Roca formó sus ministerios con una serie de personalidades de prestigio: Antonio del Viso desempeño la cartera del interior; había sido gobernador Córdoba y tenía experiencia política; Bernardo de Irigoyen se hizo cargo de las relaciones exteriores, funciones que ha desempeñado ya en la presidencia de Avellaneda. Juan José Romero fue encargado del ministerio de hacienda había desempeñado la gobernación de Buenos Aires, que se hallaba acéfala y que le correspondió como senador provincial y presidente provisional de la cámara; en ocho meses que duró en sus funciones, hasta la entrega del mando al doctor Dardo Rocha, saneó la administración quedó al día en las deudas exigibles de la provincia y se jactó de que nadie había derramado en ese tiempo una lágrima por una persecución política; mientras ejerció la primera magistratura de la provincia, la cartera de hacienda de la nación quedó en manos de Santiago Cortinez, que había sido ministro de Avellaneda.
En justicia e instrucción pública se ve a Manuel Didimo Pizarro, militante católico cordobés, que se había distinguido como defensor del proyecto de federalización de Buenos Aires y era un excelente orador; el doctor Benjamín Victorica, ministro de guerra y marina en la presidencia de Derqui, fue designado para el mismo cargo, después de un período de actuación en la magistratura. Indudablemente Roca buscó la colaboración de personalidades de mayor edad que la suya y de sólido prestigio para apaciguar el recelo que suscitaba su impetuosidad juvenil.
Ninguno de los ministros del primer gabinete de Roca terminó el período constitucional. Primero renunciaron Pizarro y del Viso, en enero y febrero de 1882, respectivamente, cubriendo las vacantes Eduardo Wilde en justicia, culto e instrucción pública, y Bernardo de Irigoyen en el interior, dejando la de relaciones exteriores a cargo de Victorino de la Plaza; en agosto de 1883 renunció el doctor Romero y pasó a desempeñar la cartera de hacienda Victorino de la Plaza, siendo reemplazado en relaciones exteriores por Francisco J. Ortiz; en marzo de 1885 se retiró del gabinete Victorino de la Plaza y fue nombrado para ocupar la vacante Wenceslao Pacheco. A fines de mayo del mismo año renunció el ministro del interior, Bernardo de Irigoyen, quien fue reemplazado por Benjamín Paz, y en junio renunció Victorica y fue sustituido por Carlos Pellegrini. La última alteración del gabinete ocurrió en febrero de 1886, con la renuncia de Benjamín Paz, al que sucedió Isaac M. Chavarría.
El período presidencial terminó con Chavarría en interior, Francisco J. Ortiz en relaciones exteriores, Wenceslao Pacheco en hacienda, Eduardo Wilde en justicia e instrucción pública y Carlos Pellegrini en guerra y marina.