La FIFA había elegido a la Argentina como sede de la Copa Mundial el 6 de julio de 1966, cuando en el país gobernaba un régimen constitucional. Dos años antes del torneo, el 24 de marzo de 1976, el gobierno constitucional de la presidenta María Estela Martínez de Perón fue derrocado por un golpe de Estado cívico-militar que implantó un régimen de terrorismo de Estado liderado por una junta militar encabezada por el dictador Jorge Rafael Videla, que causó la desaparición forzada de miles de personas, tortura, ejecución ilegal de los opositores, así como el secuestro y supresión de la identidad de cientos de niños, al punto de ser considerado un genocidio.
El gobierno argentino, presidido por Juan Domingo Perón decidió comenzar con la organización del mundial en 1974, por medio de un decreto del 12 de mayo determinó la formación de la Comisión de Apoyo al Mundial, fácticamente bajo la órbita del Ministerio de Bienestar Social a cargo de José López Rega, la cual estaba facultada a autorizar las compras requeridas para la organización, sin importar su monto.
Esta comisión funcionó hasta el golpe de estado al gobierno de María Estela Martínez de Perón, el 24 de marzo de 1976, y estaba conformada por representantes de instituciones y ministerios. En representación del Ministerio del Interior estaba el comisario Domingo Tesone; en representación de la Asociación del Fútbol Argentinose encontraba Paulino Niembro, presidente del Club Atlético Nueva Chicago; en representación de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina se encontraba el sindicalista Lorenzo Miguel y en representación de la Armada el vicealmirante Carlos Alberto Lacoste.
Tras el golpe de estado a Isabel Martínez de Perón, el Comité Ejecutivo de AFA presentó su renuncia, y durante un mes fue dirigida por su gerente, Ernesto Alfredo Wiedrich. En mayo se realizaron elecciones y resultó elegido presidente Alfredo Cantilo, cercano al ejército y de esta forma el gobierno evitó intervenir la AFA, algo que habían hecho los gobiernos de facto anteriores, evitando un conflicto con la FIFA la cual no admite la intromisión del Estado en las asociaciones afiliadas.
La gestión de Lacoste ha sido caracterizada como "mafiosa", "dictatorial", y "corrupta". Para gestionar el EAM'78, la dictadura aprobó el Decreto 1261/77, eximiendo al EAM'78 de la obligación de llevar registros de su gestión, razón por la cual nunca presentó un balance. Aun así, la dictadura y la FIFA declararon que la Argentina gastó 517 millones de dólares estadounidenses, más del cuádruple del costo declarado por España para la organización de la edición de 1982, pero según Clarín la suma llegó a 700 millones de dólares. Una vez reconquistada la democracia en Argentina, Lacoste fue procesado por enriquecimiento ilícito, debido al aumento de su patrimonio en un 443% entre 1977 y 1979.
El empresario y ex secretario de Hacienda, Juan Alemann, denunció en 1982 que el Vicealmirante Carlos Alberto Lacoste había "dilapidado dinero" y que no había presentado la liquidación final del Ente Autárquico Mundial '78. Por lo que se acuso a Lacoste habría sido el autor intelectual de un atentado con artefacto explosivo en el domicilio de Juan Ernesto Alemann mientras se disputaba el Mundial de fútbol de 1978). Antes del comienzo del Mundial, el intendente de Buenos Aires Osvaldo Cacciatore aceleró la erradicación de algunas villas miseria de la ciudad y el traslado de sus habitantes. El operativo comenzó en un asentamiento ubicado en las cercanías del estadio Monumental, la villa del Bajo Belgrano, y continuó en los barrios de Retiro y Colegiales.
Equipos participantes en la Copa Mundial de Fútbol de 1978, para la XI Copa Mundial de Fútbol, que se realizó en Argentina entre el 1 de junio y el 25 de junio de 1978, 16 equipos clasificaron a la fase final. Los 16 equipos participantes fueron divididos en cuatro grupos de cuatro integrantes. De cada grupo, los dos mejores equipos clasificaran a una segunda fase, también de grupos, para determinar quienes accedían a la final.
A la fase final del torneo clasificaron 16 de 103 equipos que participaron en la etapa clasificatoria: 3 de Sudamérica (incluyendo al organizador), 10 de Europa (incluyendo a Alemania Federal, actual campeón), uno de África, uno de Norteamérica y uno de Asia y Oceanía. De estos 16, 2 eran debutantes en la competición.
El 14 de enero de 1978 se realizó el sorteo en el Centro Cultural General San Martín.1 Para el sorteo se determinaron cinco cabezas de serie (las selecciones de Argentina, Italia, Brasil, Alemania Federal y Países Bajos) a distribuirse en cuatro grupos.1 Argentina e Italia compartieron el Grupo A, Alemania Federal en el Grupo B, Brasil en el Grupo C y Países Bajos en el D.
José López Rega como ministro de Bienestar Social estaba encargado de la organización durante el gobierno de Juan Domingo Perón.
Videla participa del velatorio del General Actis, primer titular del EAM 78, dentro de la dictadura se produjo una feroz confrontación entre el Ejército y la Marina para controlar la organización del Mundial, durante la que incluso fue asesinado el general Omar Actis, existiendo fuertes sospechas de que el crimen fue instigado por su sucesor, el marino Carlos Alberto Lacoste.
Carlos Alberto Lacoste en octubre de 1974 y como Capitán de Navío, Lacoste se sumó a la comisión formada en el Ministerio de Bienestar Social para organizar la Copa Mundial de Fútbol de 1978 en la Argentina. Tras la misteriosa muerte del General de Brigada Omar Actis, quedó como titular del Ente Autárquico Mundial '78 (siglas: E.A.M. '78), la Comisión que organizó el XI Campeonato Mundial de Fútbol en Argentina. En el libro «Almirante Lacoste ¿quien mató al general Actis?», el periodista Eugenio Méndez lo señala como el autor intelectual del homicidio de Actis. Fue criticado por el entonces Ministro de Hacienda, Juan Alemann, pues nunca presentó un balance justificando los 517 millones de dólares invertidos en este evento.6 El 6 de abril de 1979 nombró a Julio Humberto Grondona como presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, cargo que este último ejerció hasta el 30 de julio de 2014, fecha de su fallecimiento.
En el mapa se ven las sedes del mundial 78 se acondicionaron estadios existenes y se construyeron 3 estadios nuevos
El 19 de mayo de 1978 en Avenida Figueroa Alcorta y Tagle se inaugura Argentina Televisora Color es un complejo imponente de 28.000 metros cuadrados, al que se sumaban varios subcentros ubicados en Mendoza, Córdoba, Rosario y Mar del Plata. Los cuatro canales recibieron imágenes producidas por el Centro de Producción de A78TV que el dictador Rafael Videla inauguró. La transmisión cromática del Mundial 78 fue sólo para países extranjeros y para una selecta propuesta llamada “Gran TV Color”, que funcionó en cines, teatros y otros sitios ubicados fuera del hogar. Con un precio de entrada elevado, sólo fue consumida por algunos miles de personas.
Tuvo lugar el jueves 1 de junio de 1978 en el estadio del Club Atlético River Plate, comenzando a las 13:30 hs. con una duración 75 minutos. La presentación estuvo a cargo de DINAM y requirió de ensayos que se realizaron en la sede del Club Gimnasia y Esgrima de La Plata, Jorge Newbery (Por tratarse de una cantidad muy elevada de alumnos de escuelas secundarias preseleccionadas, se ensayaba en distintos lugares de la ciudad, en grupos. Los que en un par de oportunidades se reunieron a todos en la sede de GEBA).
Participaron 2000 jóvenes con remeras blancas y pantalones azules en movimientos gimnásticos que fueron formando las palabras "Argentina '78"; "Bienvenidos" y "Mundial FIFA". El desplazamiento coreográfico fue acompañado por las banderas de los países participantes y de todos los países afiliados a la FIFA.
Hubo 16 bandas musicales representativas de cada país con sus uniformes típicos interpretaron el himno oficial del Mundial "Mundial 78".
Luego se pronunciaron palabras alusivas de las autoridades de la FIFA y del Comité Organizador. El acto de apertura finalizó con las estrofas del Himno Nacional Argentino.
Mascota
Gauchito, cuyo nombre oficial fue Mundialito, (24 de diciembre de 1968; 40 años de existencia, 10 años de edad), fue la mascota de la Copa Mundial de Fútbol de 1978. Era un niño futbolista, con algunos componentes del atuendo del estereotipo del gaucho, como el sombrero, el pañuelo al cuello y la rastra, además de sostener un talero en su mano. Lucía también la camiseta de Argentina, medias con los mismos colores celeste y blanco y zapatos de fútbol.
Tenía la impronta del estudio gráfico donde fue diseñado, el de Manuel García Ferré, renombrado por ser los creadores de famosos personajes de dibujos animados e historietas, como Anteojito, Hijitus y Trapito, entre otros. Dentro de la productora se efectuó una suerte de concurso, donde cada dibujante efectuó una propuesta. El escogido fue realizado por Hugo Casaglia, a cargo de la historietas de Hijitus y creador de Timoteo. Néstor Córdoba dirigió posteriormente varios micro programas, conocidos como "El Gauchito del Mundial 78", y que permanecieron inéditos.
La pelota
La pelota de la Copa del Mundo fue la Adidas Tango. La pelota estaba compuesta por veinte paneles que creaban la impresión óptica de doce círculos idénticos, y fue diseñada para resistir mejor condiciones climáticas adversas, como la lluvia. Su diseño fue la base de las pelotas de los cinco mundiales siguientes: Adidas Tango España, Adidas Azteca, Adidas Etrusco Único, Adidas Questra y Adidas Tricolor.
Himno oficial
El tema oficial se llamó "El Mundial" y fue compuesto por Ennio Morricone, compositor de la música de varios Spaghetti Westerns de Sergio Leone y Cinema Paradiso, entre otras. Otra de las canciones conocidas fue "25 millones de argentinos", compuesta por Martín Darré, la cual fue más popular en la Argentina.36
Emblema
Dos brazos estilizados en alto que forman -cada uno- una bandera argentina sosteniendo en el medio una pelota de fútbol. Dando la impresión a la vista -al mismo tiempo- de ser una persona levantando sus brazos. Y, debajo, en letras negras decía Argentina '78. Este emblema fue creado por el artista argentino Leonardo Buschi.
La sistemática violación de los Derechos Humanos denunciada por los exiliados argentinos en Europa desencadenó que diversas organizaciones planearan, en 1977, la creación de un boicotcontra la organización del evento. El mayor impacto se produjo en Francia, tras la formación a fines de ese año del Comité pour le boycott de l’organisation par l’Argentine de la Coupe du Monde de football (COBA). El COBA estaba integrado principalmente por militantes del Comité de soutien aux luttes du peuple argentin (CSLPA), sectores con fuerte actividad sindical vinculados a la tendencia Ecole Emancipée y el colectivo político y editorial Quel corps?.
Las acciones incluyeron la conformación de 150 a 200 comités que fomentaban el clima anti Junta Militar, la recaudación de fondos para las víctimas del terrorismo de Estado y la creación del periódico de difusión L'Epique que llegó a vender 120 mil ejemplares entre enero y junio de 1978. Sin embargo, a nivel de coordinación central el CORBA no tenía mucha presencia de exiliados argentinos. Tanto Montoneros como el PRT se habían pronunciado en contra del boicot, ya que consideraban que la realización del evento permitiría mostrar la realidad argentina. Muchos exiliados aprovecharon la campaña del COBA para incrementar las denuncias sobre la situación argentina, aunque sin definirse claramente sobre el boicot.
La respuesta de la Junta Militar fue denunciar que las acciones de esos grupos eran parte de una "campaña antiargentina" realizada por el terrorismo. Según palabras de Videla:
"Es evidente y somos conscientes que se ha generado una imagen exterior de la Argentina que nos es desfavorable, es una realidad. Esto obedece a dos razones: en primer término la desinformación, el desconocimiento de lo que es la Argentina real, el desconocimiento de sus problemas; la segunda razón es que se ha montado una campaña internacional que tiende, mediante la exageración de los hechos a aislar a la Argentina del resto del mundo.
[...]No nos cabe ninguna duda que esta campaña está montada y responde a los intereses del terrorismo subversivo, que es un fenómeno de orden internacional"
Jorge Rafael Videla.
La postura de los medios gráficos fue sumarse a la denuncia contra la campaña. Los casos emblemáticos fueron el relator José María Muñoz y las publicaciones de la Editorial Atlántida como El Gráfico, Gente, Para Ti y Somos.2 Gente escribía el día en que comenzaba en mundial:
"...A PESAR de todo lo que pasó antes del 24 de marzo de 1976: caos, violencia, falta de garantías, atraso, corrupción
A PESAR del boicot contra el Mundial organizado por terroristas en varias capitales de Europa (...)
A PESAR de las consignas subversivas que circularon clandestinamente con instrucciones para alterar el orden (...)
A PESAR de las presiones de ciertos periodistas extranjeros que empezaron criticando y ahora elogian.
A PESAR de los que proponen la falsa opción: 'En lugar del Mundial, hospitales'. Podemos hacer las dos cosas...
A PESAR de todo y contra todos...
...LOS ARGENTINOS HICIMOS EL MUNDIAL."
Otro de los acontecimientos polémicos que dejó el Mundial 78 fue la célebre "guerra de los papelitos", en clave humorística, entre el relator deportivo José María Muñoz y Clemente, un personaje de historieta del caricaturista argentino Caloi.
Finalmente la población desconoció masivamente la recomendación oficial, y una de las características del Mundial fue la conducta masiva de tirar papelitos en todas partes. Años después Caloi relató aquel gesto contestatario:
Era una época en la que estaba todo prohibido. El único huequito en el que uno podía colar una opinión sobre el presente era a través del humor y el Mundial. Muñoz representaba a la voz oficial de la dictadura, que decía que no había que tirar papelitos a la cancha, y Clemente era la voz contestataria, estimulando a que la gente recibiera a la Selección con papelitos. Fue maravillosa la respuesta popular que en ese momento recibió Clemente. Caloi
<El 13 de junio de 1978, en la edición 3062 de la revista El Gráfico, la revista emblema del deporte argentino, salió una doble página que sería histórica. Bajo el título Carta a mi hija ese medio gráfico difundió el supuesto mensaje del mediocampista holandés Rudolf Krol para su hija Mabelle, de tres años. El manuscrito en inglés con su traducción al castellano intentaba tranquilizar a la niña que se había quedado en su país y desmentir las noticias sobre inseguridad y violencia que podían trascender desde Argentina. La carta fue un invento.
Calcomanía con el slogan «Los argentinos somos derechos y humanos», repartida por la dictadura en 1979, en ocasión de la visita a la Argentina realizada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Esta calcomanía fue entregada en la revista Para Ti
Calcomanía con el slogan «Los argentinos somos derechos y humanos», repartida por la dictadura en 1979, en ocasión de la visita a la Argentina realizada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Esta calcomanía fue entregada en la revista Para Ti
Las Madres se agolpaban ante las cámaras de un periodista extranjero que cubría el Mundial de Argentina 1978 , el Mundial tuvo un efecto paradójico sobre estas mujeres que buscaban con desesperación a sus hijos. Por un lado se sintieron más solas que nunca. Sintieron que esa fiesta les era ajena, que esas celebraciones populares olvidaban su dolor. Por el otro, el evento deportivo logró que la atención internacional se centrara sobre ellas y que su voz fuera escuchada con fuerza por primera vez en todo el mundo. El fútbol, y en especial los mundiales, tienen ese doble efecto contradictorio. Por un lado, todo durante un mes queda bajo su sombra, monopolizan la atención pública, enmascaran cualquier situación. Pero por el otro todo lo que toca el fútbol se multiplica exponencialmente. Así ocurrió con los problemas sociales y políticos en China en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 o en Brasil 2014 y Río 2016. Lo mismo ocurrió en el Mundial 78. Todo el mundo (literalmente todo el mundo) tomó conocimiento de las violaciones a los derechos humanos en el país en virtud del Mundial.
Esa oposición entre la alegría popular y el dolor personal no es algo que para las Madres ocurría en las calles. También sucedía en sus propias casas. Hebe de Bonafini hace unos años declaró: "Con nuestras familias también teníamos disgustos. Mucha gente cercana yo les decía que usaban el Mundial para tapar los crímenes. 'No, qué va a ser así', me decía mi marido. Yo lloraba como loca en la cocina mientras Humberto miraba los partidos y festejaba los goles. Y él era un tipo que estaba sufriendo horrores la desaparición de sus hijos. Mi esposo me acompañaba a la Plaza pero no podía entender que el Mundial tuviera que ver con la represión. Tal vez por eso yo no quiero condenar a toda la sociedad por lo que ocurrió en el Mundial".
El primer día de junio del 1978 era el comienzo del Mundial con la ceremonia inaugural y el primer partido, Alemania-Polonia. Las mujeres discutieron qué hacer. La decisión fue seguir como siempre. Que nada alterara su rutina y se dirigieron a la Plaza a hacer su ronda habitual. La ciudad estaba desierta y paralizada. Nadie (casi nadie) estaba en las calles ya que se había decretado asueto para que todos pudieran ver -en la cancha, en la televisión o en los cines que la transmitían en pantalla gigante y a color- la apertura. Una de las madres Martha Vázquez recordó esa tarde tiempo después: "Habíamos quedado en ir a la Plaza como todos los jueves. Tomé un taxi y vi que la calle era un desierto, no había nadie. Íbamos por la 9 de Julio y pensé que tal vez estábamos verdaderamente locas". La plaza estaba desierta y sólo este puñado de mujeres -menos de un centenar- con sus pañuelos blancos. Y un equipo de televisión el de la televisión holandesa tomó una decisión extraordinaria ya que la ceremonia y la Ronda de los Jueves eran a la misma hora, transmitió las dos simultáneamente y a pantalla partida contrapuso la fiesta deportiva con el dolor de las Madres.
El efecto de esta transmisión fue multiplicador y al jueves siguiente los corresponsales de toda Europa cubrían el evento en la Plaza de Mayo. Las imágenes que ayer se viralizaron probablemente sean del jueves siguiente a la inauguración, del 8 de junio. De fondo a los descarnados testimonios de las mujeres se ve movimiento, gente que pasa. En otras entrevistas de ese mes se ve entrar a cuadro a hombres que atraviesan la plaza y les reprochan a las Madres sus dichos, les recuerdan que perjudican la imagen del país. "Que se vayan, que se vayan", se escucha con nitidez en algunos de esos videos. Jean-Pierre Bousquet lo consignó en Le Monde al día siguiente, el 9 de junio del 78: "Muchos transeúntes las interpelaban: '¿Qué hacen aquí?', '¿Se dan cuenta de la imagen que dan del país?', '¿No ven que hay periodistas extranjeros que van a aprovecharse para atacarnos?', '¿Ustedes no son argentinas?'. No se trataba ni de policías ni de provocadores profesionales. Era, simplemente, gente que pasaba".
La junta militar en pleno Emilio Eduardo Massera, Jorge Rafael Videla y Orlando Ramón Agosti, los integrantes de la Primera Junta Militar, festejan los goles de la selección nacional de fútbol durante la final con Holanda durante el mundial celebrado en Argentina en 1978
El exsecretario de Estado de Richard Nixon y Gerald Ford miró por la ventana y les dijo a los periodistas que cubrían su viaje: “Siempre quise conocer la Argentina. Por fin llegó la hora de concretar ese anhelo. Por lo pronto, veo que Buenos Aires es, sencillamente, deslumbrante”. El hombre medía cada una de sus palabras, sabía lo que había venido a hacer.
Henry Kissinger fue el invitado de honor del dictador Jorge Rafael Videla durante el Mundial de Fútbol de 1978. A lo largo de cinco días, no sólo presenció los partidos finales del campeonato en los estadios de River y Rosario Central sino que compartió almuerzos, cenas, reuniones, charlas y visitas a instituciones rodeado celebridades, intelectuales, empresarios y militares.
Su agenda fue organizada por la Junta Militar y estuvo pensada meticulosamente. Su presencia trascendió lo meramente protocolar y tuvo “un hondo contenido político”. Así lo reconoció el por entonces embajador de Buenos Aires en los Estados Unidos Jorge Aja Espil a la Revista Somos, en su edición número 92 del 23 de junio de 1978. La imagen que recibió la sociedad fue otra. “Retirado de la política” hace casi tres años, Kissinger venía a “conocer el país” en su rol de apasionado del fútbol. Una cosa es cierta: desde México 70, el exconsejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca acomoda su agenda cada cuatro años para presenciar la Copa del Mundo. La otra es relativa: a pesar de lo que decía ante la prensa, Kissinger ya conocía la Argentina.
“Videla entró con Kissinger, nos habló de los hermanos argentinos, nos leyó un comunicado de Morales Bermúdez (dictador de Perú en esa época). Que siempre hemos colaborado, que nos han defendido... Te estaba diciendo que si Argentina no salía campeón reventaba todo”, contó el ex futbolista Germán Leguía en Radio Programas de Perú.
José María Muñoz después del gobierno de facto vivido en la Argentina (1976-1983), hubo varias criticas a su apoyo al Proceso militar, especialmente durante el Mundial de Fútbol de 1978. En un blog, se lo llamó "Relator de la Dictadura"3 por su acalorada defensa del gobierno militar. Llego al punto de llegar a incitar a su oyentes para que fueran a repudiar a las Madres de Plaza de Mayo frente al edificio de la OEA Que los argentinos somos derechos y humanos4
El padre de la criatura, similar a un pajarito rayado sin alas, es Caloi, Carlos Loiseau. Y la tira salía en la contratapa de Clarín todos los días. Mientras en el interior del diario y desde meses antes del Mundial los lectores podían encontrarse con la campaña de la dictadura cívico-militar —que ordenaba: “Señor espectador: el país también juega en la tribuna”, y que se preocupaba por “mostrar cómo realmente somos” y jugar el “campeonato de la educación y confraternidad”—, Clemente reflexionaba desde la contratapa: “Hay que erradicar los papelitos por el Mundial. Hay que evitar peleas, agresiones, hurtos, amontonamientos, estafas, acomodos, por el Mundial. (...) Cuando veo que todo eso se hacer por el Mundial, me agarra un julepe bárbaro… ¿Qué va a ser de nosotros cuando termine el Mundial, se vaya el último turista y nos quedemos solos?”.
“¡Tiren papelitos, muchachos!”
El Clemente de Caloi se transformó en un gesto de resistencia cultural durante el Mundial 78, con su invitación a tirar papelitos desde las tribunas.
El mundial fue una cuestión de Estado. En silencio desde que cayó en desgracia, Lacoste, amo y señor del deporte en los tiempos de la dictadura, apenas recibió del juez Miguel Pons un reproche "ético" porque, siendo funcionario, incrementó su patrimonio en más del 400 por ciento, manejando dineros de firmas extranjeras en la City, en los tiempos de la bicicleta financiera de Jose Martínez de Hoz.