Hacia el segundo mandato

Después de la renuncia de Sáenz Peña y de la elevación de Uriburu a la presidencia, Roca se dedicó a manejar direc­tamente los resortes de la vida política desde la dirección del partido.

Presidente del Senado

En mayo de 1892 la legislatura tucumana lo eligió senador nacional y presidió la sesión del congreso que proclamó el binomio Sáenz Peña-Uriburu, y desde su banca respaldó al gobierno de Uriburu, sucesor de Sáenz Peña.

Renunció a su banca en el Senado en agosto de 1892 y volvió a ser designado senador por Tucumán en mayo de 1894.

Como presidente del Senado, ejerció interinamente la primera magistratura en virtud de la ley de acefalia, por la enfermedad del presidente, enfermedad que obligó a éste a alejarse del mando desde el 28 de octubre de 1895 al 8 de febrero de 1896. Durante ese interinato le tocó firmar él decreto de honores a Aristóbulo del Valle, su amigo de 1880, su adversario luego, en 1890 y en 1893.

Al acercarse el término presidencial de Uriburu, quedaba en pie la cuestión de límites con Chile, que preludiaba, a juzgar por la algazara periodística, la probabilidad de una guerra. El gobierno se preparó para esa eventualidad, mientras recurría a todos los medios diplomáticos para dar solución amistosa a la disputa. El ejército y la armada fueron reforzados; se había suscitado en el pueblo un clima belicoso y fue casi natural que en esas circunstancias el cambio de gobierno no hubiese de significar una desventaja en el orden militar ni un riesgo de perturbación en el orden interno. 


julio argentino roca

Durante la presidencia de Sáenz Peña tuvo lugar una nueva revolución radical, la cual —sumada a la evidente incapacidad del presidente para llevar adelante una gestión política— llevó a su renuncia en 1895. Tras una frustrada participación en elecciones provinciales, la UCR se encerró en una abstención electoral absoluta.
El sucesor de Luis Sáenz Peña fue José Evaristo Uriburu, un político capaz pero sin ambiciones personales; bajo su gobierno, Roca se presentó como el único candidato capaz de reunir los apoyos necesarios —tanto a nivel del gobierno nacional como en las provincias— para sostener una candidatura presidencial exitosa. Sobre la base de acuerdos entre cúpulas y elecciones fraudulentas, Roca volvió a ser elegido presidente en 1898

Candidato presidencial

La candidatura del general Roca para el período 1898-1904 fue auspiciada por el partido autonomista nacional y sostenida por Carlos Pellegrini como dirigente del mismo, apoyándose en la conveniencia de contar en el gobierno con un jefe de prestigio en el ejército después de haberse resentido su disciplina por las sublevaciones de 1890 y 1893. El grueso de la opinión se asoció a esa solución, que las minorías políticas, encabezadas por Mitre, Bernardo de Irigoyen, Vicente Fidel López y Roque Sáenz Peña, no pudieron contrarrestar a pesar de su oposición