Gerónimo Espejo

Militar y escritor argentino acompañó a San Martín en las campañas de Chile y Perú, e intervino en la batalla de Ituzaingó. Emigró a Bolivia en tiempos de Rosas, tras cuya caída regresó a Buenos Aires. Es autor de La expedición de San Martín a libertar el Perú; Entrevista de San Martín y Bolívar en Guayaquil y El paso de los Andes.
Gerónimo Espejo
Gerónimo Espejo

Biografía

De familia pobre, tuvo apenas una rudimentaria educación. En 1816 se unió como soldado de infantería al Ejército de los Andes, luchando en las batallas de Chacabuco, Cancha Rayada y Maipú, además de participar en las dos campañas al sur de Chile.

Participó en la campaña al Perú, donde el general San Martín lo ascendió al grado de teniente y le confió varias misiones especiales, sobre todo poco antes de la toma de Lima. Acompañó a San Martín a la entrevista de Guayaquil con Simón Bolívar. Intervino en la desastrosa campaña de los Puertos Intermedios.

Regresó en 1824 a Buenos Aires, donde ejerció como secretario militar del gobernador Martín Rodríguez y de su sucesor, Las Heras. Se unió a la campaña del Brasil, y fue ayudante de campo de los generales Rodríguez y Alvear. Participó en la batalla de Ituzaingó.

De regreso de la Banda Oriental, fue ayudante y jefe de estado mayor del general Juan Lavalle, a órdenes de quien luchó en la batalla de Puente de Márquez y luego del general Paz, durante buena parte de las guerras que sostuvo la Liga del Interior. Después de la batalla de Oncativo, fue el jefe de estado mayor del coronel José Videla Castillo, gobernador unitario de la provincia de Mendoza. Participó en la batalla de Rodeo de Chacón, en la que Videla Castillo fue derrotado y perdió el gobierno provincial. Regresó junto a Paz, como ministro de guerra de la Liga del Interior, cargo al que renunció cuando el general fue capturado.

Fue uno de los oficiales del estado mayor del general Lamadrid en la batalla de La Ciudadela, tras la cual se exilió en Bolivia.

Regresó a la provincia de Tucumán en 1837, y en 1839 fue nombrado ministro de guerra de esa provincia y – por extensión – de toda la Coalición del Norte. Después de la derrota de Lavalle en la batalla de Quebracho Herrado, se incorporó a su ejército – ya ostentando el grado de coronel – durante sus campañas de La Rioja y Catamarca, y en la batalla de Famaillá. Después de esa derrota, se exilió nuevamente en Bolivia y más tarde pasó a Chile.

Regresó a Mendoza algún tiempo después de la batalla de Caseros, y prestó servicios en la guarnición de la ciudad. Fue electo diputado provincial y senador suplente de la Confederación. Fue tesorero del Banco Nacional de Rosario, administrador de la aduana de esa ciudad, y director de estadística de la Confederación. Después ocupó varios cargos administrativos en el ejército nacional.

Después de la batalla de Pavón permaneció varios años inactivo, dedicado al comercio. En 1868 fue empleado en la oficina de pagos del Ministerio de Guerra. Allí lo conoció el presidente Bartolomé Mitre, que quedó asombrado por su memoria para los hechos históricos en que había participado.

Después de que Mitre dejara la presidencia, mantuvo largas conversaciones con Espejo, a quien ayudó a compilar sus testimonios en sus libros: "Memoria Histórica", "San Martín y Bolívar. La entrevista de Guayaquil", "El paso de los Andes" y otros, en que describió las campañas del Libertador. Muchos de sus testimonios sirvieron a Mitre para componer su Historia de San Martín.

Tal vez por esos méritos algo inusuales, fue ascendido al grado de general de brigada en 1875, después de haber pasado a retiro. Muchos años después llegó a general de división, a los 81 años.

Falleció en Buenos Aires en 1889.