La política internacional de Isabel Perón, aunque por un tiempo prevaleció la postura a favor de esa apertura dirigida por el ministro de economía José Ber Gelbard; a su pesar, debió aceptar la incorporación de la Argentina al Movimiento de Países No Alineados, aunque logró evitar la incorporación de su país al Pacto Andino.
Luego de tres meses tras la renuncia de Gelbard del gobierno la cancillera a cargo Alberto Vignes, un miembro de la logia anticomunista Propaganda Due abandonó la impronta tercermundista y de no alineamiento en la Guerra Fría, que había tenido durante las presidencias de Cámpora y Perón, sobre todo en las relaciones con los demás países de América Latina. Argentina enfrió las relaciones con aquellos países que eran considerados "izquierdistas" por Estados Unidos (Cuba, México, Perú y Venezuela).
El gobierno de Isabel canceló todas las tratativas tendientes a incorporar a la Argentina al Pacto Andino que venían realizando los anteriores presidentes peronistas, y en su lugar buscó establecer un polo de poder regional, sobre la base de compartir una ideología anticomunista, con las dictaduras de Bolivia, Chile y Uruguay, que a su vez frenara el "expansionismo" de Brasil.
Tras la renuncia de Gelbard, llevó al gobierno a un estrecho contacto con los Estados Unidos a través de su canciller, Henry Kissinger, y la Argentina se plegó internacionalmente a la postura que consideraba al comunismo la principal amenaza para el continente americano.
Llevó adelante una política activa con los países vecinos: con el Uruguay, país con el que, en septiembre de 1973, firmó el Tratado del Río de la Plata, que puso fin a la disputa de límites en las aguas del Río de la Plata; con el Paraguay, país con el que firmó un tratado para la construcción de la Represa de Yacyretá; y con el Brasil, país con el cual las relaciones exteriores fueron de tenso enfrentamiento por intereses geopolíticos
En particular Argentina tuvo un conflicto diplomático con México, debido a la protección que este país dio a gran cantidad de argentinos perseguidos por la Triple A -entre ellos el expresidente peronista Héctor J. Cámpora-, haciendo uso del derecho de asilo.
Alberto Vignes en 1973 fue nombrado Ministro de Relaciones Exteriores de la Nación durante la presidencia interina de Raúl Lastiri, principalmente por influencia de su amigo Benito Llambí. Estaba afiliado a la logia Propaganda Due, a la que también pertenecía el ministro de salud, José López Rega; por su influencia, el presidente Juan Domingo Perón condecoró al dirigente de esa logia, Licio Gelli.