Para el año 1978, el plan económico del ministro Martínez de Hoz dio indicios de ser un fracaso total: la inflación anual llegó al 160%, y el PBI descendió durante ese año cerca de un 3.2 %. En 1979 la tasa de inflación llegó a 139.7, con una economía estancada. Además se generó una fuga del 25 % de los depósitos bancarios, los cuatro bancos más importantes del sistema fueron liquidados.
Durante su gestión a cargo de la economía la deuda externa creció de 7000 millones de dólares a más de 40 000 millones de dólares, es decir, que en siete años se multiplicó casi seis veces y durante 1980 las exportaciones cayeron un 20 % respecto del año anterior, las importaciones subieron un 30 %.
En ese contexto se produjo el “crack bancario” de 1980, que puso fin a la etapa de la denominada “plata dulce”. La quiebra del Banco de Intercambio Regional junto con el cierre de otras 37 entidades financieras, que a su vez repercutió en sectores industriales, originando una fuerte corrida bancaria y fuga de divisas , para 1980 la producción industrial había reducido un 10 % su aporte al PBI, y en algunas ramas como la textil, la caída superó el 15 %.
Desde fines de 1979 se venía agudizando el enfrentamiento entre los miembros de equipo económico y los directivos de algunos de los bancos que más habían crecido. Los primeros sospechaban que algunos de los nuevos bancos no estaban operando según las normas y las regulaciones vigentes. En marzo de 1980, el gobierno decidió cerrar el mayor de los bancos locales el Banco de Intercambio Regional (BIR) hecho que provocó una crisis financiera de profundos alcances.
Luis Alberto Oddone era un empresario conocido, dueño, entre otros negocios, del Banco Odonne, tenía contacto con jerarcas de la dictadura, entre ellos con el entonces ministro de Economía, José Alfredo Martínez de Hoz.
Oddone denunció que en febrero de 1980 empezó a recibir presiones como parte de una maniobra de las Fuerzas Armadas para quedarse con su banco, pero también con otros como el Banco de Intercambio Regional, el Banco de los Andes y el Banco Internacional.
El método, describía, empezaba con la divulgación de falsos rumores sobre falta de solidez; se generaba desconfianza y había fuga de depósitos, con la consiguiente crisis de liquidez; y en consecuencia se pedían adelantos cada vez más altos al BCRA.
El 25 de abril, él mismo pidió la intervención, bajo advertencias del vicepresidente del Central, Alejandro Reynal. Cuatro días después se le inició una causa penal basada en una “denuncia anónima” ante la División Bancos de la Federal. Le atribuían administración clandestina del grupo, autopréstamos e insolvencia.
A fines de abril, el comisario Inanibelli le dijo que tenía orden del BCRA de detenerlo y Oddone fue interrogado a los golpes, contaría después. Al banco se le designó un interventor, Juan Carlos Aste. La entidad no se recuperó, y en agosto de 1980 dispuso la liquidación y pidió la quiebra. Oddone estuvo preso hasta 1982.
A los pocos días, del cierre de otros grandes bancos como el Banco de Los Andes, el Banco Oddone y el BIR y algunos menores durante los meses de abril y mayo, política de liquidación que continuó durante todo el año. Estas medidas provocaron un pánico generalizado entre los inversores y una ola de demanda especulativa de divisas. Frente al retiro de los depósitos de los bancos y de las entidades financieras y la salida del país de cuantiosas sumas, el equipo económico decidió restablecer la garantía oficial de la totalidad de los depósitos.
Durante todo 1980, utilizó una gran parte de las reservas en devolver los depósitos garantizados a los clientes de las entidades quebradas o intervenidas y también adelantó fondos a las que entraban en crisis por los temores del público que retiraba sus ahorros. La creciente demanda de divisas y la fuga de capitales al exterior continuaron durante 1980 y se profundizaron a partir de febrero de 1981, cuando el equipo económico, finalmente, anunció una nueva devaluación.
En este contexto de fuerte crisis económica y de reacciones críticas y opositoras por parte de numerosos sectores de la sociedad civil, en marzo de 1981 Jorge Rafael Videla fue reemplazado por el general Roberto Viola como presidente y Martínez de Hoz dejó el ministerio de Economía con una deuda externa que ascendió a 40 000 millones de dólares y fue reemplazado por Lorenzo Sigaut.
Se produce una crisis económica y hay corridas cambiarias. Se liquida el Banco de Intercambio Regional (BIR), medida que perjudica a 350.000 ahorristas.
En Marzo de 1980 se desata la crisis bancaria en Argentina con la liquidación del Banco de Intercambio Regional la caida de este banco empuja a una crisis bancaria en el país, en la foto se ve a ahorristas del BIR reclamando sus depósitos.
Los militares y su ministro es economía Jose Alfredo Martinez de Hoz fueron caricaturizados en las tapas de “Humor” arriba tapa de la revista en plena crisis económica de 1980