No bastaba la buena voluntad en los más influyentes; había siempre al acecho núcleos de individuos disconformes con Mitre, por un lado, con Derqui, o con Urquiza. Derqui se sintió atraído honestamente por la corriente liberal de Buenos Aires, que respondía a sus convicciones; pero esa inclinación suscitó recelos entre Derqui y Urquiza
Los urquicistas fieles y Urquiza mismo, comenzaron con las murmuraciones. "La prensa, sobre todo la terrible prensa de combate servida por plumas talentosas —escribió Rebollo Paz—, si no al servicio de bastardos intereses, al servicio de incontroladas pasiones llenó de amargura su trayectoria de gobernante. Y lo tremendo para él, era que algunas figuras consulares de la Nación, en quienes había confiado un poco ardorosamente, no se mostraban ajenas a ese mezquino batallar de insensatos", siendo una de esas figuras era el doctor Vélez Sarsfield.
El gobierno nacional convocó la Convención ad hoc que había de estudiar las reformas propuestas por Buenos Aires a la Constitución.
Todos los recursos de la crítica más agria se pusieron en acción y fue Derqui el destinatario principal, en los adversarios de Buenos Aires y en los círculos de Paraná y de Concepción del Uruguay. El 22 de septiembre escribió a Urquiza sobre la guerra de nervios y sobre su línea de conducta:
"No me sorprende esta infame maniobra que ya esperaba y que le predije a Ud. antes y después de mi recepción de presidente. Estaba, pues, preparado para el lance antes y ninguna impresión puede hacer en mí aunque la revistan de todas las apariencias de que es capaz la astucia más refinada. Sería imbécil a mis propios ojos si no creyese en una red que he visto tendida con anticipación. ,:Qué quiere Ud. que crea de todo lo que dice y haya tomado su nombre, cuando todos los días estoy viendo lo que se dice y hace tomando falsamente el mío? Tengo por otra parte la más ilimitada confianza en su patriotismo, en su amor a las instituciones que con tanta gloria ha fundado y conozco como el que más los sacrificios de todo género que le cuesta conservarla para creer que Ud. tratase directa ni indirectamente de minar la autoridad que ellas han creado, y que es su salvaguardia. Conozco también demasiado su carácter personal y caballerosidad para confiar en la amistad personal que siempre me ha dispensado y que tan cordialmente corresponde a la mía. Cuento, pues, con la más firme columna del orden constitucional y un amigo en cuya amistad me honro. Éste es mi lenguaje para con todos tratándose de Ud., mi querido compadre, que me hago una gran violencia para hablar sobre esto, porque creo indigno de nosotros hasta que nos ocupen un rato esos pobres enredos de bodegón, cuyo origen casi en su totalidad está en Buenos Aires, donde me consta hay una pandilla organizada al efecto, compuesta de hombres que ven en la paz pública y en la unión de la familia argentina un golpe mortal a sus intereses personales."