Primeras batallas

El primer combate de alguna envergadura fue el combate de Las Vacas, del 25 de junio, victoria oriental sobre tropas de desembarco, seguido por el combate de Arroyo Grande, en que se lució la caballería de Rivera sobre una avanzada enemiga. 

El 14 de agosto hubo un choque en Fraile Muerto, cerca del extremo oriental de la provincia, que resultó una victoria de Oribe sobre Bento Manuel Ribeiro. El 18 de agosto, las fuerzas independentistas sitiaron la ciudad de Colonia. Otros combates se produjeron entre fines de agosto y principios de septiembre en San Francisco, Mercedes y las Puntas del Águila. En la primavera, las tropas libertadoras sumaban 3230 hombres, según un parte redactado por Lavalleja al gobierno en La Florida. Por su parte, los brasileños contaban con alrededor de 4200 hombres.  El avance de los independentistas había dejado algunas fuerzas a retaguardia, la mayor parte de las cuales se habían retirado hacia el norte. Entre las que no lo habían hecho estaba una división que se encargaba de cuidar los caballos que necesitaba el ejército portugués, junto al río Uruguay; una audaz maniobra de Rivera le dio la victoria sobre estos enemigos en la Batalla del Rincón el 24 de septiembre.

Poco después, Lecor envió unos 2000 hombres, al mando de Bento Manuel Ribeiro, a atacar a los independentistas en su propia capital; Lavalleja alcanzó a reunir una fuerza equivalente, que alcanzó una completa victoria en la Batalla de Sarandí, del 12 de octubre.  

mariscal Bento Manuel Ribeiro

Durante la guerra con las Provincias Unidas del Río de la Plata (1825-1828), participó en varios combates al comando del ejército del Imperio de Brasil, particularmente en la batalla de Bacacay y en la Batalla de Ombú. Al ser dispersada en esta última acción su caballería de elite, no estuvo presente en la Batalla de Ituzaingó.e transformado en un estado tapón que recibió el nombre de Estado Oriental del Uruguay.

Ese mismo día, la población de Buenos Aires atacó la residencia del embajador brasileño, por lo que este abandonó la ciudad. 

Las fuerzas orientales también lograron desalojar a los brasileños de Maldonado y de la Fortaleza de Santa Teresa, esta última liberada por fuerzas al mando de Leonardo Olivera, comandante militar de Maldonado, el último día de 1825. 

Solo a mediados de noviembre de 1825 comenzó el embarque en Río de Janeiro de las primeras tropas brasileñas para reforzar las derrotadas o sitiadas de la Banda Oriental. Al finalizar el año 1825, las fuerzas orientales en campaña sumaban 4245 hombres.  

Debido a que enfrentaba algunas rebeliones en su contra ―que a la larga resultarían intrascendentes, pero en ese momento parecieron amenazar el Imperio― el gobierno imperial tardó mucho en poder reunir las tropas necesarias. Durante el posterior ataque rioplatense, los brasileños quedarían en inferioridad numérica frente al enemigo dentro de su propia provincia de San Pedro del Sur. 

Las victorias de las tropas orientales encendieron el patriotismo de la opinión pública porteña, que forzó al Congreso Argentino, reunido en esa ciudad, a aceptar la reincorporación de la Provincia Oriental el 25 de octubre de 1825,  y ese mismo día fueron aprobados los diplomas del diputado Javier Gomensoro, electo por la Provincia Oriental. 

En respuesta, el Imperio declaró la guerra a las Provincias Unidas el día 10 de diciembre, e inmediatamente la poderosa escuadra brasileña bloqueó el puerto de Buenos Aires y la boca del Río de la Plata, bloqueo que se mantuvo hasta el final del conflicto, en 1828. 

La declaración de guerra fue respondida por el Congreso argentino el 1 de enero de 1826.