No escasearon las alteraciones del orden público en las provincias, aunque las intervenciones federales no fueron numerosas; Jujuy fue intervenida dos veces, en 1877 y en 1879; Corrientes otras dos, en 1878 y 1880; La Rioja, una, en 1878; y la de Buenos Aires, una a raíz del levantamiento de Carlos Tejedor, en 1880.
La primera intervención a Jujuy fue solicitada por el gobernador Cástulo Aparicio y por la legislatura y fue resuelta por decreto del presidente con acuerdo de ministros el 26 de febrero de 1877.
Se había suscitado un conflicto entre el poder ejecutivo y el legislativo y la intervención decretada tenía por objeto "garantizar el orden público en la provincia, la autoridad del gobernador y la libertad de la legislatura en el pleno ejercicio de sus funciones". Fue nombrado interventor Federico Ibarguren, juez federal en Salta, el cual no tuvo mayores dificultades para llegar a un avenimiento de las partes, dejando cumplido en pocos días su cometido.
Las autoridades provinciales de Corrientes pidieron la intervención federal, que fue decretada el 20 de febrero de 1878. Una rebelión armada, apoyada por buena parte de la opinión, protestó contra la elección del gobernador Manuel Derqui, calificada de ilegal y fraudulenta.
Se hallaba en aquellos momentos en 6 provincia, como enviado confidencial de Avellaneda, el ministro -Victorino de la Plaza; desempeñó el cargo de interventor Vicente G. Quesada, y después el coronel Inocencio Arias. La intervención se dio por finiquitada en julio del mismo año por el Congreso nacional; la revuelta quedó dominada y el gobernador dueño de la situación; pero antes de terminar el año fue elegido por elección popular el doctor Felipe J. Cabral.
Manuel Derqui era el hijo del ultimo presidente de la Confederación Argentina Santiago Derqui en 1877 fundo el Partido Autonomista, que antiguamente actuaba bajo la denominación de “federales”.
En 1878 se produjo una elección en Corrientes, entre Manuel Derqui por el partido Autonomista y Felipe J. Cabral por el liberalismo, ambos candidatos a gobernador, tras los comicios no se reconocieron vencedor ni uno ni otro, y terminó esta instancia en un duro enfrentamiento armado, que Intervención Federal de por medio, posibilitó luego que el liberal fuera consagrado gobernador. Posteriormente Derqui volvió a actuar como juez de crimen, fiscal de los Tribunales y asesor de Gobierno.
El Congreso sancionó en setiembre de 1878 la ley de intervención en La Rioja, pedida por la legislatura provincial, en conflicto con el gobernador Vicente Almandos Almonacid, y "al solo efecto de garantirla en el ejercicio de sus funciones". El juez federal de Catamarca, Joaquín Quiroga, fue designado interventor; llegó a La Rioja el 23 de noviembre y renunció en febrero de 1879, después de haberse entrevistado sin éxito con las partes en disputa para llevarlas a un arreglo; fue reemplazado por el teniente coronel Domingo Viejobueno, que actuó hasta fines de 1880 y ya en tiempos de Roca fue sustituido por Pedro N. Arias.
En Jujuy, las elecciones de febrero de 1879 dieron el triunfo al partido que sostenía la candidatura de Martín Torino, en comicios que no se podían calificar de correctos; los parlamentarios, escondidos o emigrados a causa de la conducta del partido triunfante, pidieron la intervención, que no fue enviada, lo cual equivalía a declarar a Torino gobernador legítimo. Éste fue derrocado por un movimiento armado; Torino, desde Salta, pidió la intervención federal y se dirigió con fuerza armada a Jujuy. Torino formaba parte de la liga de gobernadores que propiciaba la candidatura del general Roca para la presidencia, y Sarmiento, ministro del interior, ordenó a Torino que suspendiera toda operación agresiva. En la ciudad de Jujuy resistía el ex ministro Orihuela a los adversarios y Torino debió vacilar en su avance después del telegrama de Sarmiento; entretanto Orihuela fue muerto en la lucha. Después apareció Torino, reforzó a sus adeptos, venció a los adversarios y se instaló en el gobierno. Sarmiento estaba decidido a eliminarlo del poder y su proyecto de intervención pedía la reposición de las autoridades legítimas, que eran las derrocadas por Torino en las elecciones de febrero. El Senado aprobó el proyecto y Sarmiento se fue a descansar el fin de semana a su isla de Carapachay en el Delta. Mitristas y autonomistas se pusieron de acuerdo para eliminar a Sarmiento del ministerio; aprovecharon el domingo 5 de octubre y votaron la intervención, pero de acuerdo con el proyecto de tres diputados, entre ellos Mitre y Félix Frías, cambiando lo de autoridades legítimas por autoridades constituidas, con lo cual se reconocía a Torino.
Cástulo Aparicio en 1874 participó en la revolución dirigida por José María Álvarez Prado y fue el responsable de tomar prisionero al gobernador Teófilo Sánchez de Bustamante. El nuevo gobernador, Antonio Mas Oller, lo nombró su ministro de gobierno y hacienda. Fue también ministro general de su sucesor, el coronel Álvarez Prado. En 1875 fue elegido diputado nacional. En abril de 1876 fue electo gobernador de la provincia, como miembro del Partido Autonomista Nacional. La administración de la provincia había atravesado sucesivas crisis durante años, pero la sucesión de Aparicio fue tranquila. Nombró ministro de gobierno a Álvarez Prado.
Al conocer Sarmiento el juego, presentó su dimisión y al día siguiente se presentó en el Senado, donde experimentó una de sus grandes derrotas, aunque acusó a los adversarios, denunció sus planes, clamó irritado contra la maniobra.
"Tengo —dijo— las manos llenas de verdades que voy a desparramar a los cuatro vientos para disipar los fantasmas o neblinas que asustan o enceguecen a la opinión pública".
Aunque en el Senado obtuvo un pronunciamiento favorable a sus ideas, faltaron dos tercios de votos para insistir y quedó sancionado el proyecto de Mitre y Frías. Los sueños de Sarmiento de un nuevo período presidencial quedaron repentinamente batidos. Avellaneda aceptó su renuncia el 8 de octubre, junto con la de Roca, que también la había presentado por haber sido proclamado candidato a la presidencia en Córdoba.
La intervención a Jujuy estuvo a cargo de Uladislao Frías, que renunció al cargo después de la muerte de José María Orihuela. Vicente Saravia reemplazó a Uladislao Frías y se dio por terminada la intervención con la elección del nuevo gobernador, Plácido Sánchez de Busta-mante, el 28 de mayo de 1880.
La intervención a Buenos Aires por ley del Congreso reunido en Belgrano fue resultado de los sucesos de julio de 1880; con la rebelión de Carlos Tejedor contra el gobierno nacional estuvo a cargo del general José María Bustillo.
La última intervención durante la presidencia de Avellaneda fue la decretada para la provincia de Corrientes el 3 de julio de 1880. La provincia había sido puesta en pie de guerra para secundar a Buenos Aires en su alzamiento contra el gobierno nacional. Fue designado interventor el ministro de instrucción pública Miguel Goyena, el cual llegó a Corrientes el 15 del mismo mes y dispersó a los grupos armados que se habían formado en diversos puntos de la provincia. Fugitivos el gobernador y el vice, Goyena asumió el mando, disolvió la legislatura y convocó a elecciones, e hizo entrega del poder a los mandatarios electos.
Corrientes había firmado con Buenos Aires una alianza que contenía 7 artículos: la provincia consideraba como propia la resistencia de Buenos Aires contra la candidatura impuesta de Roca; se agotarían todos los recursos pacíficos para impedirla, y en caso de guerra quedaría inalterable la unidad nacional; ambos gobiernos, el de Corrientes y el de Buenos Aires, se consideraban unidos para la defensiva y para la ofensiva y la acción militar sería determinada en común acuerdo; Corrientes pondría 10.000 hombres sobre las armas y Buenos Aires la auxiliaría con mil fusiles, cien mil cartuchos, cuatro piezas Krupp y 300.000 pesos, que serían aumentados con un millón más. Pero como la provincia mesopotámica quedó incomunicada con Buenos Aires y no recibió las armas convenidas, no pudo contribuir al plan de la rebelión de manera eficiente, aunque hubo algunos intentos en la frontera entrerriana, cuyo levantamiento se quería estimular por los correntinos. Tejedor declaró en su renuncia: "Estamos solos".
El 1 de junio las fuerzas reunidas apresuradamente por Cau fueron desbaratadas en Chorrillos, tras lo que Torino recobró su puesto, a fines de julio cuando Orihuela desempeñaba nuevamente el gobierno delegado por ausencia de Torino, fue atacado por un destacamento de 60 soldados de línea a los que consiguió rechazar.
El 24 de septiembre de 1879 se produjo un nuevo movimiento al que Sánchez de Bustamante contribuyó a financiar. Esta vez los revolucionarios rodearon la plaza al mando de Silvestre Cau sitiando a Orihuela y sus hombres. Cuando Orihuela intentó una salida fue muerto y sus tropas se rindieron al día siguiente, 30 de septiembre.Torino se vio obligado a dejar la provincia refugiándose en Salta, donde se vio forzado a suspender toda resistencia ante un telegrama del Ministro del Interior Domingo Faustino Sarmiento prohibiéndole la prosecución de las operaciones.
La provincia quedó acéfala hasta que una asamblea eligió gobernador provisional a Fenelón de la Quintana el 3 de octubre de ese año. Restaurada la Legislatura el 9 de noviembre fue designado gobernador interino su presidente Cosme Orias. Decretada la intervención, se hicieron cargo sucesivamente Uladislao Frías y Vicente Saravia, y fracasados los intentos de conciliar a los partidos asumió el gobierno Plácido Sánchez de Bustamante el 1 de abril de 1880.