El golpe que derrocó a María Estela Martínez de Perón el 24 de marzo de 1976 se gestó unos meses antes, comenzó el 18 de diciembre de 1975 cuando el brigadier Jesús Orlando Capellini se sublevó contra el gobierno.
El jueves 18 de diciembre de 1975 tuvo lugar una sublevación dentro de la Fuerza Aérea Argentina. Un sector de la aviación de tendencia ultranacionalista encabezado por el brigadier mayor Orlando Jesús Capellini se pronunció pidiendo el pase a retiro del brigadier general Héctor Fautario y la renuncia de María Estela Martínez de Perón. En la rebelión fueron detenidos en el aeroparque Fautario junto a otros brigadieres mayores y brigadieres y trasladados a la VII Brigada Aérea de Morón. Héctor Fautario fue enviado al Taller Regional Quilmes, donde lo encerraron en una habitación sin custodia.
En el lugar donde había sido encerrado Fautario no estaba bajo ninguna custodia, por lo que salió en busca de ayuda. Un mayor lo auxilió y lo trasladó en auto hasta el edificio Cóndor, donde llegó cerca de las doce del mediodía. Su presencia sorprendió al ministro de Defensa Tomás Vottero, quien se había acercado al edificio para nombrar como comandante de la Fuerza Aérea Argentina al por entonces brigadier Orlando Ramón Agosti. Ante esa situación Fautario lo increpó a Vottero por lo que estaba haciendo y le dijo que ya estaba en marcha un golpe de Estado.
Luego, partió hacia Olivos para intentar hablar con la presidente, pero no lo recibió.15 Frustrado, el brigadier general Héctor Fautario le envió entonces un mensaje a través del edecán de la Aeronáutica: «Cuídese, Señora, porque a usted la van a echar en marzo.»
El gobierno pensaba que el retiro de Héctor Fautario iba a terminar con la sublevación, ya que creía que esta era producto de una disputa interna en la aeronáutica. Pero la rebelión no había sido sofocada y continuaba.
El pronunciamiento liderado por el brigadier mayor Jesús Orlando Capellini se prolongó hasta el 22 de diciembre luego de que aviones de la misma Fuerza Aérea Argentina bombardearan la VII Brigada Aérea de Morón. Sin embargo, el factor decisivo fue la mediación del vicario castrense de las Fuerzas Armadas, Adolfo Tortolo, quien consiguió que los sublevados dieran marcha atrás con sus pretensiones.
El levantamiento del brigadier Jesús Orlando Capellini buscaba sacar del medio al jefe de la Fuerza Aérea, brigadier general Héctor Fautario, quien se oponía a los planes de sus pares del Ejército, Jorge Rafael Videla, y de la Armada, Emilio Massera, esta sublevación logró su objetivo ya que Héctor Fautario fue reemplazado por brigadier Orlando Ramón Agosti y tres meses más tarde caía el gobierno peronista.
El 17 de octubre, dentro del yate Itatí, en del delta del Paraná, Héctor Fautario concurrió a la invitación que le había enviado Emilio Massera para reunirse ellos dos junto a Jorge Videla. En esa reunión el comandante de la Armada fue la voz cantante. Massera le dijo a Fautario que revisara su posición (de no plegarse a un futuro golpe de Estado) ya que el país se encontraba frente a problemas tales como «la subversión, los gremios que pasaron a dominar el gobierno, que no controla la situación». Fautario nuevamente se negó a acceder a la propuesta afirmando que los militares no estaban preparados para gobernar, y que todos los anteriores regímenes militares en Argentina habían tenido que salir «por la puerta trasera».
Los oficiales aeronáuticos insurrectos lograron uno de sus objetivos: la remoción y pase a retiro del brigadier general Héctor Luis Fautario y su segundo, el brigadier mayor José María Klix. El mismo día que comenzó el levantamiento (el 18 de diciembre) fue nombrado titular de la Fuerza Aérea Argentina el brigadier Orlando Ramón Agosti, quien fue nombrado comandante de la Fuerza Aérea Argentina y ascendido al rango de brigadier general , tres meses harian el golpe.