Biografias Argentinas
 
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Hilario Ascasubi  
   

Poeta argentino (1807-1875). Adolescente, se embarcó como grumete, y, al ser apresado el navío en que se dirigía a la Guayana Francesa, fue llevado a Lisboa, de donde consiguió fugarse. Viajó luego por Europa y EE.UU. En 1823, en Salta el gobierno le cedió la famosa imprenta que había pertenecido a los jesuitas. Editó la Revista de Salta, con José Arenales, donde publicó su Canto a la victoria de Ayacucho. Apasionado por la tormentosa política de su tiempo, se enroló como soldado de Güemes, luego bajo las órdenes de Paz, con Lavalle fue adversario de Rosas, tuvo que huir a Montevideo. Allí, con su peculio de comerciante, costeó la expedición de Lavalle. De regreso en Buenos Aires, durante la presidencia de Mitre, fue encargado de misiones oficiales en París, ciudad en la que residió casi hasta el fin de su vida. 

Se inició como escritor gauchesco con los Diálogos de Jacinto Amores y Simón Peñalva, en 1833. Más tarde dirigió los periódicos El gaucho en campaña y El gaucho Jacinto Cielo.

Hialario Ascasubi

Durante su permanencia en París, en 1872, revisó y agrupó su dispersa producción en tres tomos: Paulino Lucero o los gauchos del Río de la Plata, cantando o combatiendo contra los tiranos de la República Argentina y Oriental del Uruguay, integrado por punzantes cielitos, romances, medias cañas, redondillas y décimas, referidos a los episodios del sitio de Montevideo, compuestos entre 1839 y 1851; Aniceto el Gallo, extractado del periódico del mismo título publicado en Buenos Aires en 1854, y completó el tercero, Santos Vega o Los mellizos de la flor, iniciado en Montevideo en 1850. En este poema, obra más completa y mejor organizada, se aparta de la figura del legendario personaje de la poesía de combate y logra profundidad y firmeza. Aunque excesivamente extenso -consta de más de 12.000 versos-, está logrado con acierto el cuadro físico y social de fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX. Ascasubi es poeta de imaginación clara y esencialmente visual, que alcanza momentos notables en algunos pasajes descriptivos y que, retomando la versificación de Bartolomé Hidalgo y otros precursores, da auténtica jerarquía artística a la literatura gauchesca.

 
 
       

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