El 11 de abril de 1870, un grupo de individuos armados penetró durante la noche en el palacio de San José, residencia de Urquiza, después de concentrarse en una de las estancias del gobernador de Entre Ríos, la de San Pedro, cuyo mayordomo Coronel se unió a los complotados.
El asesinato de Urquiza esta regado de actos que produjeron el desenlace final al caudillo entrerriano, todo comienza en Pavón cuando cuando abandona una batalla casi ganada dejandole el terreno a Mitre y ayudando a la disolución de la Confederación Argentina.la continuación de este hecho fue la feroz represión ejercida por Mitre a sus antiguos aliados como el asesinato del Chacho Peñaloza en 1863.
Otro de los hechos fue su apoyo a la Guerra del Paraguay acontecimiento que el aprovecho para aumentar su riqueza personal al venderle unos 30000 caballos a las tropas brasileras.
El detonante se produjo el 3 de febrero cuando Urquiza agasajo en su residencia al presidente Sarmiento que había sido el responsable del asesinato del Chacho Peñaloza, entonces esa fue la gota que rebalso el vaso y la oposición decidió el magnicidio por la traición a los antiguos aliados federales
La oposición decidió no esperar más un pronunciamiento a su favor de parte de Urquiza, y decidió lanzarse a derrocarlo.
El general López Jordán organizó rápidamente la revolución; el primer objetivo era apoderarse de la persona del gobernador, para forzarlo a renunciar o expulsarlo del país. Envió en su busca al coronel Simón Luengo, un oficial cordobés que había luchado contra los porteños en el interior del país.
Los invasores del palacio llegaron a las habitaciones de Urquiza y éste fue herido de bala a los gritos de ¡muera el tirano y el traidor Urquiza!, y ¡viva López Jordán!
Aunque herido, intentó defenderse contra los 50 enemigos que lo atacaban y fue apuñalado por Coronel mientras moría en brazos de sus hijas, de 16 y 17 años de edad.
El mismo día eran asesinados en Concordia dos de sus hijos, la banda asesina era capitaneada por Simón Luengo, que había recibido muchos favores del gobernador de Entre Ríos. Simón Luengo acató las razones de Urquiza, pero algún resentimiento ha debido quedar en su ánimo contra la desautorización del gobernador de Entre Ríos. Puesto de acuerdo con López Jordán que preparaba una rebelión contra Urquiza, acusado de haberse vendido a los porteños, recibió la orden de apresar al gobernador y llevarlo a su presencia. Pero en lugar de la detención, los hombres de Luengo asesinaron al viejo caudillo.
En el atardecer del 11 de abril de 1870 una partida de 50 hombres armados, al mando del coronel Robustiano Vera, hicieron ruidosa irrupción en San José. Venían a apresar al gobernador y caudillo gritando:
"¡Abajo el tirano Urquiza! ¡Viva el general López Jordán!"
Un grupo de cinco a las órdenes del coronel Simón Luengo, cordobés y protegido del general, se encamina a las dependencias privadas del dueño de casa. Integran el grupo Nicomedes Coronel, capataz de una de las estancias de Urquiza, oriental de origen, el tuerto Álvarez, cordobés, el pardo Luna, oriental y el capitán José María Mosqueira, entrerriano, nacido en Gualeguaychú.
El general que está tomando mate debajo del corredor se incorpora, sorprendido por el bullicio y, comprendiendo que se trata de un asalto, grita: "¡Son asesinos! Y corre a proveerse de un arma. Los asaltantes se acercan. ¡No se mata así a un hombre en su casa, canallas!" Les espeta, haciendo un disparo que hirió en el hombro a Luna.
"Álvarez, entonces –explica el coronel Carlos Anderson, ayudante de Urquiza y jefe de la Guardia del Palacio, testigo presencial de los sucesos- le tiró con un revólver, y le pegó al lado de la boca: era herida mortal, sin vuelta. El general cayó en el vano de la puerta y en esa posición Nico Coronel le pegó dos puñaladas y tres el cordobés Luengo, el único que venía de militar y que lo alcanzó cuando ya la señora Dolores y Lola, la hija, tomaban el cuerpo y lo entraban en un cuarto, en el cual se encerraron con él yendo a recostarlo en la esquina del frente, donde se conservan hasta ahora, las manchas de sangre en las baldosas".
Teniendo en cuenta la confianza que Urquiza le tenía a Coronel, nada hacía suponer la participación de éste en los hechos ocurridos en el Palacio San José en 1870. Sin embargo, todos los que participaron del suceso tenían, al igual que Nicomedes Coronel, profundas convicciones o recelos en contra del general entrerriano como responsable de buena parte de las desgracias que entonces vivía el país y, por qué no, la región.
Los ultimadores de Urquiza se concentraron el 9 de abril de 1870 en la Ea. “San Pedro”, y, como bien nos lo dice Fermín Chávez, allí Coronel tenía “a sus órdenes unos veinte hombres, algunos de ellos peones de don Justo”. A ellos se les sumaría una partida de hombres provenientes de la estancia que en Arroyo Grande poseía el general Ricardo López Jordán hijo, al mando del sargento mayor Vera y el capitán Mosqueira.
Ese mismo día eran asesinados en Concordia también sus hijos Justo Carmelo y Waldino; los dos eran amigos íntimos de López Jordán, lo que parece probar que los asesinos no actuaron por orden de López Jordán.
El 14 de abril, la legislatura entrerriana nombró gobernador a Ricardo López Jordán, jefe del movimiento.
El gobierno nacional desconoció ese nombramiento, envió un veedor para informar y luego decretó la intervención. El general Emilio Mitre fue designado jefe de las tropas nacionales y cuando renunció un tiempo después fue nombrado en su lugar el general Juan Andrés Gelly y Obes.
Los entrerrianos se levantaron unánimes contra la intervención del gobierno nacional y formaron un ejército que llegó a contar unos 12.000 a 14.000 hombres.