien partes de energía térmica suministrada, solo ocho partes se convierten en energía mecánica. El resto se transforma en calor y se disipa en el ambiente, sin ser aprovechada de manera útil.
Aunque en cualquier proceso la cantidad de energía se conserva, no se conserva su ''calidad'', porque tiende a transformarse en formas de energía menos útiles. En las transformaciones energéticas, una parte de la energía inicial se disipa caloríficamente y no puede ser íntegramente convertida de nuevo en la forma que tenía la energía inicial. Esta energía transferida como calor es el resultado final de toda transformación energética.
Estas son algunas de las formas en que la energía puede cambiar (transformarse) de un tipo a otro: