Fundación de La Plata

El gobernador de la provincia de Buenos Aires en su nueva estructura, Dardo Rocha, asumió el mando el 19 de mayo de 1881 y se propuso levantar una nueva capital. El gobernador provisional, Juan José Romero, hizo entrega a la Nación de los servicios y reparticiones que debían pasar al poder federal y proyectó una nueva organización de la policía de la provincia, dio nueva estructura a la contaduría e introdujo en ella modificaciones de fondo y de forma; regularizó los servicios administrativos sin contraer deudas y las rentas normales bastaron para cubrir los gastos del presupuesto y atender al saldo de diecisiete millones de la deuda exigible.

Dardo Rocha inició de inmediato los estudios para determinar el lugar en que debía establecerse la nueva capital provincial; constituyó una comisión técnica para que dictaminase al respecto; de ella formaban parte Aristóbulo del Valle, los diputados Antonino Cambaceres y Mariano Unzué, el presidente del departamento de ingenieros de la provincia, el del departamento nacional de ingenieros, el presidente de obras de salubridad, el presidente del ferrocarril del Oeste, el del Consejo de higiene de la provincia. Y se sacó a concurso la presentación de planos y presupuestos para los edificios principales de la nueva capital; el departamento de ingenieros debía planificar la nueva ciudad y varios edificios públicos. Entre-tanto, Rocha continuó la línea férrea del Oeste hacia las nuevas tierras que se incorporaron así a la fiebre progresista y extendió las líneas telegráficas e hizo arreglos con las empresas del ferrocarril del Sur para la extensión de su linea hasta Tandil y Bahía Blanca. Decretó también la organización de un censo de la provincia y la reforma de la Constitución después de haber quedado desprovista de su capital.

Como asiento de la capital fueron consideradas por sus condiciones higiénicas, sus recursos hídricos y sus ventajas para la administración: Campana, Lomas de la Ensenada y Zárate, en primer término; y en segundo lugar: Quilmes Olivos y San Fernando o los pueblos de la línea del Oeste desde Moreno a Mercedes. También pensaron Rocha y Pedro Luro en Mar del Plata. 

Finalmente fue elegido el municipio de Ensenada frente al puerto de ese nombre y un ejido de seis leguas cuadradas. La legislatura sancionó ese proyecto y el 19 de noviembre de 1882 fue colocada la piedra fundamental de la nueva capital provincial y se pusieron a disposición de la empresa todos los recursos disponibles y las mejores energías técnicas y humanas. Para facilitar la ejecución de los trabajos se tendieron tres líneas férreas de noventa kilómetros, se construyeron más de cien hornos de ladrillos, pues no había ninguno en la localidad; desde lejos se llevaron millares de toneladas de cal y piedra y se reunió una gran masa de obreros para las obras. 

Entre las nuevas instituciones provinciales figura la primera oficina meteorológica de la provincia y el primer observatorio astronómico, que se había hecho llegar de Europa. En el plazo de un año y medio estaban terminados o a punto de terminarse el templo parroquial, el ministerio de gobierno y el de hacienda, el departamento general de policía y bomberos, el de ingenieros, el palacio de gobierno, escuelas, el palacio municipal, el de justicia, la cárcel, el arco del Parque, el hospital, el palacio del Banco de la Provincia, la estación del ferrocarril del Oeste, el Consejo general de educación y el Banco Hipotecario. Había entonces unas mil casas para vivienda y una población de diez mil quinientos habitantes.

Simultáneamente, Rocha aumentó el número de escuelas primarias y disminuyó considerablemente el analfabetismo en la provincia, hizo estudiar la apertura de más de 2.000 km lineales de red caminera y construyó todos los caminos que convergían a la nueva capital. 

Se estudió la nivelación en una zona de más de dos mil leguas, realizando planos que sirvieron después para proyectar los canales de desagües en la primera zona, de los que se encargó el ingeniero Waldorph, el futuro constructor del puerto de La Plata, que proyectó tres canales de 280 kilómetros de extensión para ese efecto. Hizo practicar igualmente estudios para la construcción de los puertos de Bahía Blanca y Mar Chiquita y llevó el ferrocarril a Nueve de Julio, Junín y Alvear; aumentó la red telegráfica en 800 kilómetros. Se ofreció así con la construcción de la nueva capital provincial un ejemplo de fe y de capacidad. Los poderes públicos comenzaron a funcionar en 15 de abril de 1884.

Continuó la obra iniciada Carlos Alberto D'Amico, que había integrado el grupo de periodistas, militares, tribunos que comenzó a actuar en la época en que Buenos Aires se hallaba disgregada de la Confederación. Dardo Rocha, al cumplir su período de gobierno, dijo: 

"En este periodo no se ha alterado un solo momento la paz, ni se ha derramado una lágrima, ni una gota de sangre por culpa de los poderes públicos; las rentas casi han doblado; las escuelas y las vías férreas se han duplicado; el crédito público de la provincia ha pasado con honra por la dura prueba que los acontecimientos le impusieron a Buenos Aires, y lejos de ser perjudicado se ha consolidado más y más, pudiendo, merced a él, realizarse el hecho, tan tras-cendental para nuestro comercio, de concluir con el periodo de conversión; finalmente, la provincia ha sido reintegrada con la fundación de esta ciudad y la traslación a ésta de los poderes públicos".

D'Amico inició la construcción de los edificios para el Museo, la Biblioteca y el Archivo, que habían sido traspasados a la Nación por la ley de la capital; tuvo que resolver también la cesión de los partidos de Flores y Belgrano, aunque a condición de que no disminuyese la re-presentación de la provincia en el Congreso nacional. Terminó en su período los edificios destinados a Bancos, ministerios y demás que había puesto en marcha la administración anterior, y se dio comienzo a la catedral, una concepción monumental que superaba a los templos hasta allí conocidos en el país. Lo más importante del período de D'Amico fue la promulgación de la ley orgánica de municipalidades.

Al comenzar la discusión sobre la persona que debía suceder al gobernador, se escindió la opinión, pues mientras unos propiciaban la candidatura del doctor Nicolás Achával, otros, los jóvenes, levantaron la de Máximo Paz, hijo de Marcos Paz, que resultó triunfante, con o sin apoyo oficial, y asumió el mando el 19 de mayo de 1887.