Hubo un resurgimiento de las grandes obras públicas en la segunda presidencia del general Roca. Los ferrocarriles continuaron extendiendo sus líneas, fueron construidos el puerto interior de Concepción del Uruguay, los de Rosario, Paraná, San Nicolás, Colón, Gualeguaychú, Gualeguay y el muelle de Diamante; se iniciaron los trabajos de los puertos de Concordia y Santa Fe y fueron inaugurados los servicios del puerto militar cerca de Bahía Blanca.
Recibieron gran impulso las obras de riego, especialmente en San Juan y en los valles de los ríos Negro y Colorado.
Las obras sanitarias de Buenos Aires se extendieron a gran parte del territorio metropolitano y se inició la construcción de obras para proveer de agua potable a las ciudades de Corrientes, Santiago del Estero, Jujuy, Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza, San Luis, Santa Fe, Paraná y Salta.
Se dio comienzo a los edificios monumentales de la escuela práctica de medicina y morgue, del palacio de justicia, del pabellón para la casa histórica de Tucumán,
el Instituto de agronomía y veterinaria, la Escuela Industrial de la Nación y varias obras nacionales en casi todas las capitales de las provincias. Fueron también reanudadas e intensificadas las obras del Palacio del Congreso.
Antes de poner término a su mandato, decía Roca en su mensaje al Congreso, en 1903: "El Congreso abre este año sus sesiones hallando a la República libre de temores o desinteligencias, de complicaciones o peligros internos o exteriores, considerada por los demás pueblos, creciendo y desenvolviéndose vigorosamente en una situación prospera y floreciente. La crisis ha sido tan penosa como prolongada, pero hemos sabido soportar y vencer los malos tiempos y los contrastes a fuerza de perseverancia y de firmeza ... Se inicia una era de progreso real y positivo. El país está lleno de confianza en sus propias fuerzas y se entrega con energía al trabajo reproductivo. Los capitales vuelven ... el crédito se ha restablecido en los mercados europeos ... Las óptimas cosechas con que hemos sido favorecidos ... han estimulado en todas las esferas el espíritu de empresa ... La 'Vida industrial, comercial, financiera, recobra su antiguo vigor. La importación toma mayor impulso, la exportación alcanza proporciones desconocidas hasta ahora, la venta aumenta. Encontramos un período histórico en que todos los elementos de vida y prosperidad parecen combinarse para asegurar tiempos felices en la república ... podemos mirar el porvenir sin las incertidumbres y angustias de otras épocas".
En la zona Este, las construcciones modernas crecen a una velocidad sorprendente. Del otro lado del Dique, conocido como Puerto Madero Este, se encontraba un enorme conjunto de silos de 1902, demolido en 1996 , que da fe de silos la época en que el país fue llamado “granero del mundo”. En el ultimo Dique, el 1, espera la que con 131 años, es una de las naves argentinas más antiguas aun en flote. Así como se ve, en 1903, comandada por Julian Irizar, rescato en la Antártica a los náufragos de la expedición científica sueca de Otto Nordenskjöld. Británica de nacimiento, también fue Buque Escuela y como tal realizó 37 viajes de instrucción.
Se cerró la larga crisis iniciada en los últimos tiempos de la primera presidencia de Roca; pero las últimas contingencias a que pusieron fin los Pactos de Mayo, habían sido graves. En 1900 había en la caja de conversión 4.500.000 pesos oro; en 1902, en los momentos más angustiosos, en espera de la guerra, el encaje se había reducido a 2.843 pesos oro.
Agregó Roca en su mensaje el Congreso:
"No hay una sola región del país, por apartada que esté, en la cual no se haya inaugurado, o no esté en vías de construcción, una escuela primaria o superior, o de enseñanza agrícola, un ferrocarril, un camino, un puente, un puerto, una línea telegráfica, un hospital, un cuartel. Observaréis que en todas las ciudades importantes hay costosas obras sanitarias, y hemos balizado y alumbrado nuestras costas marítimas y nuestros grandes ríos, a fin de que se pueda navegar por ellos como se transita por un boulevard iluminado. Os daréis cuenta exacta, al co-municaros las impresiones respectivas que traéis de todos los rumbos de la República, de la intensidad de la vida, del activo movimiento y de las nuevas energías altamente satisfactorias que se despiertan por todas partes".
La construcción del Puerto Militar, actual Base Naval Puerto Belgrano estuvo vinculada a la idea del gobierno nacional de aumentar, equipar y modernizar la flota de la Armada, con la incorporación de los grandes acorazados Garibaldi, San Martín, Belgrano y Pueyrredón, con vistas al agravamiento de una disputa fronteriza con Chile. El Poder Ejecutivo envió al Congreso un proyecto de construcción de un dique de carena de gran envergadura, para limpiar y reparar dichas naves. Pero pronto fue ganando cada vez más fuerza y consenso la idea de construir un puerto militar de aguas profundas, con más dependencias y potencialidades bélicas. En este último grupo, integrado por los oficiales más jóvenes, se encontraba el teniente de navío Félix Dufourq.
Fue Roca el que decretó el 2 de enero de 1904 la aceptación de las instalaciones del observatorio instalado por el doctor Guillermo Bruce en las Orcadas del Sur, en la isla Laurie; una expedición argentina se hizo cargo del observatorio y desde entonces, el 22 de febrero de 1904, flamea la bandera argentina en aquel lugar de las Orcadas. Fue así el primer país del mundo que ocupó en forma permanente tierras de la Antártida.
El alumbrado eléctrico de Buenos Aires data de 1890; hasta entonces se había utilizado el gas, sucesor de los faroles típicos desde el período colonial. La primera concesión fue otorgada a la Compañía Primitiva de Gas (sección electricidad), en 1888. Rufino Varela hijo obtuvo otra en 1893 para la Compañía General de Electricidad de la ciudad de Buenos Aires, concesión que traspasó en junio de 1897 a la Compañía General Ciudad de Buenos Aires; en 1893 se autorizó también a instalar servicios de alumbrado a. la Compañía Luz Eléctrica y Tracción Río de la Plata; otra concesión se dio en 1897 a la Compañía Trasatlántica de Electricidad y desde entonces, con unificación de empresas y servicios, la capital de la República generalizó el alumbrado eléctrico, ejemplo imitado por las ciudades del interior, que pronto utilizaron la nueva energía en motores y tranvías. Merece señalarse como un antecedente la afición del odontólogo francés Juan Etchepareborda, que hizo en 1853 un experimento ante los colegas de la facultad de medicina, mediante el arco eléctrico entre electrodos de carbón y el 25 de mayo de 1854 iluminó la plaza de Mayo con dos focos colocados sobre la Recova Nueva.