Brasil buscó la alianza con la Argentina, tanto porque no se hallaba su ejército en esos momentos en condiciones para enfrentar al paraguayo muy superior en número, como porque de ese modo se facilitaría el abastecimiento de las tropas por vía fluvial. Mitre deseó mantener al país neutral, según hizo notar en sus declaraciones, y como no había recibido del Paraguay ningún motivo de agravio, no aceptó los reiterados pedidos del Brasil, a los que parece que Elizalde prestó oídos más complacientes.
La zona fronteriza de Paraguay y Brasil no era favorable para operaciones militares en gran escala por falta de caminos; además el camino a recorrer por las tropas paraguayas era muy largo y difícil.
Por eso tanto el Paraguay como el Brasil deseaban el libre paso por la zona más directa y en las condiciones más favorables para llegar a sus objetivos estratégicos; esa zona era el norte de la provincia de Corrientes.
Brasil pidió autorización para cruzarla y Mitre la negó; poco después, el 14 de enero de 1865, hizo el mismo pedido el Paraguay; el gobierno de Buenos Aires rehusó a Francisco Solano López esa autorización, el 9 de febrero, declarándose neutral y dispuesto a respetar los derechos de los beligerantes; pero se permitió a los barcos de guerra brasileños la utilización de los ríos.
Una carta de Salvador María del Carril al general Urquiza, del 19 de febrero de 1865, refleja una conferencia que había mantenido con el general Mitre:
"Discurrimos sobre la mejor política que convenía al país en las circunstancias y no fue difícil ponernos de acuerdo en que la paz, la abstención y la neutralidad, serian entre los beligerantes el camino único y salvador que se debía adoptar y que éste era el propósito firme del gobierno nacional.
Me aseguró que, en cumplimiento de este alto deber nacional, ha resistido las solicitudes de la misión brasileña para pactar una alianza y ha despreciado sus insinuaciones halagüeñas, mirando con indiferencia sus promesas de poder y dinero. La misión del Brasil, me dijo, ha sido rechazada en todos los terrenos y la alianza es una cuestión desacreditada.
En seguida el Brasil ha solicitado el permiso, por medio de su ministro, en conferencias verbales, para transitar con su ejército por el territorio argentino desierto. Esta solicitud no la ha formulado por escrito, temiendo un desaire, pero no es menos cierta; la negativa ha dado lugar a réplicas, fundándose en los protocolos de la Confederación como antecedentes, etc.".
En carta privada a Sarmiento en los Estados Unidos, el 10 de diciembre de 1864, escribía Mitre:
"El Brasil vino después en guerra contra el Estado Oriental. Hoy va el Paraguay en guerra contra el Brasil. No sabemos si al fin seremos envueltos en esta tempestad, que hace más de un año venimos orillando, aunque, para evitarlo, trabajo con perseverancia y voluntad, y no se si llegaré a conseguirlo".
Al recibir de Mitre la negativa a consentir el paso de las tropas paraguayas por territorio argentino, Francisco Solano López convocó un congreso de ciudadanos adictos y el 19 de marzo de 1865 firmó la declaración de guerra a la Argentina, que dicho congreso había aprobado la víspera, pero ese hecho no fue conocido oficialmente hasta el 6 de mayo, aunque, como vimos, corría el rumor desde fines de marzo.
Si Urquiza, por reacción espontánea contra la intervención del Brasil en las cosas del Plata, manifestó su simpatía hacia el Paraguay, no desconoció la ventaja de la neutralidad en el conflicto paraguayo-brasileño, pero esa neutralidad estaba ligada al respeto del territorio argentino. Con tal propósito envió a Julio Victorica a Asunción.
El dictador se negó a desistir de sus planes de atravesar territorio argentino para llegar a Rio Grande; ensoberbecido, exclamó: "Si me provocan, lo llevaré todo por delante". Y escribió a Barreiro:
"El caso está próximo a suceder, y aunque no contamos todavía con ningún disidente, porque el general Urquiza ha faltado a sus espontáneos ofrecimientos, si la guerra se hace inevitable con ese país, contando con la decisión y el entusiasmo de mis compatriotas, espero llegar a buen fin".
De las intenciones neutralistas de Mitre, testimonia también el permiso dado por él al paso del barco Salto, el 23 de marzo, con armas para el Paraguay, y la negativa al Brasil para establecer el bloqueo de la desembocadura del río Paraguay en Tres Bocas, un hecho corroborado por el agente confidencial paraguayo Egusquiza en Buenos Aires.