Los elefantes actuales se clasifican en dos géneros distintos, Loxodonta (elefantes africanos) y Elephas (elefantes asiáticos), pertenecientes a dos tribus distintas. Clásicamente se reconocían dos especies, una en cada género, pero actualmente hay un debate entre los científicos sobre si las dos subespecies africanas son en realidad dos especies distintas, en cuyo caso estaríamos hablando en total de tres especies de elefantes. Se reconocen las siguientes especies y subespecies
Presentan una prolongación nasal muy desarrollada, denominada probóscide (comúnmente conocida como trompa), que gracias a su desarrollada musculatura (tiene 150000 músculos) les da una gran movilidad y sensibilidad. La trompa es la fusión de la nariz y el labio superior del elefante, y le sirve para muchas cosas además de respirar y oler:
Los elefantes también poseen colmillos, que en realidad son incisivos; salen de su mandíbula superior y crecen curvos a los lados de la trompa. Les sirven para abrir camino, marcar árboles (una forma de señalar su territorio), escarbar y para atacar y defenderse en caso necesario. Los colmillos de elefante son una gran fuente de marfil, pero debido a la creciente rareza de los elefantes, casi toda la cacería y tráfico son ahora ilegales. Sin embargo, al no existir los recursos necesarios para conseguir que se cumpla la ley, se sigue comerciando con los colmillos de los elefantes en el mercado negro. Esto implica que la matanza de elefantes de forma desaforada sigue teniendo lugar en la actualidad para alcanzar semejante finalidad. Los colmillos del elefante pueden pesar hasta 120 kg y tener hasta 3 m de longitud, aunque lo normal es que midan menos de un metro. Estos colmillos no son dientes caninos, sino incisivos extremadamente largos y el marfil es la dentina que los forma.
Otra de las características principales de los elefantes es que poseen unos grandes pabellones auditivos (mayores en el elefante africano que en el asiático). La principal función de estas orejas es la termo regulación del animal. Al estar muy vascularizadas permiten un correcto enfriamiento de la sangre, que en animales de ese volumen sería difícil conseguir por otros medios. También es capaz de percibir sonidos infrasónicos, lo cual le permite comunicarse con individuos situados a varios kilómetros de distancia. Estos sonidos, con frecuencias de tan solo cinco hertzios (imposibles de escuchar para el hombre), se transmiten por aire y tierra, pudiendo ser detectados mediante las patas antes de llegar al oído del animal, al ser la velocidad de propagación del sonido mayor en el suelo que en el aire. Este desfase en la recepción del sonido podría servir al elefante para estimar la distancia a la que se encuentra su congénere.
Se alimentan casi exclusivamente de hierbas, cortezas de árboles y algunos arbustos, de los que pueden llegar a ingerir doscientos kilogramos en un día. Son los mamíferos terrestres más grandes en la actualidad, en orden a su talla y peso. Un macho adulto africano puede llegar a pesar 7500 kg, aunque el récord conocido es de 11.000 kg. Viven generalmente hasta los sesenta, setenta años (en ocasiones superan los setenta años) aproximadamente. No se conoce exactamente un récord de edad para un elefante en libertad; se estima que en muy raras ocasiones han podido superar los noventa años de edad. En cautiverio el récord lo tiene el famosísimo elefante asiático Lin Wang, que sirvió para las Fuerzas Chinas Expedicionarias en la Segunda Guerra Sino-Japonesa además de participar en otras misiones militares y «conocer» a los altos cargos del ejército chino, como Sun Li-jen. Falleció con ochenta y seis años de edad en 2003.
El elefante produce una variada gama de sonidos, con los cuales expresa diversas emociones. El más conocido es el barrito, que hace cuando está asustado.
Varios estudiantes de cognición de elefantes y neuroanatomía están convencidos de que los elefantes son muy inteligentes y conscientes de sí mismos. Otros impugnan esta opinión.El elefante africano es el mamífero con el tiempo de gestación más largo, aproximadamente veintidós meses, y pesa unos 115 kg al nacer.
Una hembra de elefante con su cría
La etapa de bebé en la vida del elefante se extiende desde su nacimiento hasta el final del proceso de destete, que puede ocurrir en cualquier momento entre sus cinco y 10 años de edad.
Los bebés recién nacidos pesan aproximadamente 100 kilogramos y miden alrededor de noventa centímetros de altura hasta sus hombros. En esta etapa, en la que crecen y se desarrollan rápidamente, consumen más de 11 litros de leche y sus cerebros tienen un tamaño cercano al 40 por ciento del cerebro adulto, lo cual resulta curioso dado el hecho de que su tamaño general tan solo representa entre un dos y cuatro por ciento del que tendrán cuando sean completamente adultos.
Comercio de marfil
La prohibición del comercio de marfil ha hecho que la caza furtiva de los elefantes sea un negocio provechoso. Para evitarlo, las autoridades de las aduanas, aplicando el convenio CITES, confiscan los cuernos de los elefantes que hayan sido sacados de su país sin permiso oficial.
Los colmillos
Si un ejemplar logra vivir muchos años, sus colmillos crecerán en forma de espiral, a semejanza a los del mamut lanudo extinto, puesto que crecen en forma de curva sinusoidal. Se conoce que al año los colmillos pueden crecer entre 15 a 18 centímetros.
Cerca de la cuarta parte del colmillo se oculta dentro del zócalo, no obstante, no es posible evitar que los cazadores corten solo los colmillos al elefante pues dentro de la cabeza del elefante también hay gran cantidad de marfil.
La base de los colmillos es un hueco que contiene una cavidad pulpar compuesta por vasos sanguíneos y nervios. En las hembras dicha cavidad comienza a rellenarse a medida que se hacen más viejas.
Los colmillos de los machos y las hembras del elefante africano son diferentes. El de los machos advierte una circunferencia más grande, traducida en mayor longitud, robustez y peso.
ELEFANTE ASIÁTICO (Elephas maximus)
Familia: Elephantidae
Orden: Proboscidea
Estado: En peligro. Apéndice l
Descripción: El elefante asiático pertenece a una especie diferente a la del elefante africano y se distinguen porque el asiático tiene:
Hábitat: Exclusivamente en la jungla.
Alimentación: Es herbívoro, solo come hierba fresca, unos 220 kg al día.
Costumbres: A diferencia del elefante africano, el asiático ha sido domesticado y supone una gran ayuda para el ser humano, que lo utiliza como modo de transporte y como animal de carga. Tiene además la habilidad de utilizar su trompa como una mano.
ELEFANTE AFRICANO (Loxodonta africana)
Familia: Elephantidae
Orden: Proboscidea
Estado: En peligro. Apéndice 1, excepto algunas poblaciones de Namibia, Sudáfrica y Zimbabwe que están incluidas en el Apéndice II
Descripción: Puede llegar a pesar hasta siete toneladas, mide entre tres y cuatro m de alto y unos siete m de longitud. Sus orejas son enormes. La coloración, gris castaño.
Hábitat: Bosques tropicales, zonas de sabana, desiertos, estepas, valles de ríos y laderas de montañas. Puede vivir también a 3.000 m en los montes de Kenia y en el Kilimanjaro.
Alimentación: Hierbas y ramas.
Costumbres: Los elefantes tienen una forma de vida matriarcal, siendo la hembra de más edad la que .dirige el grupo. Las hembras adultas permanecen con la familia, mientras que los machos cuando alcanzan la pubertad viven solos o con otros machos formando grupos temporales que visitarán a la familia, al grupo de hembras y crías de forma esporádica.
El elefante africano se encuentra principalmente en la zona central y del este de África, el elefante asiático se localiza en el sur y sudeste de Asia.
El elefante pertenece al grupo de los grandes herbívoros, con los que comparte una serie de características:
Hace varias décadas la población de elefantes en África era de millones de individuos. Con el comercio de marfil se observó que estas poblaciones estaban disminuyendo considerablemente. En 1989, en algunos lugares se redujo tanto el número de individuos que algunos organismos internacionales y gobiernos tuvieron que intervenir prohibiendo el comercio de colmillos de elefantes. Pero como hubo una falta de mecanismos de aplicación de la ley y el mercado no se controlaba, se desarrolló la caza furtiva de elefantes. Hoy día sigue habiendo muchos compradores de este marfil, como turistas y hombres de negocios, que son los que fomentan este tráfico ilegal del marfil. Si no se toman medidas urgentes que solucionen este problema, podrían desaparecer algunas poblaciones de elefantes.