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                    | Las 
                      cosas se empiezan a complicar para Rosas. 
                      El decidido marginador de indios, el experto diplomático en el trato 
                      con los cónsules extranjeros, el hombre fuerte de dos décadas, comienza 
                      a sentir el derrumbe de su imperio. La tormenta la desata un gesto 
                      irónico de Urquiza, 
                      quien acepta la renuncia formal que Rosas cada año presenta como 
                      encargado de las relaciones exteriores de la Federación.     La actitud del caudillo entrerriano cae como una bomba en Buenos 
                        Aires, y el palacio de Palermo se estremece ante lo insólito. La 
                      legislatura bonaerense declara a Urquiza "traidor y loco".  Pero 
              el caldo de cultivo está maduro: desde meses atrás las provincias 
              de Corrientes y Entre Ríos venían sufriendo nuevas medidas económicas 
              adoptadas por Buenos Aires. Por otra parte, la nueva alianza concretada 
              con Brasil predecía amplio poder militar para hacer claudicar al 
              caudillo del Río de la Plata.  | 
                      
                        
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                          | Cesar Díaz, 
                            comandante de las fuerzs uruguayas del ejército grande, 
                            desembarco en Diamante en noviembre de1851 con 1700 efectivos. |  |  
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                          | Benjamín 
                            Virasoro, al mando de las fuerzas correntinas, se plegó 
                            al Ejército Grande. Lo secundaban Nicolás Cáceres y Miguel 
                            Virasoro  |  | A la lentitud de  Rosas en reaccionar sobrevino una inteligente maniobra de Urquiza. 
                      Al ya gastado lema de "Mueran los salvajes unitarios", opuso 
                      el esperado "Mueran los enemigos de la organización nacional", 
                      que tuvo inmediato eco. Además, logró que el gobernador Virasoro, 
                      de Corrientes, también desconociera a Rosas.     Pronto hubo una proclama que no encontró eco en el resto del interior, 
                        el que ratificó su adhesión a Buenos Aires. Pero la alianza entre 
                        Brasil, Montevideo y Entre Ríos se consolidó, planificándose la 
                        pacificación de la Banda Oriental, para después dedicarse a destronar 
                        a Rosas.     Con 7.000 hombres  Urquiza aplasta a  Oribe en el Uruguay. Arma entonces su gran ejército, que concentra 
                      en Diamante.   Para 
                        ese entonces, Buenos Aires ya había vivido un año pleno de acontecimientos 
                        de otra índole. Sobre la base de la denominada Camoatí, se funda 
                        la Bolsa de Comercio.    Se produce también lo que se llamó "El incendio del siglo" 
                        al arder la droguería "Del Indio", siniestro contra el cual 
                      se luchó durante dos días y dejó pérdidas asombrosas para 1851. |  
                    | Pero el suceso que tuvo en vilo a los habitantes, fue el robo de 
                        la Casa de la Moneda.Cometido por un individuo llamado Andrés Villegas, 
                        quien se presentó una noche con una orden falsificada por la cual 
                        ordenaba al titular de esa institución, Bernabé de Escalada, que 
                        diera al portador dos millones de pesos. Pese a la hora - las 9 
                        de la noche - los funcionarios de la Casa de la Moneda dejaron sus 
                        sospechas a un lado al ver la firma del Restaurador al pie de la 
                        orden. Por lo demás, el tal Villegas se cuidó muy bien de apurar 
                        la entrega, argumentando que le era necesaria a Rosas para afrontar 
                        gastos militares urgentes motivado por la actitud de Urquiza, que 
                      avanzaba hacia la ciudad.  El hábil sujeto tuvo la serenidad suficiente, con el dinero en sus 
                      manos, de solicitarle a Escalada que se lo envolvieran especialmente, 
                      pues estaba lloviendo. A poco de partir, Escalada envió a Palermo 
                      a un mensajero a fin de anunciar, a través de una esquela, que había 
                      cumplimentado la entrega del dinero. Sorpresa de Rosas e inmediata 
                      investigación.    Toda la policía de la ciudad se desparramó hacia los caminos de 
                        salida. Muy pronto se lo detuvo "en la posada del globo, en la 
                          calle de Mayo" cuando ya tenía su pasaje para embarcarse en 
                        el vapor Prince, que debía partir hacia Montevideo. Con dos 
                        barras de grillos en sus pies, Villegas fue trasladado a la cárcel 
                        del Cabildo y fusilado en el tercer patio, 48 horas.  En 
                      este año, en el ámbito cultural José, marmol escribe Amalía. | 
                      
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                        | La proclama 
                          de Urquiza |  |  
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                          | Caricatura 
                            de Urquiza realizada por el gobierno de Rosas. |  | Poco 
                      tiempo antes de que esto ocurriera una sigilosa fragata - La 
                        Médicis - entraba al río de la Plata. En su interior tres pasajeros 
                      dispuestos a incorporarse al ejército libertador de Urquiza:, Sarmiento,  Mitre y Aquino. "La República Argentina ha hallado al fin 
                        su hombre, su brazo armado", escribe el apasionado sanjuanino, 
                      ya frente al caudillo de Entre Ríos, mostraría su primer desaliento.    Urquiza no parecía interesado en solicitar el consejo de Sarmiento 
                        en cuanto a la campaña. Sin embargo, el autor de "Facundo" 
                        no puede con su genio y acepta integrar la expedición como Boletinero 
                        (cronista de guerra) del Ejército Grande. La considera misión importante 
                        y escribe a propósito de esto: "Soldado con la pluma o con la 
                          espada, combato para poder escribir, que escribir es pensar; y escribo 
                          como medio y arma de combate, porque escribir es realizar el pensamiento". 
                        La suerte está echada, y Urquiza, 
                        en una maniobra militar sin precedentes, mueve a sus 30.000 hombres 
                        en busca de la ciudad de Buenos Aires. Son las postrimerías del 
                        año 1851, Y en un solo día 5.000 hombres y 10.000 caballos cruzan 
                        el Paraná, en una operación que arranca singulares adjetivos de 
                      fiesta en Sarmiento.  |  |  |  
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