Las orquídeas son monocotiledóneas y pertenecen a la familia Orchidaceae. La mayoría se concentra en los bosques tropicales de Sudamérica, Australia y Nueva Zelanda. Estas suelen ser epífitas, para poder captar la luz solar. En Europa también pueden encontrarse en bosques abiertos, húmedos y ricos en humus. En este caso, las orquídeas son terrestres. Su flor es hermafrodita y zigomorfa (con un solo plano de simetría). Tiene tres tépalos y tres pétalos, uno de ellos transformado en el labelo, que es una estructura típica de las orquídeas. Las flores pueden ser aisladas o estar en grupos formando inflorescencias y son polinizadas por insectos o aves. Son atraídos por olores y colores llamativos o por las distintas formas del labelo.
El polinizador, al posarse en el labelo para alcanzar el néctar del nectario, se impregna de polinios (polen) que va a transportar de flor en flor, posibilitando así la fecundación de estas plantas. También es frecuente la multiplicación vegetativa a través de propángulos o bulbillos.
Las semillas son numerosas y tan pequeñas que es el viento quien les dispersa como si fueran esporas. Para que las semillas germinen necesitan de la presencia de unos hongos específicos.
En Europa, el interés por el cultivo de orquídeas surgió a partir de las expediciones del siglo XVIII que se realizaron a América, en donde descubrieron un nuevo mundo de especies de plantas y animales. Hoy, la orquídea es una planta ornamental muy apreciada, que tiene una gran importancia económica a nivel mundial.
Entre los países productores de orquídeas están: Brasil, China, Costa Rica, Estados Unidos, Filipinas, Indonesia, Países Bajos y Tailandia. Gracias a la demanda de estas flores por parte de los países desarrollados, se ha impulsado el mercado de exportación en países en vías de desarrollo.
La familia de las orquídeas está incluida en el Apéndice II de la CITES para evitar el comercio de las especies directamente extraídas de la naturaleza, ya que la recolección de estas plantas, sobre todo de las especies
que tienen valor hortícola, de su hábitat natural las ha puesto en situación de amenaza y hasta a algunas en peligro de extinción, como las que pertenecen al género Lycastes. Pero aparte de esta medida, la mejor manera de proteger estas especies es conservando su hábitat.
En algunos países, como en México, existen programas de desarrollo sostenible de especies en peligro de extinción. En concreto, en la Reserva de la Biosfera de los Tuxlas se han creado tres empresas de producción y comercialización de plantas de importancia económica y ecológica. Así, en el año 2000 se obtuvieron 5.000 plantas de orquídeas en peligro de extinción en el laboratorio de «cultivo in vitro» con dos finalidades, su comercialización y su repoblación en su medio natural.
La vainilla (Vainilla planifolia) que utilizamos en nuestra alimentación es una orquídea trepadora tropical y originaria de México y América Central. Los indios aztecas ya la utilizaban y los conquistadores españoles la trajeron a toda Europa junto con el cacao. Hoy se cultiva para su comercialización. Tiene un tallo largo que va trepando por raíces aéreas y llega hasta los 10 m. Las flores son de color verde y solo se polinizan por una abeja tropical, la melipona, y una especie de colibrí mejicano.
Es la familia más evolucionada dentro del reino vegetal por su reproducción y por su complicada estrategia adaptativa.
En los lugares tropicales, las orquídeas son epífitas. Viven fijadas sobre los árboles del bosque, tienen un tallo y muchas raíces aéreas colgantes con función absorbente y que pueden realizar la fotosíntesis.
En Europa, las orquídeas suelen ser terrestres. Algunos géneros, como Ophyrs, Orchis y Serapias, abundan en prados, y ambientes abiertos o húmedos, como bosques de robles o hayas
Las orquídeas que se comercializan proceden de híbridos de individuos de especies distintas.
Las orquídeas forman una familia fascinante por la diversidad y la complejidad de cada una de sus especies.